La torre de la iglesia de San Agustín en Badajoz pudo ser el alminar de la Mezquita Mayor

28/11/04 .- hoydigital/Jorge Garro


A falta de los resultados definitivos, todo indica que la iglesia de San Agustín se levantó sobre el templo islámico pacense, desvela Fernando Valdés El Museo Provincial cierra hoy las Jornadas sobre Arqueología de la ciudad de Badajoz, que tienen como escenario la Biblioteca de Extremadura

«La torre de la Iglesia de San Agustín parece ser en sus tres cuartas partes el alminar de la Antigua Mezquita Mayor de Badajoz». Esta es una de las conclusiones que el doctor en Arqueología Fernando Valdés Fernández desveló ayer en el marco de las Jornadas sobre Arqueología de la Ciudad de Badajoz, que hoy por la mañana celebra su segunda y última sesión de ponencias en la Biblioteca de Extremadura, en la Alcazaba pacense. Según el profesor titular en Arqueología Árabe, todo parece indicar que el Convento de San Agustín estaría ocupando el lugar de la Antigua Mezquita Mayor de la ciudad pacense. Así lo dicen los resultados, todavía parciales, de un estudio realizado junto a la Universidad de Berlín. «Solamente queda un muro muy pequeño que parece perteneció a la mezquita o al edificio que precedió a la iglesia», explicó Valdés.

Este arqueólogo madrileño de 50 años estrechamente vinculado a Badajoz desde hace 25 también habló en su ponencia del Baluarte de San Roque y la de Plaza de Toros Vieja, donde, según informa, ha aparecido un horno del siglo XVI-XVII, que corresponde a la época de los alfares. «Lo que sí está claro es que esa zona fue exterior de la ciudad hasta por lo menos el siglo XVII», explica Valdés, «hasta que la muralla abaluartada llega a esa zona, una información muy interesante porque documenta toda la evolución topográfica de la ciudad en ese proceso». Sobre la intervenciones en la Alcazaba y en el Hospital Militar, el estudioso madrileño apenas se extendió.

Otras ponencias

A lo largo del día, las jornadas dieron para mucho más. Abrió la sesión matinal Yolanda Picado Pérez, que explicó su intervenciones en los solares de la calle Montesinos, en el Convento de las Trinitarias y en la Casa Mudéjar de la Plaza Alta. El Convento de la Trinitarias fue creado en el s. XIV en la calle Benegas y, tras distintas mudanzas, acabó en su actual emplazamiento, entre las calles Brocense, San Lorenzo y Concepción Arenal, en el 1876.

Destacó Picado el uso del convento en el s. XV como Hospital de la Concepción, el más antiguo de la ciudad, lo que condicionó su evolución arquitectónica, con fases de apogeo y decadencia, hasta el 1830, cuando el hospital fue anexionado al Provincial. Algunas de las sorpresas que se llevaron al realizar los sondeos fueron, por ejemplo, el descubrimiento de un horno del s. XVII, taller de un ceramista.

En cuanto a la Casa Mudéjar de la Plaza Alta, junto al Arco del Peso del Colodrazgo (s. XVI), Yolanda Picado recordó la situación de ruina en la que se la encontraron. De esta construcción resaltó el hallazgo de un arco, que aún está sin datar, aunque sus rellenos sean del siglo XVII. Con respecto a los restos de Montesinos, empezó remarcando que la intervención comenzó un mes después del comienzo de las obras, con lo que se encontraron con muchos destrozos.

La maqbara de Menacho

Idelfonso Ramírez trató posteriormente el sondeo en la Plaza de los Reyes Católicos (frente a la Puerta de Palmas) y se explayó en su intervención, en los años 2000 y 2001, en el Baluarte de Santiago, donde descubrió la necrópolis islámica (o maqbara almohade) en el recinto amurallado que hoy alberga el aparcamiento de Menacho. Su ponencia, interesante como el hallazgo, recordó los tres niveles de investigación en que trabajaron (restos de la ciudad abaluartada, maqbara y vestigios del paleolítico medio) y generó un posterior debate sobre el perímetro real de la ciudad árabe.

Ya por la tarde, Montserrat Girón, Guillermo Kurtz y Esther Sordo precedieron a la exposición de Fernando Valdés. Girón Abumalham se refirió a la intervención en el Museo de la Catedral, en donde apareció un horno y parte de una zona industrial de cerámica andalusí. Habló del proceso de limpieza y documentación de la Puerta de Mérida (s. XVII). Y acabó explicando el seguimiento de las últimas obras de recuperación del claustro del Convento de San Agustín.

Esther Sordo recordó, sobre las Casas Mudéjares de la Plaza de San José, que hasta ahora solo se ha hecho un seguimiento arqueológico de las obras, que empezaron hace 4 meses: «Espero que la excavación, a primeros de año, nos ofrezca importantes hallazgos».

Guillermo Kurtz, organizador de las jornadas, habló del Antiguo Ayuntamiento, en el centro de la Plaza Alta, del que se había perdido toda memoria histórica y en el que se está trabajando ahora. «Ha parecido un edificio de la primera mitad del siglo XVI, que se va a restaurar», indicó. Kurtz destacó la estructura del edificio, «con una gran nave abajo, separada por una arquería, con restos de al menos cuatro escudos del Rey, inscripciones...», o sea, un edificio «muy simbólico». La arqueóloga Sabah Walid Sbeinati expuso los detalles de la intervención en la necrópolis de la Edad del Hierro del solar de la c/ Madre de Dios. Unos trabajos francamente complicados por el grado de destrucción de la zona, tanto en el derribo moderno del edificio que albergaba como en la construcción de éste a finales del XIX-principios del XX.

Una inspección del Área de Rehabilitación Integral (ARI) halló varias urnas en el mencionado solar, que linda también con la calle Suárez Somontes, y se procedió a la limpieza de los escombros del derribo. Tras cuatro sondeos, de resultado negativo, aparecieron restos correspondientes a la segunda Edad del Hierro, de finales del siglo V antes de nuestra era.

Walid Sbeinati expuso que se buscaron similitudes con otras necrópolis de la época, como Cantamento de la Pepina, El Jardal, Villaviejas, La Coraja, Medellín, Puebla de Alcocer e incluso dos del Baixo Alentejo, Monte da Terra y Heredade do Pergo.

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