El estudio antropológico de los Reyes de León se publica en el Reino Unido

La editorial de Oxford «BAR International Series» recoge las conclusiones, trece años después, de la investigación realizada por Encina Prada en el Panteón Real

La editorial británica BAR International Series ha publicado el estudio sobre los Reyes de León que la antropóloga Encina Prada y un amplio grupo de investigadores de toda España realizaron en 1997. Los análisis, en los que participaron al menos treinta profesionales de las universidades de León, San Sebastián, Valencia y Madrid, fueron financiados por el Ayuntamiento y la Junta y permitieron que, por primera vez después de la francesada, se abrieran los sarcófagos del Panteón Real. La investigación se incluye dentro de un número titulado Archaelogical Studies on late Antiquity and Early Medieval Europe y forma parte de las actas del III Congreso Internacional de Arqueología, Arte e Historia de la Antigüedad Tardía y la Alta Edad Media peninsular celebrado en la Autónoma de Madrid en el año 2007.

El estudio, firmado por Encina Prada y su marido, el arqueólogo de la Junta, Julio Vidal, lleva por título La muerte de los Reyes de León (siglos X-XI). Aspectos históricos, arqueológicos y antropológicos desde el Panteón Real de San Isidoro . El artículo, de más de 300 páginas, dedica tan sólo diez a hablar de la investigación y en él tan sólo se identifica el cuerpo de la infanta doña Sancha (hermana del emperador Alfonso VII), el del «presunto» infante don Fernando, hijo del rey Fernando II, que murió siendo niño, y de las niñas doña leonor (hija de Alfonso IX) y doña María (hija de Fernando III el santo).

La antropóloga asume que uno de los objetivos más ambiciosos del proyecto era reasignar los nombres de los personajes regios alojados en el Panteón con los huesos encontrados. Sin embargo, «el mal estado del material osteológico y la falta de indicios específicos de carácter personal ha frustrado el intento», asegura.

Por otro lado, Encina Prada deja claro al comienzo del artículo la dificultad de identificar restos humanos. Así, cita a Stewart y recuerda la necesidad de ser cautos a la hora de establecer identificaciones de personajes, sobre todo si no se pueden contrastar con pruebas más fidedignas, como los análisis del ADN contenido en el hueso. Sin embargo, 16 de los cuerpos sí fueron sometidos a análisis de ADN para averiguar su identidad. Nunca se supo el resultado. El artículo continúa con la edad de fallecimiento de los reyes (alrededor de los 48 años). Encina Prada también destaca que el estudio antropológico refleja que las soberanas gozaban de mayor longevidad, llegando a vivir una media de 55 años.

Por otro lado, el artículo recoge información acerca de las características morfométricas, y precisa que la configuración del cráneo responde básicamente a la tipología del mediterráneo grácil, con una fisionomía de la cara en la que destacan unos pómulos marcados, fruto de unas profundas fosas caninas. «Con respecto a las dimensiones de los huesos largos, éstos se caracterizan por una estatura elevada para la época, siendo más alta en los hombres que en las mujeres, de lo que podemos colegir una buena alimentación o estatus de vida», precisa.

Asimismo, Prada se refiere al estudio de algunos rasgos epigenéticos y manifiesta que ponen de manifiesto la existencia de posibles lazos familiares entre algunos de los individuos que conforman la muestra esquelética. «En su condición de caracteres heredables, estarían denunciando la presencia de un cierto vínculo de parentesco entre los sujetos estudiados, con el inconveniente de que la parquedad de la muestra nos obliga a considerar los resultados con cautela».

Por último, la antropóloga constata que la ausencia de enfermedades bucodentales reflejan el estatus social de clase dominante de los sujetos estudiados.