Estudio genético fija la constitución de los drusos en el siglo XI

Estudio genético fija la constitución de los drusos en el siglo XI

Los distintivos genéticos de los drusos comenzaron a consolidarse a partir del siglo XI como grupo étnico, revela un estudio realizado por varios centros académicos y de investigación de Israel.

Las conclusiones confirman la creencia de esta comunidad de que sus padres fundadores se separaron del Islam como grupo religioso a principios del segundo milenio, en una nueva corriente monoteísta que tuvo gran influencia en el Levante mediterráneo.

"Este es el primer estudio que confirma que los orígenes genéticos de la comunidad drusa datan de ese período", asegura el profesor Gil Atzmon, de la Universidad de Haifa, en declaraciones al diario Haaretz, que da cuenta del estudio en su edición de hoy.

Un equipo internacional que incluye a investigadores de varias universidades y hospitales, determinó que en el siglo XI se produjo un "cuello de botella" en la evolución genética de esta minoría que vive sobre todo en Siria y el Líbano, pero también en Israel y Jordania.

Formada por alrededor de un millón de habitantes, los drusos se llaman a si mismos "Ahl al Tawhid" (pueblo de solo Dios), y durante generaciones fueron perseguidos por otros pueblos de la región, lo que junto a sus particularidades religiosas afianzó aún más su unidad.

En el período de gestación, se produjo la reducción de las muchas líneas genéticas que acabaron consolidándose en esta nueva etnia, y que se conservan durante el último milenio por la estricta endogamia de la comunidad.

Con orígenes en el ismailismo, una corriente del islam chií, los drusos incorporaron creencias de varias religiones abrahámicas, así como de corrientes filosóficas griegas, dando lugar a toda una teología propia que conservan con recelo hasta nuestros días.

El estudio que confirma la homologación genética entre sus miembros incluyó la participación de 120 miembros de esta comunidad residentes en las localidades de Bet Yan, en la Galilea israelí, y de Majdal Shams, en los ocupados Altos del Golán.

Los resultados reflejan una similitud genética generalizada entre sus miembros y una clara diferenciación de las otras sectas y comunidades que viven en Oriente Medio.

Los investigadores aseguran que el proceso de homologación comenzó en tiempos del sexto califa fatimí de Egipto, Huseín al Hakim Bi Amrillah, aunque la carga genética principal tiene trazas quinientos años antes.

Según Atzmon, los distintivos descubiertos reducen el origen de esta minoría étnica a la carga aportada por varios cientos de familias y desde entonces no se ha producido ninguna intrusión "extranjera".

Los rasgos genéticos diferenciables entre sus actuales miembros reflejan únicamente el matrimonio entre los diferentes clanes drusos.