El medievo que se esfumó de León

15/3/14 .- http://www.diariodeleon.es

El medievo que se esfumó de León

Documentan sesenta grandes obras de arte, la mayoría isidorianas, que nunca regresaron a esta tierra .


La reciente localización —por parte del joven historiador bembibrés José Alberto Morais— de una imagen que correspondería al primer vestigio artístico conocido del templo que más tarde daría origen a San Isidoro (un exquisito relieve), ha vuelto a poner de actualidad la cantidad y calidad de obras de arte de la máxima importancia que salieron de León para no volver jamás. Estas tierras conformaron, en la Edad Media, la plataforma nuclear del reino más poderoso de la Península, por lo que su patrimonio medieval resulta extenso y magnífico, pero la tormenta de la historia leonesa —trufada de invasiones, abandonos, ventas ilegales, rapiña y pobreza extrema—, lo ha venido limando hasta el extremo, sobre todo en lo que respecta a su centro neurálgico, la Real Colegiata de San Isidoro

Poco después de que saliera a la luz aquel relieve, el archivero y político Alejandro Valderas halló otra imagen, de ese mismo relieve, que procedía de la Fundación Amatller de Arte Hispánico con sede en Barcelona. Y en su apartado de arte medieval leonés se encontraban otras joyas excepcionales que son las que ilustran este artículo. Se trata de piezas que Gómez Moreno describe como presentadas en la Exposición Internacional de Barcelona de 1929 por Juan Torbado Flórez, el arquitecto que acometiera la gran reforma isidoriana entre otros monumentos leoneses: son una deliciosa cajita de plomo, con figuras caladas de guerreros y animales bajo arquería gótica, del siglo XIII, la tapa de otra semejante y de la misma época, y un crucifijo de cobre dorado al fuego, del XIV. Y sobre sus paraderos, informa Valderas que la caja, procedente probablemente del monasterio de Nogales, «se encuentra hoy en el Museo de Arte de Cataluña, pero es desconocida en el caso del crucifijo de cobre».

No son, ni con mucho, los únicos ‘tesoros’ medievales de esta tierra localizados por Valderas y otros expertos. De hecho, el primero maneja una lista —la reproducimos en parte— que refleja dos grandes grupos de joyas (artísticas o documentales) que ya no se encuentran en San Isidoro: aquellas cuyo rastro se ha perdido y aquellas, localizadas, pero que para contemplarlas es necesario acudir a centros como en Museo Arqueológico o la Biblioteca Nacional, la British Library de Londres o el museo italiano de Turín. Así, por ejemplo, en el primer apartado figura el códice medieval de los Sermones, que fue robado de San Isidoro por las tropas francesas durante la invasión napoleónica; y que fue visto por última vez en Burdeos en el siglo XIX. O como el códice medieval de obras de San Isidoro, «prestado a la Universidad de Alcalá en el siglo XVI y que posiblemente ardió en 1936 con su biblioteca», dice Valderas. Otra pieza magnífica de la que nada se sabe es el códice del Fuero Juzgo del siglo XI, prestado a mediados del XIX a la Real Academia de la Historia para su edición, y que nunca regresó, y una de las más curiosas, el báculo episcopal del Venerable Palafox (siglo XVII). «Estaba en 1783 y no en la actualidad», recuerda.

De códices y reliquias

Entre las localizadas, es famoso el Beato de Fernando y Sancha, del siglo XI, incautado en 1718 con la biblioteca del Marqués de Mondéjar por Juan de Ferreras para la Biblioteca Nacional, la placa de la arqueta de los Esmaltes, robada por un militar francés en torno a 1812 y actualmente en el Museo de Turín (Italia), varias obras de Lucas de Tuy, cronista del Reino de León, hoy en la Biblioteca Nacional, o el libro de cartas del abad de San Isidoro Zúñiga, del siglo XVI, en la British Library. Valderas también habla, entre muchos otros, del extraordinario códice de Crónicas latinas, del siglo XII, «que incluye la Gesta Roderici, la versión leonesa de la historia del Cid. Fue vendido a Francia en 1846 y hoy está en la Real Academia de la Historia».

Un fragmento de portapaz de marfil, de entre los siglos XI-XII, figura en la Colección Brown de Providence (EE UU) y una arqueta de marfil, también medieval, en el Museo Victoria y Alberto de Londres desde 1866. Ángela Franco localizó, a su vez, otra veintena de piezas, la mayoría en el Arqueológico Nacional, que se añaden al listado de Valderas, en el que constan objetos tan curiosos como una reliquia del cráneo de San Isidoro «que fue entregada en tiempos de Franco para la capilla del Espíritu Santo construida en Madrid junto al Arco del Triunfo».

Y recuerda que el militar Barthelemy se llevó durante la francesada el frontal y la urna del monumento del altar mayor, dos cálices, cinco cornucopias, las tres rejas del altar mayor, el viril, un cáliz, 25 ternos (ropas eclesiásticas), y dejó constancia de todo ello... en un recibo.

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