El Museo Arqueológico Nacional reabre sus puertas con una nueva edición de la exposición Tesoros

20/10/10 .- http://www.revistadearte.com

El Museo Arqueológico Nacional ha reabierto hoy sus puertas con una nueva edición de la exposición Tesoros. Tras varios meses de intenso trabajo interno en el edificio, de desmontaje, movimiento de colecciones y mobiliario, así como nuevo montaje de esta muestra, la exposición se traslada al ala sur del edificio, recién remodelada.

Tesoros del Museo Arqueológico Nacional ha recibido casi 400.000 visitantes desde su inauguración en mayo de 2008. La muestra, de acceso gratuito, propone un recorrido por las culturas de la Península Ibérica y exhibe las piezas más conocidas del Museo, como el Tesoro de Guarrazar, la Dama de Baza o la Dama de Elche. En este nuevo montaje, algunas obras como el monumento funerario de Pozo Moro, han sido retiradas con el fin de proceder a su restauración de cara a la futura inauguración del Museo.

Actividades durante la reforma
El Museo, aunque se encuentra inmerso en una importante reforma arquitectónica, ha asumido su condición de servicio público y de acceso a los ciudadanos manteniendo sus puertas abiertas, tanto a través de la exposición temporal Tesoros, como a través de su página web. Este museo digital ha recibido más de 115.000 visitantes sólo en este año, mostrando además un catálogo propio de la exposición temporal disponible desde mayo de este año al que accedieron más de 3.900 visitas.

A lo largo de 2010, contando sólo con el respaldo de la exposición Tesoros, el Museo ha puesto en marcha más de 70 diferentes tipos de actividades, entre talleres escolares, visitas guiadas, piezas del mes o ciclos de conferencias, que han superado los diez mil asistentes sólo en este año.

Por otra parte, en el esfuerzo por dar visibilidad de sus colecciones mientras tiene lugar la rehabilitación del edificio, a través del Programa El Museo Arqueológico Nacional: un museo en movimiento, el MAN ha desarrollado una serie de exposiciones temporales que están itinerando por España y el extranjero, con más de un cuarto de millón de visitantes. Entre estas exposiciones destacan España, encrucijada de civilizaciones (Colombia, Chile y México), Rostros de Roma (Palma de Mallorca, Barcelona, Valencia, Cartagena, Segovia y Portugal) o En el Jardín de las Hespérides. Vasos griegos del Museo Arqueológico Nacional (Málaga).

Tesoros del Museo Arqueológico Nacional es el montaje de las colecciones del MAN que estará vigente mientras duren las obras de remodelación del Museo. Se inauguró el 13 de mayo de 2008 ocupando una parte del ala Norte del edificio y ahora se traslada al ala Sur, una vez finalizados los trabajos de remodelación de este sector.

Es una exposición temporal de largo alcance, que tiene como objetivo mantener abiertas al público las puertas del Museo, cuya entrada es gratuita durante el periodo de obras. Tesoros es una muestra algo atípica porque en realidad nos ofrece un museo en miniatura pero, por ello mismo, mucho más selecto y exquisito; y su montaje es un esbozo de lo que será el MAN cuando haya finalizado su proceso de reformas, el más importante de la historia del edificio, que empezó a construirse en 1867.

Mantener vivo el Museo Arqueológico Nacional, aunque esté parcialmente cerrado, es una decisión que implica no sólo continuar con el mantenimiento y conservación de su patrimonio, sino también potenciar una política de estudio e investigación de este importante legado cultural, en el marco de congresos y otros eventos especializados, y de su difusión por medio de la organización de exposiciones itinerantes y de préstamos a otros proyectos de las mismas características.

Se trata de transmitir al público una imagen de continuidad, de evitar con las obras una ruptura en la relación con los ciudadanos en general y con los visitantes, habituales y eventuales, del Museo en particular.

En la línea de estos propósitos y precisamente encabezando todos ellos se encuentra esta espléndida e inusual exhibición donde se concentran las mejores, aunque no por ello las más conocidas, piezas del Museo, sus TESOROS, abarcando en un recorrido abreviado el mejor patrimonio arqueológico del país, desde la Prehistoria hasta la Edad Moderna.

Este nuevo espacio expositivo en el que se exhiben alrededor de 250 objetos y conjuntos de piezas, cuenta también con una pequeña sala de audiovisuales para dar a conocer el pasado, presente y futuro del Museo, así como un aula didáctica como anexo a la exposición para llevar a cabo actividades infantiles y juveniles.

El diseño de este montaje expositivo ha sido obra de Juan Pablo Rodriguez Frade, quien también es el arquitecto responsable de la remodelación, que representará una modernización sin precedentes en la historia del edificio. El nuevo Museo tendrá probablemente un aspecto semejante al de las salas que ahora podemos visitar, aunque aún estén por definir los criterios expositivos y museográficos en su totalidad.

UN RECORRIDO POR LA HISTORIA
El itinerario debe comenzarse, entrando hacia la izquierda, por el área dedicada al Próximo Oriente y a Egipto, donde se encuentran dos imponentes sarcófagos, un gran vaso canopo y, procedente de Irak, una estatuilla de piedra (2500 aC.) representando a un orante sumerio.
De semejante antigüedad, aunque referidas a contextos bien diferentes, son algunas de las piezas más destacadas de la sección dedicada a la Prehistoria: El Ídolo de Extremadura, arte conceptual de exquisita factura en alabastro, está datado en el Calcolítico, mientras que los cuencos de Axtroki, en oro, pertenecen a los comienzos de la Edad del Bronce y reproducen un modelo que, con notables variantes formales, se repite desde Escandinavia a la Península Ibérica y desde las Islas Británicas hasta Centroeuropa.

En tiempo aún más remoto, en el Neolítico Medio (VI-V milenio aC.), sorprende la cuidada elaboración de unas sandalias de esparto encontradas en la Cueva de los Murciélagos (Granada); objetos que -como el bifaz madrileño del Periodo Achelense (200.000 años), que debió ser una herramienta multiusos durante miles de años- dan cuenta de la sorprendente evolución del ser humano en cuanto a la técnica artesanal.

La civilización griega está representada por apenas una docena de piezas de cerámica de los Periodos Arcaico y Clásico, procedentes del Ática y del Sur de Italia: cráteras, vasos, lebetas, hidrias, copas y lécitos cuya decoración ofrece una serie de relatos mitológicos donde héroes y dioses se erigen en protagonistas de objetos cotidianos o de uso ritual

La Protohistoria peninsular, con la que se cierra este sector de la exposición, presenta una amalgama de influencias que conviven en nuestro territorio a lo largo de la Edad de Hierro: De estilo orientalizante son el llamado Sacerdote de Cádiz -una figura de bronce y oro, que en realidad ha sido identificada como la representación de una divinidad oriental- y el Tesoro de la Aliseda, que denota una avanzada tecnología en el tratamiento del oro. También de origen fenicio es la Dama de Galera, verdadera diosa de la fertilidad, sentada en un trono y flanqueada por dos esfinges.

Otra Dama, la de Ibiza, que fue hallada en la necrópolis de Puig des Molins, se ha identificado con la diosa púnica Tanit; y también de las Islas Baleares proceden los llamados Bous de Costitx, una cabeza de toro y otra de becerra fundidos en bronce (el tercer ejemplar se encuentra en exposición itinerante) y pertenecientes a la cultura Talayótica. Esta sección comparte su espacio con una importante colección de armas y adornos vettones y celtibéricos.

Entramos en la Sala de Escultura Ibérica que, presidida por las tres grandes Damas del Museo -la de Elche, la de Baza y la del Cerro de los Santos-, hace las veces de bisagra entre las dos grandes secciones de la exposición. En ella se encuentran también la Bicha de Balazote y los restos de los monumentos funerarios de Osuna como exponentes del arte ibérico .

La muestra recoge las huellas de Roma en territorio hispano a través de una serie de piezas representativas de la cultura latina: un mosaico de gladiadores, así como varias estatuillas de bronce representando lares y genios protectores del hogar. Como legado tecnológico encontramos una bomba hidráulica, soberbia pieza de ingeniería, y un reloj de sol. Y la Lex romana está presente en una de las cinco tablas de bronce donde se recogía el texto legislativo que regulaba la vida de una ciudad del siglo I, en todos sus aspectos. Destaca en este sector, por ser una de las últimas piezas adquiridas para la colección del Museo, una estatua en mármol de la diosa Urania, en actitud reflexiva.

Si hay un conjunto, entre todos los expuestos, que haya ganado en consideración con respecto a su anterior ubicación, éste es el Tesoro de Guarrazar. Dispuesto en un espacio autónomo, la iluminación actual permite admirar la extraordinaria belleza de sus piezas como nunca antes fueron vistas. El recorrido continúa a través de la Edad Media donde árabes, cristianos y una influyente minoría judía, conformaron diferentes entornos culturales: un surtidor de la fuente de Medina Azahara y el astrolabio construido por Ibn Sahl en el siglo XI, por una parte, y el maravilloso crucifijo románico de don Fernando y Doña Sancha, junto con las imponentes figuras de alabrastro -procedentes del desaparecido convento de Santo Domingo el Real- de las sepulturas de don Pedro I y doña Constanza de Castilla, por otra, dan cuenta de este cruce de culturas que presidió nuestra Edad Media.

Las piezas escogidas de la colección numismática del MAN se reparten a lo largo de todo este itinerario pero además, como colofón, se ofrece una selección de las monedas más importantes de nuestro patrimonio: Único es el cuaternión de oro de Augusto, pieza de ostentación, como también lo son la Gran dobla de Pedro I de Castilla y León y el Centén de Felipe IV, que es la de mayor valor y tamaño de la Monetaria española.

Este recorrido por la arqueología se cierra en el siglo XIX. De este último periodo han de destacarse una estatua ecuestre de bronce representando al Héctor troyano, obra del escultor renacentista Filarete, y una silla de manos, de gusto rococó, que el pintor Luis Paret decoró con escenas de amor y celos protagonizadas por personajes mitológicos. Este itinerario, breve pero intenso, da cuenta de lo mejor de nuestra historia y nuestra cultura a través de los Tesoros custodiados en el MAN, que no por desconocidos han de ser menos valorados.

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