El pasado musulmán de El Puig

7/7/11 .- http://www.elmundo.es

La campaña de excavaciones que desde 2004 desarrolla en el yacimiento de El Puig (Alcoy) Ignasi Grau Mira (Universitat d’Alacant) y Josep Maria Segura Martí (Museu Arqueològic Municipal de Alcoy), se ha propuesto como principal objetivo este año investigar las evidencias arqueológicas de época medieval islámica localizadas en este territorio.

La identificación en campañas anteriores de restos humanos de dos inhumaciones que siguen el rito islámico medieval supone un hallazgo inesperado. No había constancia de vestigios de tal época en El Puig, que era considerado exclusivamente un poblado ibérico. Se pretende excavar los vestigios de un hábitat medieval islámico, datada provisionalmente hacia el s. X después de Cristo, que sería contemporánea a los enterramientos.

Otro de los objetivos prioritarios de la actual campaña es distinguir los límites periféricos del poblado en la zona alta y el estado actual del subsuelo. Los agentes erosivos naturales y abancalamientos modernos han modificado significativamente el aspecto original del Puig por lo que se requiere identificar las zonas que cuentan con mayor potencial arqueológico.

El Puig se localiza en un extremo de la urbanización del Estepar, sobre el Barranc de la Batalla y dominando la partida de La Canal, espacio agrícola tradicional y corredor de comunicaciones, que posee elementos de gran valor paisajístico y patrimonial, y que la convierten en un espacio privilegiado del término de Alcoy. De hecho, dos de los principales vestigios patrimoniales de mayor relevancia en la arqueología alcoyana, las pinturas rupestres de La Sarga y este poblado ibérico fortificado, se localizan en esta partida de La Canal.

Fue un asentamiento humano durante gran parte del primer milenio antes de la Era. Los restos más visibles son los de su último momento de ocupación en época ibérica clásica, en el s. IV a.C. Una comunidad de unas trescientas personas escogieron este monte para construir un poblado de casas cuadrangulares de piedra, replicas de relojes articuladas en torno a calles rectas, siempre que lo permitía la topografía del lugar.

Las necesidades estratégicas y defensivas llevaron a los iberos a emplazar sus poblados en lo alto de montes y a protegerlos con sólidas fortificaciones. En El Puig las construcciones defensivas se concentran en el único camino de acceso. Un sólido torreón de forma cuadrangular, de aproximadamente 5 x 12 m, fue construido hacia el siglo IV a.C., coincidiendo con una gran reforma del poblado.

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