Recorriendo el Califato

21/8/10 .- abc.es

Medina Azahara seduce por su atmósfera andalusí en cada rincón de su recinto, y para retrotraerse a la vida califal, nada mejor que unos baños árabes

La cultura andalusí se respira en cada rincón de la capital cordobesa, cuna de las Bellas Artes califales, y qué mejor opción veraniega que recorrer los vestigios árabes que componen una de las épocas más esplendorosas de la ciudad.
De vista obligada para cualquier turista y cordobés es el monumento emblema de la ciudad, la Mezquita-Catedral, edificio declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad, así como la zona de casco histórico en la que se emplaza. Desde la Puerta del Perdón se accede al Patio de Los Naranjos, recinto que fue ampliado sucesivamente por Abderrahmán III y Almanzor en el siglo X. Bajo los naranjos existe un amplio aljibe que aseguraba el agua necesaria para las purificaciones de los musulmanes.
Una vez dentro del templo, hoy Catedral, se abre un inmenso bosque de columnas de mármol obra originaria del primer emir rey, Abderrahamán I, que en el año 789 decidió iniciar una majestuosa obra que hoy representa la unión de dos religiones enfrentadas pos la historia, la musulmana y la cristiana, que tienen en el templo un punto de encuentro aunque sólo sea a través del arte. La sala de oración de la Mezquita consta de once naves, conjunto que se cierra con el muro de la quibla, que no está orientada a La Meca sino hacia el sur, como la Mezquita de Damasco. El mihrab tiene forma octogonal y con zócalos de mármol de ornamentación vegetal, reproducen símbolos y alegorías de la vida. En el techo hay una venera de yeso y en el muro de entrada puede admirarse un magnífico mosaico realizado con polvo de vidrio, con tonalidades doradas y azules, reproduce un mundo vegetal en el que aparecen cenefas con versículos del Corán, algo que sólo puede verse también en el templo de Santa Sofía en Estambul.
El Califato Omeya, la época de la España musulmana más prolífica, dejó en Córdoba otra joya arquitectónica, el conjunto arqueológico de Medina Azahara, a través del cual, es fácil trasladarse a la época de la corte de los califas en recintos como el llamado Salón Rico, que cuenta con arcos de herradura y cuyas paredes están decoradas con mármol con tallado de alusiones cosmológicas. Además, se encuentran restos de la mezquita aljama.
De nuevo en la ciudad y en el casco histórico, cerca de la Mezquita-Catedral se encuentran los baños árabes del alcázar califal situados en la plaza Campo Santo de los Mártires, donde se llevaban a cabo las abluciones mayores, baños completos, que forman parte de la cultura unida a la religión musulmana. Una tradición que además de contemplarla como vestigio de algo que fue, puede disfrutarse en la ciudad como toda una recompensa en la ruta andalusí por la ciudad. «Hammas de Al Andalus» tiene en la calle Luis de la Cerda unos relajantes baños árabes en una hamma con cuatro piscinas, dos de agua helada, una de agua templada y otras dos de agua caliente, en la que ofrecen la posibilidad de trasladarse a la época califal. Además, el recinto cuenta con pack en el que además de los baños, se puede rendir un completo culto al cuerpo con un relajante masaje con esencias de limón, canela o frutas silvestres. La vista del cielo a través de las cúpula acristalada en las sesiones nocturnas añaden un plus a la actividad.
Después de un relajado baño, en la zona justo de arriba, se encuentra el restaurante Hammas en el que se pueden degustar recetas andalusíes como el Humus Bi Tahina, una crema fría a base de garbanzos y sésamo; el Tajin de ternera Halal, un guiso con dátiles y nueces; o un tradicional cordero asado a la miel. De postre, nada mejor que un yogur con frutos secos y miel. Además, la ciudad también cuenta con una tetería típica en la calle Céspedes, la tetería Al Khayma, donde su variada carta de tés con distintas propiedades terapéuticas ofrecen un sinfín de posibilidades de depurar el cuerpo y la mente.
Y para acabar la jornada en un ambiente típicamente andalusí, en hotel Lineros, en la calle del mismo nombre, cuenta con habitaciones pintadas de color azafrán con mobiliario en madera oscura y lámparas que dan un toque a épocas pasadas.

Noticias relacionadas

Comenta la noticia desde Facebook

Comentarios

No hay comentarios.