La investigación en torno a la basílica de Marialba se centrará en todos los restos humanos

8/9/10 .- http://leonoticias.com

La Fundación del Patrimonio Histórico considera 2011 un "año clave" para el yacimiento y prevé una prospección geofísica en su superficie

La excavación realizada el año pasado en el yacimiento de la basílica de Marialba (León) permitió recuperar un vasto repertorio de material arqueológico. El tesoro lo configuran más de 3.400 fragmentos de cerámica, cerca de 2.500 materiales no cerámicos (metal, vidrio, azabache, monedas o decoración, por ejemplo) y, especialmente, restos de 282 individuos procedentes de 237 enterramientos en el templo paleocristiano o sus proximidades. Estas piezas óseas están llamadas a jugar un papel importante para esclarecer el pasado de la iglesia, cuyos restos más antiguos corresponden al siglo IV. Según anunció Zoa Escudero, arqueóloga de la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León, "en los próximos meses se procederá a una analítica de estos restos humanos".

El número de enterramientos parece responder a la naturaleza propia del templo. Gran parte de los templos cristianos del tránsito de la Antigüedad a la Edad Media (siglos IV y V) que han llegado hasta la actualidad corresponden a construcciones funerarias. En el Imperio Romano se prohibían las inhumaciones en las ciudades, por lo que los primeros cristianos construyeron sus basílicas cementeriales en las afueras. Marialba se encuentra a unos 13 kilómetros de la actual León, en la ruta que comunicaba Legio VII con Lancia.

El informe arqueológico elaborado por los investigadores que trabajaron en 2009 en el yacimiento apunta en esta misma línea. El edificio tenía uso religioso y funerario desde sus primeros momentos. En el lugar se han encontrado dos tumbas tardorromanas. "Estos dos enterramientos alumbra la posibilidad de una nueva área de cementerio de esta época", apunta un resumen del informe, recogido por Dicyt.

Una de las novedades que aporta esta última excavación es la amplitud del yacimiento. Su extensión es mayor a la intuida hasta ahora, de hasta un kilómetro al norte de la basílica. "El complejo es más grande de lo pensado hasta ahora, y pudo contener una aldea o una explotación agropecuaria", indica Zoa Escudero. Pero se tienen pocos datos de esa hipotética población. "Sólo se conoce la existencia de la basílica, pero no sabemos que nos podemos encontrar". Con el fin de investigar el terreno adyacente al templo, los arqueólogos emprenderán una prospección geofísica de la superficie. Esta labor se emprenderá también a corto plazo, paralela a la analítica de los restos humanos.

En todo caso, el material recogido proporcionará a los científicos muchas horas de trabajo. "Se suele considerar que un mes de trabajo de campo equivale a un año de laboratorio, y aquí estamos hablando de bastantes años para realizar investigaciones, pero habrá que tener en cuenta la financiación", señala Zoa Escudero. Por este motivo, la arqueóloga indica que 2011 será "un año clave para conocer el futuro del yacimiento".

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