Las tenerías de San Segundo (Ávila), las más completas excavadas en España

Las excavaciones efectuadas desde el año 2001 en el arrabal de San Segundo han permitido descubrir los restos mejor conservados y más completos de las “tenerías de mayor relevancia de España”.

El delegado de la Junta en Ávila, Francisco José Sánchez, visitó ayer las excavaciones de las tenerías, a las que definió como una “joya arqueológica” del siglo XIV que será visitable en un futuro.

La Junta ha encargado ya a un arquitecto la realización de “un estudio técnico que permita recabar la información necesaria para documentar un proyecto que haga visitables las tenerías”, incorporándolas a la oferta turística y medioambiental del arrabal de San Segundo.

Consideradas ya Bien Cultural, “quedarán protegidas para evitar su deterioro”, apuntó Sánchez.

Ejemplo único
El jefe del Servicio Territorial de Cultura, Alejandro Núñez, destacó que si bien existen otras tenerías medievales en localidades como Lérida y Tárrega, las de Ávila son “un ejemplo único” por ser “más antiguas y completas”.

Las tenerías, de origen medieval, se dedicaban al curtido de las pieles y, hasta la expulsión de los judíos de España en el siglo XV, estaban regentadas por éstos.

Tres siglos de actividad
Su actividad se mantuvo durante tres siglos, según los datos recavados por el equipo arqueológico dirigido por Ascensión Salazar, hasta mediados o finales del siglo XVII, coincidiendo con una etapa de “crisis económica en España que afectó a la producción industrial”.

En las excavaciones han aflorado los restos, en muy buen estado de conservación, de una treintena de tinas de madera, cerámica y de obra, así como atarjeas –conducciones de agua realizadas en ladrillo-, restos de calles, pasillos interiores, estancias y piletas utilizadas en el proceso de curtido de pieles.

Muchas de las tinajas se encuentran aún enteras, así como las piletas e incluso el pavimento de las estancias y el empedrado de lo que podría ser una calle de la época.

Excavaciones

La documentación medieval sobre la ciudad revelaba la existencia de las tenerías, aunque no su ubicación exacta.

Los trabajos de excavación se iniciaron en 2001, con una fase preliminar que consistió en un control arqueológico que no consiguió determinar la ubicación exacta de las tenerías.

Las tres fases siguientes de excavación, en las que han trabajado equipo de entre cuatro y seis personas, se desarrollaron entre 2002 y el presente año.

Estas últimas concluyeron con el trabajo en un área de 500 metros cuadrados y que han costado 67.000 euros. Los restos de las tenerías aparecieron “muy cubiertos por la cal, uno de los elementos que se utilizan en el proceso industrial el curtido del cuero”, indicó Núñez.

Por la extensión de las tenerías, se puede decir que se trató de una “industria importante”, si bien aún no se ha precisado si se trataba de una sola fábrica de curtidos o si era un complejo industrial.