Siete siglos de polesos
11/7/10 .- http://www.lne.es
La capital de Siero celebrará en otoño los 700 años de la carta de población emitida por Rodrigo Álvarez de las Asturias
Pola de Siero está de cumpleaños. El próximo 16 de octubre se celebra la ejecución de la carta de población otorgada por Alfonso X en 1270, lo que implica la creación de la villa, que ya existía legalmente, a efectos prácticos.
El catedrático de Historia Medieval Juan Ignacio Ruiz de la Peña documenta la génesis de Pola de Siero en su libro «Las "polas" asturianas en la Edad Media». Según apunta Ruiz de la Peña, la Carta Puebla fue otorgada en Burgos el 14 de agosto de 1270, un año en el que el monarca «el Sabio» otorgó además las de las «pueblas» de Gijón, Valdés, Nava y Maliayo.
En la carta de población otorgada por Alfonso X se vincula la creación de la puebla con la preexistente de la alberguería de San Pedro: «Nos, por lles fazer bien e merçed e por que la tierra sea mellor poblada e se mantenga más en justiçia, damoslles e otorgámoslles todos los nuestros rengalengos e todos los nuestros derechos que y auemos e auer deuemos en esta tierra sobredicha que los ayan liures e quitos pora sienpre iamás, saluo ende el padrinalgo de las nuestras iglesias que retenemos pora nos. E ellos que ayan la renda dellas la que solían dar a nos ho al ricomne que la tierra tenía por nos. E estos derechos e estos rengalengos lles damos en tal manera que ellos poblen en el logar que dizen la alberguería de Sant Pedro, e que fagan y uilla e todos los que y poblaren que fagan y las mayores casas pobladas e ençierren y so pan e so uino».
Los beneficios de la concesión de la carta de población eran notables: delimitaba el término municipal, concedía a los residentes la exención de buena parte de los impuestos y concedía un mercado semanal, que en el caso de Pola de Siero se fijó en martes, día que se mantiene en la actualidad.
No obstante, la carta de población no se ejecutó de inmediato. Habrían de pasar cuarenta años hasta que Rodrigo Álvarez de Asturias, titular del territorio, ordenase la ejecución de la carta real, atendiendo a las peticiones de los pobladores de la zona.
El mandato de Rodrigo Álvarez se concretó el 16 de octubre de 1310: «Agora, los omnes de la dicha tierra de Siero dixeronme que por quanto ellos non poblaran pobla, según que llos la el rey diera, que se menguaua mucho la justiçia e ellos que reçebían muchos males. E pedironme que, pues yo auía la dicha tierra por jur de heredamiento, que les manteuiesse en estos fueros que les el rey don Alffonso diera e que les confirmase el dicho preuilegio por que ellos podiessen poblar según se en él contenía, e que ouiessen términos e mercado e las otras cosas según que lles lo el rey diera».
Pese a la relevancia de la concesión ejecutada por Rodrigo Álvarez, su efeméride ha pasado prácticamente desapercibida en la localidad. «Mandé una carta al Ayuntamiento el año pasado, informando a la entonces concejala de Cultura de la celebración de esos 700 años, y pidiendo que no se repitiese lo de 2004, cuando se cumplieron 500 años de que Isabel la Católica constituyese el concejo y no se celebró nada de nada», señala la historiadora local Mari Salva Prieto.
Para Prieto, la relevancia de la concesión de Rodrigo Álvarez está fuera de toda duda: «La Pola no se pudo poblar hasta entonces. Para mí todas las fechas son importantes, pero ésta... ¡es el nacimiento nuestro! ¿De qué te vale tener una propiedad si no puedes disfrutarla?»
El historiador Carlos González Cuesta coincide en sus apreciaciones con el juicio de Mari Salva Prieto: «La carta citada es esencial, autoriza la ejecución del poblamiento y además certifica la Pola como una villa de realengo, un centro comarcal con mercado, fijado los martes». De hecho, Carlos González Cuesta lleva a cabo en la actualidad, en colaboración con su colega José Antonio Leirado, una investigación sobre los límites de Siero en la «carta puebla»: «Es muy interesante, y más en un momento como éste en que se habla tanto de lindes, ya que algunas referencias son importantes a la hora de deslindar los concejos, y en el caso particular de Siero, por ejemplo, nos encontramos con que sólo está deslindado correctamente en su frontera con el municipio de Gijón».
Pola de Siero está de cumpleaños. El próximo 16 de octubre se celebra la ejecución de la carta de población otorgada por Alfonso X en 1270, lo que implica la creación de la villa, que ya existía legalmente, a efectos prácticos.
El catedrático de Historia Medieval Juan Ignacio Ruiz de la Peña documenta la génesis de Pola de Siero en su libro «Las "polas" asturianas en la Edad Media». Según apunta Ruiz de la Peña, la Carta Puebla fue otorgada en Burgos el 14 de agosto de 1270, un año en el que el monarca «el Sabio» otorgó además las de las «pueblas» de Gijón, Valdés, Nava y Maliayo.
En la carta de población otorgada por Alfonso X se vincula la creación de la puebla con la preexistente de la alberguería de San Pedro: «Nos, por lles fazer bien e merçed e por que la tierra sea mellor poblada e se mantenga más en justiçia, damoslles e otorgámoslles todos los nuestros rengalengos e todos los nuestros derechos que y auemos e auer deuemos en esta tierra sobredicha que los ayan liures e quitos pora sienpre iamás, saluo ende el padrinalgo de las nuestras iglesias que retenemos pora nos. E ellos que ayan la renda dellas la que solían dar a nos ho al ricomne que la tierra tenía por nos. E estos derechos e estos rengalengos lles damos en tal manera que ellos poblen en el logar que dizen la alberguería de Sant Pedro, e que fagan y uilla e todos los que y poblaren que fagan y las mayores casas pobladas e ençierren y so pan e so uino».
Los beneficios de la concesión de la carta de población eran notables: delimitaba el término municipal, concedía a los residentes la exención de buena parte de los impuestos y concedía un mercado semanal, que en el caso de Pola de Siero se fijó en martes, día que se mantiene en la actualidad.
No obstante, la carta de población no se ejecutó de inmediato. Habrían de pasar cuarenta años hasta que Rodrigo Álvarez de Asturias, titular del territorio, ordenase la ejecución de la carta real, atendiendo a las peticiones de los pobladores de la zona.
El mandato de Rodrigo Álvarez se concretó el 16 de octubre de 1310: «Agora, los omnes de la dicha tierra de Siero dixeronme que por quanto ellos non poblaran pobla, según que llos la el rey diera, que se menguaua mucho la justiçia e ellos que reçebían muchos males. E pedironme que, pues yo auía la dicha tierra por jur de heredamiento, que les manteuiesse en estos fueros que les el rey don Alffonso diera e que les confirmase el dicho preuilegio por que ellos podiessen poblar según se en él contenía, e que ouiessen términos e mercado e las otras cosas según que lles lo el rey diera».
Pese a la relevancia de la concesión ejecutada por Rodrigo Álvarez, su efeméride ha pasado prácticamente desapercibida en la localidad. «Mandé una carta al Ayuntamiento el año pasado, informando a la entonces concejala de Cultura de la celebración de esos 700 años, y pidiendo que no se repitiese lo de 2004, cuando se cumplieron 500 años de que Isabel la Católica constituyese el concejo y no se celebró nada de nada», señala la historiadora local Mari Salva Prieto.
Para Prieto, la relevancia de la concesión de Rodrigo Álvarez está fuera de toda duda: «La Pola no se pudo poblar hasta entonces. Para mí todas las fechas son importantes, pero ésta... ¡es el nacimiento nuestro! ¿De qué te vale tener una propiedad si no puedes disfrutarla?»
El historiador Carlos González Cuesta coincide en sus apreciaciones con el juicio de Mari Salva Prieto: «La carta citada es esencial, autoriza la ejecución del poblamiento y además certifica la Pola como una villa de realengo, un centro comarcal con mercado, fijado los martes». De hecho, Carlos González Cuesta lleva a cabo en la actualidad, en colaboración con su colega José Antonio Leirado, una investigación sobre los límites de Siero en la «carta puebla»: «Es muy interesante, y más en un momento como éste en que se habla tanto de lindes, ya que algunas referencias son importantes a la hora de deslindar los concejos, y en el caso particular de Siero, por ejemplo, nos encontramos con que sólo está deslindado correctamente en su frontera con el municipio de Gijón».
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