La Junta declara como Bien de Interés cultural y sitio histórico la Alpujarra Media y La Tahá

17/4/07 .- laopiniondegranada.es

El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía acordó hoy declarar Bien de Interés Cultural (BIC), con la categoría de sitio histórico, la Alpujarra Media Granadina y La Tahá, un conjunto heterogéneo de enclaves que destacan por sus valores históricos, naturales, etnológicos, arqueológicos, arquitectónicos e industriales.


La declaración aprobada engloba un amplio abanico de elementos patrimoniales, entre los que figuran núcleos de población, zonas de cultivos, acequias, minas y restos industriales, yacimientos arqueológicos, torres, iglesias, cortijos, baños, parajes naturales y caminos históricos.

En total, se recogen 32 áreas con una superficie total de 711 hectáreas en los municipios de Bérchules, Bubión, Busquístar, Capileira, Cástaras, Juviles, La Tahá, Lobras, Pórtugos y Trevélez. En torno a estos enclaves, se establece un entorno de protección de 13.574 hectáreas que también afecta a los términos municipales de Albondón, Almegijar, Cádiar, Murtas, Órgiva, Polopos, Rubite, Sorvilán y Torvizcón.

En el capítulo de poblaciones y zonas de cultivos asociadas, el régimen de protección incluye los núcleos de Busquístar, el barrio alto de Cástaras, Capilerilla, La Tahá, Lobras, Nieles y Tímar, así como las huertas y terrazas en torno a Pórtugos. Todos estos enclaves son representativos de un modo de poblamiento y de explotación de los recursos adaptado a la accidentada orografía de la comarca, que propicia el cultivo en minifundios y terrazas y la profusión de pequeños núcleos próximos entre sí y las tierras de cultivo.

La trama urbana alpujarreña, de origen morisco y mantenida después por los repobladores cristianos, se caracteriza por las calles de pequeñas dimensiones y trazado irregular, el alto grado de ocupación de las manzanas y la continuidad con la zona agrícola, aspecto este último que se refleja en las paratas o estructuras de contención de las huertas dispuestas en terrazas.

ACEQUIAS Y EXPLOTACIONES MINERAS

En cuanto a las acequias, el decreto recoge las seis más representativas, denominadas Alta de Pitres, Baja de Pitres, de Almegíjar, de Cástaras, Alta de Tímar y Lobras, Nueva de Bérchules y Real o Gorda de Busquístar. A ellas se asocia además un abundante patrimonio de edificaciones relacionadas con el agua, como lavaderos, fuentes, pilares, abrevaderos y albercas.

Entre las numerosas explotaciones minero-industriales de la zona, se han catalogado las cuatro de mayor relevancia histórica: las de Mancilla en Cástaras, Rodríguez-Acosta en Lobras y Retama en Tímar y Lobras (de donde se extraía mercurio) y la del Conjuro en Busquístar (hierro). Los restos de mayor entidad que se conservan corresponden a esta última explotación, con la mina principal a cielo abierto, un cargadero y las zonas administrativa y residencial. Entre las instalaciones minero-industriales protegidas también se incluye el puente minero del Camino Real de Trevélez.

Respecto a los yacimientos arqueológicos, se protegen El Fuerte en Juviles y el Peñón Hundido en Tímar. El primero alberga interesantes restos de albercas y canalizaciones, mientras que el segundo destaca por su amplia secuencia de ocupación desde época protohistórica hasta la Edad Media.

El decreto también establece protección específica para cinco iglesias mudéjares que sobresalen por su campanarios (Bérchules, Cástaras, Juviles, Pitres y Pórtugos) y dos caminos históricos: el Camino Viejo entre Juviles y Tímar y el de La Escarihuela entre los Baños de Panjulia y el paraje de La Mezquita.

El catálogo de elementos patrimoniales protegidos se completa con el cortijo Los Arcos, con su acueducto y zona de cultivos; un molino en el río Trevélez; el enclave de La Mezquita (asentamiento agropecuario de origen altomedieval); los Baños de Panjulia y los Baños del Piojo, en el municipio de Cástaras.

Noticias relacionadas

Comenta la noticia desde Facebook

Comentarios

No hay comentarios.