Un parador destroza el "perfil histórico" de Lorca (Murcia)

31/10/05 .- El País

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La construcción de un hotel de lujo de la empresa Paradores de Turismo de España dentro del entorno del castillo de Lorca ha desatado la polémica. Los defensores del proyecto afirman que el impacto visual será "mínimo". Los detractores alertan de la modificación del perfil de la ciudad murciana y de los daños que puedan ocasionarse en un yacimiento arqueológico que dicen no se ha estudiado convenientemente.


El perfil de la ciudad se modifica en la zona del castillo de origen islámico. Paradores de Turismo de España, empresa dependiente de Turespaña, está construyendo uno de sus hoteles dentro del castillo de Lorca, un municipio de casi 100.000 habitantes que vive principalmente del sector agroalimentario. En relación con esta edificación, que abarcará una superficie de 15.800 metros cuadrados en la que está previsto construir 79 habitaciones con un presupuesto inicial de 14,5 millones de euros, hay una agria polémica desde que en 2003 se presentó el proyecto de construcción, que distribuye la obra en ocho plantas, algunas de ellas subterráneas.

Mientras el alcalde socialista de Lorca, Miguel Navarro, es un ferviente partidario de esta iniciativa "por la que pelea un centenar de ciudades españolas", y tiene el apoyo del Gobierno regional, encabezado por Ramón Luis Valcárcel (PP), un colectivo, asociado en torno a la Plataforma para la Defensa del Patrimonio de Lorca, se opone frontalmente y pide la paralización de las obras que acabarán con un yacimiento arqueológico.

Además de la Plataforma y el Foro Ciudadano (www.forociudadano.org), arqueólogos de la Escuela de Estudios Árabes de Granada y el Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Murcia (UMU) dieron la voz de alarma, al expresar su preocupación "por la destrucción de restos arqueológicos de un palacio islámico del siglo XI que, según fidedignas noticias que han llegado hasta nosotros, se está llevando a cabo en la fortaleza de Lorca". El alcalde destaca que "ha habido, hay y habrá un escrupuloso respeto por el patrimonio histórico". Tanto este departamento de la UMU como el resto de expertos que han estudiado el proceso de construcción del parador, como el profesor de Derecho Administrativo de la Universidad de Alicante José Ochoa Monzón, advierten de que el castillo fue declarado en 1985 Bien de Interés Cultural (BIC), "lo que exige su conservación y la consulta obligatoria a especialistas, como por ejemplo profesores universitarios, antes de hacer los trabajos de construcción dentro del recinto cultural, lo que no se ha hecho".

Las obras iniciadas sacaron a la luz una sinagoga del siglo XV, junto a numerosas viviendas, lo que obligó a parar las obras y modificar el proyecto, que convierte el centro de culto hebreo en un museo que se integrará en el hotel. Los expertos aseguran que el edificio hallado en las faldas del castillo está considerado como único, ya que no presenta notables transformaciones posteriores que hayan modificado su configuración primitiva. Según el alcalde, la sinagoga, que fue hallada gracias a la construcción del parador, se ha incluido en el proyecto, "e incluso dentro del programa general de turismo de calidad denominado Lorca, taller del tiempo". Navarro destaca que "casi con toda seguridad, si no se hubiera decidido construir el hotel de lujo, no se hubiera descubierto ya que no había fondos suficientes para su investigación arqueológica". Para el primer edil lorquino, "una prueba de que las obras no han dañado nada es que la fiscalía acudió a la fortaleza y no encontró ningún destrozo", asegura Navarro.

Pese a que el alcalde anunciara meses antes que "los lorquinos tendremos que acostumbrarnos a la visión del parador en el castillo", el nuevo perfil no gusta nada a algunos vecinos, acostumbrados a ver su ciudad de una determinada manera. José García, uno de los miembros más activos de la Plataforma de Defensa del Patrimonio de Lorca, asegura que las obras no han tenido respeto con el castillo por el impacto visual que ha sufrido el monumento desde todos los frentes, que ya obstaculizan la visión de la torre principal, denominada Alfonsina, que también será rehabilitada para exposiciones y como mirador de todo el valle del Guadalentín.

El alcalde dice que la repercusión en el perfil del castillo, auténtico emblema municipal, será muy baja, y según el jefe de servicio de Patrimonio Histórico de la Consejería de Educación del Gobierno murciano, Ángel Iniesta, se ha planteado "bajar la altura del edificio, y eliminar así el impacto visual, que ya es mínimo".

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