La basílica paleocristiana de Marialba (León), un templo monumental

7/8/10 .- http://www.adn.es/

Un informe sobre los restos arqueológicos de la basílica paleocristiana de Marialba, cerca de León, una de las primeras arquitecturas de la Hispania Romana, del siglo IV, revela el carácter monumental de este templo, visible a gran distancia y con unos cimientos de dos metros de ancho, algo inusual en su época.

El grosor de los muros de la basílica sólo tiene parangón en las murallas que se construyeron en el Imperio Romano, de finales del siglo III, en ciudades del noroeste de la Península tales como León o Astorga, según se desprende del informe dado a conocer hoy en nota de prensa por la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León, tras las excavaciones realizadas en este yacimiento.

En este lugar, situado en el municipio leonés de Villaturiel, han aparecido restos que van del siglo IV al siglo XIII, cuando se cree que comenzó a desmantelarse este complejo religioso.

Los hallazgos arqueológicos acrecientan el carácter monumental del edificio y la atestiguan como una construcción muy ambiciosa.

La investigación pone de manifiesto además que el edificio se construyó sobre un lugar sin ningún tipo de construcción o asentamiento previo y aislado, es decir, que la basílica no formó parte de otro complejo, como una villa romana, tal como indicaban algunas hipótesis.

El informe, de 900 páginas, alude a lo hallado en este yacimiento de 2.000 metros cuadrados, donde han encontrado 237 enterramientos, con restos de 282 individuos; más de 3.400 fragmentos de cerámica, a los que hay que sumar cerca de 2.500 de metal, vidrio, azabache, monedas, decoración, ladrillos, tejas, piedras y fauna, entre otros.

Uno de los aspectos más novedosos de esta investigación es que se ha llegado a la conclusión de que el yacimiento tenía una extensión mucho mayor, hasta mil metros hacia el norte del templo.

En la zona excavada, los restos más antiguos hallados corresponden al siglo IV y los más recientes al siglo XIII.

La investigación apunta a un uso religioso y funerario del edificio desde sus primeros momentos, dado que las primeras evidencias claras en la excavación de los estratos son dos sepulturas tardorromanas al suroeste de la basílica.

En cuanto a las áreas habitadas, la excavación ha dado con restos de una zona aledaña a la basílica, que pudo estar habitada y cultivada desde la Alta Edad Media, bien como explotación agrícola bien como parte de una comunidad religiosa ligada a la basílica.

Se han descubierto, además, muros que pudieron formar parte de un asentamiento agrario anexo al templo, un pozo con brocal e, incluso un horno, quizá de uso metalúrgico dentro de lo que fue la basílica.

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