El informe arqueológico confirma la importancia de los restos hallados en los muros de la catedral d

10/3/16 .- http://www.diariodeteruel.es/

El informe arqueológico confirma la importancia de los restos hallados en los muros de la catedral de Teruel

Los pilares de Santa Emerenciana son del claustro del XIII y la puerta junto a la torre, de fines del XII o inicios del XIII

El informe arqueológico que ultima el especialista Javier Ibáñez ha confirmado la importancia de los restos hallados en los muros de la catedral, en especial los pilares localizados en la calle Santa Emerenciana, que corresponden al claustro de la primera mitad del siglo XIII, y el arco de una puerta descubierto junto al paso bajo la torre, que se dataría entre finales del siglo XII y principios del XIII.


El informe arqueológico que ultima el especialista Javier Ibáñez ha confirmado la importancia de los restos hallados en los muros de la catedral, en especial los pilares localizados en la calle Santa Emerenciana, que corresponden al claustro de la primera mitad del siglo XIII, y el arco de una puerta descubierto junto al paso bajo la torre, que se dataría entre finales del siglo XII y principios del XIII. En este caso no se ha aclarado la función que tendría dicho acceso, según indicó el arqueólogo.

De menor interés histórico serían el antiguo paso del obispo que las catas realizadas en la fachada del templo han dejado visible junto a la galería que comunica la catedral con el Palacio del Obispado, así como una pequeña ventana en la parte inferior de dicho muro, que da a la plaza del Venerable Francés de Aranda.

Ibáñez, encargado de la supervisión arqueológica del proyecto de rehabilitación de las fachadas y cubiertas inferiores de la catedral que dirige el arquitecto Joaquín Andrés, espera completar su informe esta semana para trasladarlo a la Comisión Provincial de Patrimonio Cultural, que decidirá el tratamiento que debe darse a los hallazgos. A la espera de esta decisión, el arqueólogo aseguró que "nadie cuestiona que los restos se van a conservar. Lo que habrá que ver es si quedan o no visibles y de qué forma".

El experto detalló que en el muro que da a la calle Santa Emerenciana se han localizado dos pilares que corresponderían al patio central del claustro y un tercero que adscribe al muro exterior de la galería que lo rodeaba. Según explicó, la primera referencia documental a la existencia del claustro es del año 1251, de forma que estos restos se datarían con seguridad con anterioridad a esa fecha.

"Seccionado" por la calle

El claustro de la iglesia de Santa María estaba adosado a la nave de la Epístola -la que queda a la derecha de la nave principal de la catedral si uno se sitúa de frente al altar mayor-, desde la cual se accedía al mismo. La calle Santa Emerenciana no existía entonces y el claustro se prolongaba en el espacio que ocupan esta vía y las edificaciones situadas frente al templo, en el otro margen.

De hecho, según recordó Ibáñez, existe una referencia del siglo XX, tras la guerra civil, sobre el hallazgo de restos de pilares del atrio en la carbonera de uno de estos inmuebles.

El claustro fue "seccionado" para la apertura de la calle Santa Emerenciana en el siglo XVIII, fruto de un acuerdo entre el Cabildo Catedralicio y el Concejo de Teruel. Así, el trazado del muro actual de la catedral se correspondería aproximadamente con la parte central del atrio, que tendría planta cuadrada como el de la iglesia de San Pedro aunque sus dimensiones serían algo inferiores a las de este. "Las estructuras se aprovecharon para construir el muro, en el que quedaron integradas porque resultaba más económico aprovechar fábricas antiguas", detalló el arqueólogo.

Más complicado resulta determinar la función de los restos de una puerta hallados en el callejón que, por debajo de la torre, conecta las plazas de la Catedral y del Venerable Francés de Aranda. Su hallazgo ha sido la "principal novedad" aportada por las catas arqueológicas, según apuntó Ibáñez.

Las evidencias estratigráficas -el estudio de las sucesivas capas presentes en el muro- llevan a datar la puerta "en un momento no precisado entre muy a finales del siglo XII y la primera mitad del XIII", comentó el experto, quien señaló que "el arco está embutido en la fábrica original y por tanto es anterior a la construcción de la torre, en 1257".

Este hallazgo corrobora la hipótesis de Ángel Novella sobre la existencia de una puerta en esta zona, por los signos que pudo identificar desde el interior del templo durante los trabajos de restauración que llevó a cabo Regiones Devastadas en la posguerra.

Los restos que han quedado visibles, sin embargo, corresponden exclusivamente al núcleo del arco y se encuentran muy dañados por intervenciones posteriores como la colocación de sillares en la fachada y el refuerzo con bloques de piedra de la base de la catedral, este último acometido en el siglo XVIII y que literalmente se comió uno de los laterales del arco. Así, solo se ha conservado la mitad superior de la estructura del arco. "Lo que vemos no se corresponde con la apariencia que tuvo en su momento la puerta, porque no se conserva el revestimiento exterior, sino solo parte del núcleo de la obra de ladrillo", dijo.

Ibáñez señaló que no se puede determinar la función que tuvo la puerta, que es bastante estrecha. "Una puerta puede ser una comunicación con la calle o bien con una dependencia anexa. Si hubiera sido un gran portalón, no tendría dudas de que era una puerta a la calle y quizá incluso la principal de la iglesia original, aunque siempre se ha considerado que el acceso debía situarse donde se encuentra el actual en la plaza de la Catedral", apuntó.

"Hemos encontrado -añadió- una evidencia muy importante, la hemos encajado en el rompecabezas cronológico, que es mucho, pero falta por determinar el encaje espacial, la función y las implicaciones que esa puerta tenía en el templo".

Las catas en la fachada de la catedral que da a la plaza del Venerable Francés de Aranda dejaron al descubierto el paso del obispo original, junto al arco elevado que conecta el Palacio del Obispado con el templo.

El arqueólogo Javier Ibáñez señaló que se trata de un hallazgo "anecdótico" en comparación con los restos del claustro y de una puerta que corresponden a los momentos más tempranos de construcción de la iglesia de Santa María.

"Sabíamos que el arco actual, que construyó Regiones Devastadas cuando restauró la catedral tras la guerra civil, estaba retranqueado con respecto al anterior porque así se puede observar en alguna fotografía de principios del siglo XX", explicó.

En el mismo muro, debajo de este elemento, se ha localizado también una pequeña ventana, que igualmente "confirma lo esperado" por la existencia de esos testimonios gráficos.

Mientras se completa el informe arqueológico prosiguen las obras de la catedral, con la limpieza de fachadas y el saneamiento de cubiertas. La inversión asciende a 1,6 millones de euros.

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