Apertura del recorrido por los restos arqueológicos de la Casa del Obispo (Cádiz)

Nunca nos hubiésemos imaginado, cuando hicimos una primera cata de cuatro por cuatro, todo lo que nos íbamos a encontrar". Así hablaba ayer José María Gener, arqueólogo responsable de la excavación en el yacimiento de la Casa del Obispo. Y lo hacía satisfecho y emocionado por el resultado de sus hallazgos, que ayer se pudieron contemplar durante la inauguración de este edificio como recorrido museístico por los 3.000 años de la historia de Cádiz. Restos púnicos, fenicios, romanos, medievales y modernos reunidos en tan sólo 1.500 metros cuadrados fueron los responsables de que más de un centenar de personas desafiasen el sol del mediodía y se congregasen junto a la Casa del Obispo para asistir a este histórico momento. Suponía el resultado de ocho años de trabajos y la prueba de que el suelo de Cádiz todavía puede seguir dando sorpresas.
La alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez; el obispo de la diócesis de Cádiz y Ceuta, Antonio Ceballos; el teniente de alcalde Enrique García Agulló; Germán Garbarino, responsable de Monumentos Alavista S.L.; y los arqueólogos Juan Miguel Pajuelo y José María Gener fueron los encargados de pronunciar unas palabras en "un día muy especial", como lo calificó la primera edil. Hubo agradecimientos, felicitaciones y sobre todo admiración ante el valor incalculable de este yacimiento, que ha requerido una inversión de 1.230.000 euros (más de 200 millones de pesetas). "Para nosotros es una gran alegría que este tesoro salga a la luz y pueda ser visitado", expresó Ceballos. Un idea que se repetía en cada una de estas intervenciones. "No hay nada igual en Andalucía", comentaba también Teófila Martínez.

Antes ellos, personalidades de diferentes ámbitos de la sociedad gaditana esperaban curiosos el momento de entrar en la Casa del Obispo. "Hemos dejado caer una gran losa de cristal para dejar a la vista el yacimiento", adelantó Germán Garbarino, responsable de la puesta en valor de este yacimiento desde Monumentos Alavista. Una vez dentro de la construcción, al abrigo del sol, llegó la sorpresa.

Pasarelas de cristal, iluminación lateral y directa a los suelos, música ambiental, una proyección de vídeo y un buen número de paneles explicativos se alternaban entre los verdaderos protagonistas: los restos arqueológicos que demuestran la huella de las sucesivas civilizaciones que habitaron este recinto. Algún tropezón entre los asistentes, que no reconocían los escalones en el suelo de cristal, y sobre todo exclamaciones de admiración. "¡Qué maravilla!", expresaba uno de los curiosos. "La gente se va a quedar pasmada", repetía la alcaldesa de Cádiz.

Los visitantes, repartidos en grupos de veinte para no saturar el espacio, recorrieron el yacimiento empezando por el final, ya que a partir de hora la entrada se realizará por la plaza de Fray Félix. Nada más entrar, la Sala del criptopórtico les sorprendió con sus tesoros, al igual que la Sala de los establos, la de los sótanos, la de las pinturas romanas y la de las cisternas también de esta misma época. Un recorrido que concluyó en la plazuela del Obispo, que reservaba una última sorpresa: la apertura de la puerta lateral de la Catedral.

Muros romanos, vestigios de una fuente, tumbas o vasijas son algunos de los tesoros que a partir de hora están al alcance de la mirada de los gaditanos. Pero, sin duda, llamaron especialmente la atención las pinturas murales romanas y la recreación que ha hecho en torno a ellas la gaditana Candi Garbarino. "Ha sido una experiencia muy bonita, aunque también ha sido un trabajo muy disciplinado", expresó al artista, "tenía que tener en cuenta en todo momento el criterio de los técnicos y, por ejemplo, al principio me chocaban mucho los colores utilizados".

Por su parte, el arqueólogo José María Gener, que ha asistido directamente a cada uno de los hallazgos, expresó la verdadera vocación de la puesta en valor de este enclave: "Es difícil de entender, se trata de un yacimiento complejo y por eso los paneles son repetitivos. La intención no es que el visitante aprenda de arqueología, sino que se den cuenta de cómo han pasado las diferentes civilizaciones y el uso que le han dado".

Sin embargo, el yacimiento arqueológico de la Casa del Obispo todavía no muestra todos sus secretos. Ayer se echaban en falta algunos de sus tesoros. Como el anillo fenicio, que actualmente conserva el Museo Provincial y del que sólo se traerá una réplica a la Casa del Obispo. Tampoco se pudieron admirar las tumbas fenicias, escondidas bajo la actual explanada de arena que se sitúa frente a la construcción. Según apuntó Gener, no se podrán contemplar hasta que se concluya el plan Entre catedrales de Campo Baeza, que proporcionará una cubierta a todo este entorno y que también permitirá sacar a la luz un fragmento de la muralla del siglo XVII. Una vez que este proyecto esté finalizado, "el recorrido aumentará quizá en un cuarto de hora".

Por el momento, los gaditanos que acudan al Yacimiento Arqueológico de la Casa del Obispo pueden hacerlo todos los días en horario ininterrumpido de diez de la mañana seis de la tarde (durante invierno) y hasta las ocho en verano. La entrada cuesta 4 euros, 3,5 reducida.