Un patio con torre románica (Logroño)

La Diócesis llevará a la reunión sus planes para iniciar la cimentación del nuevo inmueble y restaurar la cabecera de la iglesia contigua

La Diócesis riojana tiene previsto llevar su proyecto de construcción de la Casa de San Bartolomé al Consejo de Patrimonio de La Rioja el próximo 30 de junio. En él se informará a este órgano de supervisión de los trabajos que se van a realizar en la zona próximamente, después de que la antigua residencia de los Jesuitas haya sido demolida dejando al descubierto la cabecera del templo de San Bartolomé.
Culminado el derribo, para el que Patrimonio ya dio autorización el 30 de noviembre del 2009, entre los próximos trabajos que habrá que desarrollar en el solar figura el inicio de la cimentación de la nueva casa y también la restauración de la cabecera y la parte inferior de la iglesia de San Bartolomé, labores ambas de las que el Consejo de Patrimonio recibirá información en su convocatoria del próximo día 30.
«En una obra tan singular e importante vamos a ir de la mano de Patrimonio. Hay un compromiso de informar al Consejo en cada cambio de fase», aseguró ayer el arquitecto Iñaki Gómez, quien junto a José Ignacio Amat firma esta intervención por encargo de la Diócesis.
A nadie se le escapa la importancia del enclave en donde se está desarrollando esta actuación, junto al que probablemente es el templo más antiguo de la ciudad, que conserva alguna de las pocas estructuras del románico que todavía quedan en Logroño, entre ellas los cuerpos inferiores de su torreón. A esta circunstancia se añade el hecho de que el solar objeto de la intervención estuvo surcado en la Edad Media por la antigua muralla que protegía el municipio.
En definitiva, un enclave de enorme interés artístico e histórico que justifica tanto o más que en otros lugares que las obras estén sujetas a una constante supervisión arqueológica. En esta línea, el director general de Cultura, Javier García Turza, aseguró ayer que Patrimonio dio ya permiso a una empresa para que llevara a cabo labores de prospección arqueológica mientras duren las obras, un criterio que debe seguirse en todas las actuaciones que tienen lugar en el Casco Antiguo.
Tal y como ya avanzó ayer este diario, la Diócesis plantea construir en el solar que ha dejado el derribo un nuevo edificio que acogerá las sedes de Cáritas y Misiones diocesanas además de algún espacio de oficinas. El inmueble volverá a ocultar la cabecera de la iglesia de San Bartolomé, si bien la nueva construcción no se adosará como antes a los muros y al torreón del templo. En torno a la cabecera se dejará un corredor en forma de 'U' (mirar los planos de la derecha) que permitirá observar la torre en su integridad, reiteró ayer el estudio de arquitectura autor del proyecto. En la fachada hacia la plaza de San Bartolomé se recuperarán además las galerías acristaladas de la vieja residencia de los Jesuitas.