Informes arqueológicos advirtieron en julio que podían producirse daños en la Alcazaba (Badajoz)

31/10/11 .- http://www.hoy.es/

Apartan al arqueólogo Fernando Valdés del proyecto de rehabilitación que se está desarrollando en el recinto almohade

Es uno de los monumentos más importantes de la ciudad y el que más está dando que hablar durante el último año. La Alcazaba permanece en el punto de mira de los pacenses desde que comenzó su rehabilitación. La obra, de especial interés para los ciudadanos, es seguida muy de cerca por diversos colectivos locales. Concretamente una de estas asociaciones, la Plataforma por la Rehabilitación Integral de la Alcazaba, afirmó la semana pasada que se están cometiendo irregularidades en el recinto islámico.
Según ha podido saber este periódico, este verano la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Extremadura recibió un informe arqueológico elaborado por el arqueólogo Fernando Valdés en el que advertía que se podían producir daños en el lienzo de la muralla si no se tomaban las medidas necesarias para salvaguardar todas las huellas históricas que alberga este enclave.
El informe, que se remitió a la institución regional con fecha de 29 de julio, destaca la importancia de la estructura arquitectónica así como de los enlucidos y revestimiento del espacio que está siendo actualmente restaurado y cuyos trabajos abarcan desde la Puerta de Carros a la del Alpéndiz. Esta primera fase de la recuperación de la alcazaba está financiada por el Ministerio de Fomento.
Las alarmas saltaron cuando plataforma anteriormente citada denunciaba públicamente que se había eliminado una inscripción de una de las torres de la fortificación, críticas que pusieron en entredicho los trabajos realizados en la obra de rehabilitación. Dicha torre está ubicada entre Puerta de Carros y la Torre de las Siete Ventanas.
Precisamente, esta zona del cinturón amurallado se corresponde con la ampliación llevada a cabo por la dinastía magrebí de los almohades en 1169 y 1170 que sufrió diversas reformas a lo largo de los siglos. Muchas de las actuaciones que se realizaron después del periodo islámico se acometieron con motivo de accidentes naturales -como riadas- y sobre todo por la necesidad de reconstruir los lienzos tras sufrir diversos asedios durante la Guerra de la Independencia. «Este sector ha sufrido muchas transformaciones y ha sido la que peor ha mantenido la estructura constructiva original», indica el informe.

Enlucidos e inscripciones

El documento también subraya el valor de los enlucidos e inscripciones de la piel del baluarte, ya que su estudio puede arrojar interesante información histórica, datos estilísticos, así como otros que posibiliten ubicar cronológicamente cada elemento de la fortificación y poder conocer a qué época y año concreto pertenece cada pieza. «El proceso de rehabilitación de la muralla debe ser enormemente cuidadoso y muy controlado tanto por su cara externa como interna porque podría destruir información histórica de importancia», recoge el informe.
El escrito también hace referencia a la zona comprendida entre el Metido y la Puerta del Alpéndiz, área que se va a intervenir próximamente. Esta franja del recinto forma parte del trazado primitivo de la Alcazaba anterior a 1148 y es de las mejor conservadas. «Hay motivos para advertir la presencia de elementos históricos capaces de aportar información desconocida», especifica el documento.
Así, en él se recomienda extremar las precauciones antes de llevar a cabo cualquier tipo de intervención en los lienzos; analizar los enlucidos; localizar y calcar cualquier grafito español o árabe; realizar una correcta lectura de ambas caras del lienzo así como un análisis de la argamasa y enlucidos. «Con independencia de la evidente necesidad de curar el monumento de las patologías que lo aquejan, no hay que olvidar que es un documento histórico. Hay informaciones históricas imposibles de recuperar una vez llevadas a cabo las intervenciones precisas para conservar», concluye el informe.
El artículo elaborado por Valdés fue enviado en verano, cuando aún no le habían comunicado de manera oficial que le habían rescindido el contrato como codirector del proyecto de seguimiento y sondeos arqueológicos en las obras de restauración. Sin embargo, desde principios del mes de junio el arqueólogo permanecía fuera de los trabajos que se desarrollaban en la Alcazaba debido a las desavenencias con la empresa adjudicataria de las reparaciones, Cabero Edificaciones.
Tras ser apartado de estas labores, Valdés se llevó consigo el estudio murario perteneciente a su tesis doctoral, documento utilizado para el análisis de la muralla. De ahí que la Plataforma por la Rehabilitación Integral de la Alcazaba reivindicase la semana pasada que se realizase un estudio previo del lienzo antes de someterlo a cualquier intervención.
No ha sido hasta finales de este mes cuando la Dirección General de Patrimonio ha notificado al arqueólogo que Cabero Edificaciones procedió el 10 de junio a la revisión de los contratos que vinculaban a dicha sociedad con los arqueólogos de las empresas que estaban trabajando en el enclave, Fernando Valdés, de Alamut, y José Manuel Márquez, de Tera S. L. Fue entonces cuando Cabero Construcciones rescindió el contrato a estas dos empresas para posteriormente contratar exclusivamente a Tera.
Por su parte, la Dirección General de Patrimonio afirma que son relaciones de contratación entre particulares que este organismo no puede resolver ni entra a valorar.

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