Las denuncias por expolio arqueológico se cuadruplican en menos de dos años (Córdoba)

22/11/10 .- http://www.abc.es

El Seprona tramita en Córdoba 36 infracciones contra el patrimonio en lo que va de 2010, frente a las 9 de 2008

La operación policial que esta semana pasada dejó en jaque a los cuatro miembros de una red dedicada al robo y contrabando de piezas arqueológicas, y que se saldó con la recuperación de elementos de un valor incalculable sustraídos de tres necrópolis de Aguilar y de un solar de Córdoba con restos de una galería de época califal, ha colocado en el punto de mira una práctica ilícita que se está incrementando de forma significativa.
Según datos del Servicio de Protección de la Naturaleza del Instituto Armado (Seprona) en Córdoba, las infracciones administrativas denunciadas por actos contra el patrimonio histórico se han cuadruplicado en menos de dos años. Así, en 2008 apenas se registraron 9, mientras que, a poco más de un mes para que acabe 2010, la cifra llega ya a las 36 demandas. Además, los efectivos de la Benemérita han contabilizado dos delitos por los que se han instruido diligencias penales que supusieron la detención de dos personas.
Fuentes del Cuerpo informaron de que la transgresión más común es el uso de aparatos detectores de metales sin autorización de la Administración competente: la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía. Las infracciones administrativas están recogidas en la Ley 14/2007 de Patrimonio Histórico de Andalucía.
Lo que las distingue del delito es la comisión de daños, mediante cualquier procedimiento, en cualquier elemento integrante del conjunto en el que se enclava, entre los que se hallan los yacimientos arqueológicos con independencia de su catalogación como Bien de Interés Cultural.
En este sentido, las multas que se pueden interponer por este tipo de infracciones oscilan entre los 250.001 y el millón de euros para las muy graves; de 100.001 a 250.000 euros, las graves; y de hasta 100.000 euros para las leves. En cuanto a los delitos, el Código Penal recoge en su artículo 323 que «será castigado con la pena de prisión de uno a tres años y multa de doce a veinticuatro meses el que cause daños en un archivo, registro, museo, biblioteca, centro docente, gabinete científico, institución análoga o en bienes de valor histórico, artístico, científico, cultural o monumental, así como en yacimientos arqueológicos».
El Seprona apunta que el material que más se suele intervenir a los infractores de este tipo de hechos ilícitos son las monedas, fundamentalmente de época romana y efectos de ornamentación variados. En menor medida suelen incautarse fragmentos o utensilios de cerámica.
Aunque se haga una primera valoración de la época por las unidades actuantes, la peritación de esas piezas corresponden a los arqueólogos de los distintos museos de la provincia.
Todo el material recuperado con ocasión de infracciones contra el patrimonio arqueológico es depositado bien en el Museo Arqueológico de Córdoba o bien en cualquier museo local.
Dichos «tesoros» estarán a disposición de la Delegación provincial de la Consejería de Cultura en caso de infracciones administrativas, o del juez de Instrucción competente, si se trata de delitos por los que, una vez sustanciado el oportuno expediente sancionador, se acordará el destino definitivo de las piezas.
Las finalidades que pueden perseguir los ladrones del subsuelo son dos: por un lado, la colección clandestina, que logran por búsqueda directa o por compra. Por otro, el lucrarse con la comercialización de las piezas encontradas.
Según el Instituto Armado, no se puede establecer un perfil único de estos ladrones de la historia. «Hemos detectado personas de muy variopintas profesiones o estratos sociales. Además, la búsqueda de piezas se realiza por un número reducido de actores en el medio rural —uno o dos como máximo— y el comercio y tráfico pueden llevarse a cabo a nivel individual, o bien en el entramado de una organización de mayor entidad», manifestaron desde el Instituto Armado. En muchos ocasiones, detrás hay blanqueo de capitales.
Además de la última actuación del Cuerpo Nacional de Policía esta semana, una de las últimas intervenciones de mayor calado se produjo en Puente Genil, donde el Seprona detuvo a dos personas con altas cantidades de marihuana, animales disecados y restos arqueológicos (monedas, puntas de flechas, hachas, anillos...).

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