Los intereses urbanísticos amenazan los restos de la ciudad n el Hort Morand (Denia, Alicante)

El Plan General Transitorio ha aumentado la preservación del yacimiento, pero sigue sin ser declarado como BIC. La alta cotización del suelo impide la adquisición por parte del consistorio


En los últimos años, la ciudad de Dénia ha avanzado en el camino para la preservación de los restos de la antigua ciudad romana de Dianium, enterrados bajo el Hort de Morand. No obstante, desde el ayuntamiento se advierte de que en la zona hay fuertes intereses urbanísticos y, de hecho, apenas 2.900 metros de los más de 25.000 que tiene la zona son de propiedad municipal.


El Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 1990 protegía 5.000 metros cuadrados del Hort de Morand, bajo la calificación de zona verde. En la actualidad se ha podido avanzar algo: el Plan General Transitorio, en vigor desde el pasado 1 de febrero, califica los algo más de 25.000 m2 de este espacio como suelo de equipamiento cultural; con ello, en principio, queda al margen cualquier posibilidad de edificación con fines residenciales, siempre y cuando no se recalifiquen los terrenos.
Por el momento, la zona arqueológica sigue sin ser declarada Bien de Interés Cultural (BIC), como pidió hace años al Consell Valencià de Cultura (CVC) Tomàs Miquel Perelló, en una iniciativa que fue secundada por más de 4.000 firmas. La respuesta del CVC fue rápida, y su dictamen de 2001 ordenó a la Generalitat iniciar los estudios para la protección de la zona. El ayuntamiento solicitó entonces la declaración del Hort de Morand como BIC y, en mayo de 2002, la Generalitat suspendió licencias por un año en la zona con esa finalidad. Sin embargo, más de 4 años después no se ha producido tal declaración.
De hecho, el catálogo de bienes y espacios protegidos municipal, aprobado en febrero junto con el Plan General Transitorio, sigue sin incluir el Hort de Morand entre los BIC de la ciudad (su declaración compete al Consell). Sin embargo, si que lo cataloga como Área de Especial Protección Arqueológica. Esta calificación no excluye totalmente la posibilidad de urbanización y construcción, aunque sí la condiciona a que, necesariamente, se elaboren los estudios arqueológicos previos y se rescaten los restos de valor para incorporarlos al patrimonio municipal.
El actual gobierno de la ciudad (PSOE-Bloc) trabaja en el concierto previo para la redacción del nuevo Plan General de Ordenación Urbana, cuyo avance mantiene el Hort de Morand como suelo de equipamiento cultural, igual que el vigente Plan General Transitorio. Sin embargo, cuando fue consultado por este diario, el concejal de Cultura y Patrimonio -esta semana, también, alcalde en funciones-, Pau Reig, consideró que con esa calificación los terrenos permanecen «protegidos»; ahora bien, «yo no pondría la mano en el fuego», añadió a continuación. «Nuestra intención al marcarlo como equipamiento cultural es protegerlo», concretó Reig,pero advirtió de que en la zona hay «muchos intentos para desarrollar» proyectos urbanizadores.

Museo al aire libre

La calificación del Hort de Moran como suelo de equipamiento educativo-cultural tampoco es casual. Esta calificación permite exclusivamente el desarrollo de «centros docentes, bibliotecas, museos, parques arqueológicos y otros servicios de análoga finalidad». Precisamente el de un parque arqueológico es el destino que el ayuntamiento quiere reservar a estos yacimientos. Una especie de museo arqueológico al aire libre una vez que se desarrollen las excavaciones necesarias, y en el que queden a la vista, para el estudio y el disfrute de los vecinos, los restos de los primeros seis siglos de vida urbana de Dénia, entre el siglo I y el VI d.C.
Por el momento, el pasado de Dénia sigue teniendo un futuro incierto. El inmediato parece estar garantizado, pero el Hort de Morand, en el corazón de la actual ciudad, se sigue cotizando alto en el mercado inmobiliario. Y ahí es donde el ayuntamiento tiene la principal dificultad para poder garantizar su preservación, ya que las arcas municipales no dan para adquirir los terrenos.