Necrópolis Tardorromanas en la Cuenca del Duero

11/12/10 .- https://paleorama.wordpress.com

El eje del evento serán los enterramientos o necrópolis recientemente descubiertos

La Roma que se esconde bajo Castilla y León emerge al paso de las excavadoras. La intensa actividad constructora de la última década, asociada al trazado de grandes infraestructuras viarias, la ampliación de cascos urbanos o la implantación de nuevos sistemas de regadío ha incrementado el trabajo de los arqueólogos al encontrarse docenas de hallazgos en una Comunidad en donde los rastros de su rico pasado histórico apenas se separan del presente por un fino velo de tierra.

Un encuentro de expertos arqueólogos nacionales, del ámbito empresarial, institucional y universitario, distinguirá este viernes en Almenara (Valladolid) los descubrimientos con más valor frente a otros que no pasan de ser simples incidentes.

Son especialistas en los hallazgos que tienen que ver con el pasado romano en el mundo rural castellano y leonés que ha dado aportaciones tan valiosas, desde el punto científico y cultural, como la Villa de la Olmeda, en Palencia, y la de Almenara Puras, en Valladolid. Ambas, referentes nacionales e internacionales por la riqueza y conservación de los vestigios y que con cada pieza, trozo de mosaico o tierra descubierta muestran más de nosotros mismos de lo que a priori puede pensarse.

El eje del evento serán los enterramientos o necrópolis recientemente descubiertos, auténticos puntos cardinales para conocer un periodo fascinante de la historia, entre el siglo III y V d.c., que incluye hitos fundamentales como la desaparición del mundo romano o el advenimiento del cristianismo.

Aunque los restos óseos de muchas tumbas han desaparecido, su construcción y, sobre todo, el ajuar funerario (objetos queridos por el difunto o para honrar su memoria) hablan de la identidad y valores de aquella época y desvelan más que la forma de decir adiós de nuestros antepasados: su manera de vivir, que ha calado en nuestra propia forma de vida. Pulseras, vajillas, lámparas o hebillas se parecen enormemente a las que hoy usamos.

La cita se celebrará bajo el título Necrópolis Tardorromanas en la Cuenca del Duero, novedades y estado de la cuestión. La referencia al Duero no es estrictamente geográfica sino que alude a lo que en arqueología se conoce como el ‘mundo de las necrópolis del Duero’ cuyas ramificaciones tipológicas e históricas abarcan muchas otras zonas de la Península.

La coordinadora del acto, la reputada arqueóloga del Universidad de Valladolid, Carmen García Merino, defiende que se trata de “una reunión necesaria después de diez años para comunicar a la comunidad científica y al público en general con qué puntos de interés»cuenta Castilla y León”. De hecho, como novedad, las conclusiones quedarán para la posteridad en una publicación en la Red de abierta a consulta.

ÁVILA. Un ejemplo de cómo obras civiles derivan en trabajos arqueológicos es uno de los puntos de especial interés. Éstos arrancan en Ávila con el hallazgo de un conjunto de once inhumaciones en San Pedro del Arroyo, en las obras de la autovía hacia Salamanca. Este yacimiento, en la octava fase de excavación, ha recuperado mosaicos bien conservados, una recompensa para los arqueólogos. Sin embargo, otras cuestiones también han rodeado el descubrimiento: cierta polémica porque la Diputación reclama mayor presupuesto de la Junta para terminar lo comenzado.

LEÓN. La provincia leonesa está muy presente en este encuentro nacional con dos hitos. El primero es uno de los centros más antiguos del culto cristiano en la Meseta, la necrópolis tardorromana encontrada en las ruinas de la Basílica de Marialba de la Ribera. Los rastros de esta construcción se conocen desde el siglo XIX, pero a cada nueva labor de investigación le sigue una grata sorpresa. En este caso, en el entorno de este templo comienzan los enterramientos a finales del siglo IV y comienzos del siglo V, para concluir su uso como cementerio a finales de las Edad Media. Toda una veta resumida en muy poco terreno, en donde poder establecer una secuencia temporal y cultural entre esos periodos a través de los ritos y ajuares funerarios.

Una única tumba, pero cargada de misterio, yace en Ponferrada. En la iglesia de San Salvador del Toral de Merayo apareció una fosa vacía. Sin embargo, los rastros funerarios evidencian que quien allí yació fue un hombre de importancia. Un hecho anómalo en su individualidad.

SALAMANCA. En algunos casos los enterramientos van unidos a la presencia cercana de una villa palaciega. En la necrópolis de La Serna, en la localidad de Garciahernández en Salamanca, se descubrieron siete inhumaciones, algunas cubiertas con tejas, lo que da señal de la riqueza de los enterrados. A pesar de los escasos ajuares, destaca el rescate de dos lucernas (lamparas que debían guiar al difunto en su camino al más allá), una con aspecto de ave. Sin salir de Salamanca, en Sieteiglesias de Tormes, destaparon, en febrero de 2008, también asociados a los restos de una villa romana, 14 enterramientos que pasan por todas las clases sociales: desde aquellos cubietrtos con tejas de los señores, a los sencillos ataúdes de madera. Entre al ajuar hallado destaca una olla de vidrio y varias pulseras de ese mismo material.

VALLADOLID. Los trabajos que se expondrán de Valladolid abarcan la necrópolis de Soto Tovilla, en Tudela de Duero, que nos recuerda que no todos los enterramientos pueden asociarse con villas, sino también con núcleos de población más modestos, prototipo de las aldeas. Se han hallado 30 tumbas cuyos ajuares son de cerámica.

En Tordesillas la atención de los arqueólogos pivota en torno a dos tumbas infantiles cuyo ajuar las data en el siglo IV d.c. Existe, también, una tercera tumba de un adulto. Los investigadores han justificado la presencia de estos restos al con un pequeño establecimiento rural romano llamado La Vega. A pesar de ser de sobra conocida como villa, la Almenara se estrena este año también como necrópolis. La obra de un parque infantil junto al recinto hizo que asomara el cadáver de una mujer de entre 30 y 40 años, una anciana para la época, dado que las mujeres rara vez sobrevivían a su época de fecundidad a casua del fallecimiento en los partos.

ZAMORA. La lista se cierra con el más antiguo de los descubrimientos de Zamora, la necrópolis tardorromana de Vilacorta en Vadilla de Guareña que, aunque descubierta en los años noventa, ha aportado nuevos datos en los últimos años. Margarita Sánchez Simon, arqueóloga de la Villa de Almenara Puras y encargada de recopilar la información sobre Castilla y León previa a las jornadas, apunta que el listado “puede que no ser exhaustivo”, pero sí significativo de los lugares de interés en torno a los vestigios de Roma, en el sentido en que son lugares que pueden sumarse a los hallazgos clásicos como San Miguel del Arroyo, Simancas, Rubí de Bracamonete, en Valladolid, o La Morterona en Saladaña, Palencia, en cuyo término municipal se encuentra la gran necrópolis de La Olmeda, en donde se encontraron 700 enterramientos.

No sólo un periodo temporal diferencia estos nuevos yacimientos de los anteriores. También los usos en la arqueología. Como recuerda Sanchez Simón, estos hallazgos sólos se han excavado y estudiado parcialmente. Si antaño se procedía a “una excavación exhaustiva”, ahora se señaliza por tres razones: la gran cantidad de nuevos descubrimientos que hacen difícil reunir a un grupo de investigadores suficientes, la necesaria espera hasta lograr los fondos necesarios de las administraciones “mucho más en momentos difíciles como éstos”, como recuerda Carmen García Merino. Y, por último, la esperanza de que los avances técnicos permitan obtener más información sobre los hallazgos tal como ocurrió con el ADN, “que permite que un recipiente revele que contuvo”.

Noticias relacionadas

Comenta la noticia desde Facebook

Comentarios

No hay comentarios.