Medina Azahara: Tras el parque arqueológico

La oficina técnica sugiere la adquisición de más suelo para el yacimiento y concentrar allí la mayoría de las inversiones, ya que solo la mitad de los terrenos son públicos

Medina Azahara se convertirá en un parque arqueológico de carácter metropolitano. Pero solo la mitad de sus 326 hectáreas --165-- son públicas, concretamente las ocupadas por el yacimiento principal y por la sede institucional. El resto son parcelas privadas que hay que adquirir. Por ello, la oficina técnica advierte de que la mayoría de los recursos económicos deben concentrarse en su entorno. De esa forma, se podrían mejorar las comunicaciones y dotar a la zona de más aparcamientos, áreas de formación y esparcimiento y de una sala de exposiciones. Incluso sugiere ampliar los límites de la sede institucional hasta la carretera de Palma. Todo esto conllevaría la declaración de utilidad pública de los terrenos afectados o su identificación como zona de tanteo y retracto, la programación de la compra o permuta, la puesta en valor de los recursos y la creación de nuevos itinerarios culturales.

El ámbito estudiado por la oficina técnica ha quedado dividido en seis zonas --ver gráfico de la página 2--. En todas, y no solo en la central del yacimiento y en la Sur de Las Pitas y Córdoba la Vieja, se pueden ejecutar proyectos. En la Oeste, aconseja realizar un convenio con los dueños del suelo donde se enclava la almunia de Alamirilla. Otra idea llamativa es la que afecta a las canteras de la Albaida y a Turruñuelos, que propone adquirir y localizar equipamientos deportivos, recreativos y lúdicos. Entre sus posibles usos, alude a un centro de alto rendimiento, ciudades deportivas, campo de golf y áreas complementarias a la actividad ecuestre de Caballerizas Reales.

La oficina considera que hay que aprovechar los recursos paisajísticos de la sierra adecuando caminos, habilitando miradores y regenerando cauces y vegetación. Además, es partidaria de disminuir el impacto negativo de Casilla del Aire, La Torrecilla y Dehesilla-El Hornillo, que necesitan planes especiales de mejora del medio rural, aunque reconoce que generarán conflictos y agravios comparativos. Respecto al Camino de los Nogales, piensa que hay que mantener su uso agrícola--ganadero y mejorar las conexiones, así como poner en valor el puente.

La A-431 será una pieza clave, "que hay que descargar del tráfico pesado y regional" y que necesita un acondicionamiento, sobre todo entre el nudo de conexión con la C-3314 hasta la futura variante de Villarrubia. El informe censura, por ejemplo, la situación deficitaria de las CO--3314 y CV-111, que deberían ser catalogadas como "de interés paisajístico" y tener miradores. Entre otras propuestas, aconseja la reubicación del apeadero de El Higuerón o la creación de uno de Medina Azahara para facilitar el acceso en ferrocarril. Respecto a los trazados ferroviarios, critica su "efecto barrera". La oficina considera que debe ejecutarse un corredor fluvial a lo largo del canal del Guadalmellato y modificarse el trazado de la Cañada Real.

Otra labor de la oficina ha sido el inventario de las 303 parcelas y 205 casas de Las Pitas, Córdoba la Vieja y La Gorgoja II. Las viviendas tienen su origen en los noventa pero sus problemas llegaron con la ampliación de la zona BIC. Entonces se convirtieron en un lastre para el yacimiento, que Cultura siempre ha querido salvaguardar a toda costa. El Icomos criticó duramente la existencia de las casas junto a un bien que quiere ser Patrimonio de la Humanidad. El año pasado, la Junta aprobó un decreto para evitar que se construya más, que iniciaba el camino de la compra o expropiación de 29 parcelas sin edificar. Ahora, la oficina está recopilando los datos sociales de todos los parcelistas. La información obtenida tras analizar caso por caso ayudará a las administraciones implicadas a tomar la decisión definitiva.