La Alhambra compra el archivo y la biblioteca de Torres Balbás

Dedicará en 2012 una exposición al arquitecto, uno de los mejores conservadores del siglo XX, que restauró el monumento nazarí entre 1923 y 1936

El Patronato de la Alhambra y el Generalife dio a conocer ayer la adquisición del archivo y la biblioteca del arquitecto Leopoldo Torres Balbás, responsable de uno de los procesos de restauración más importantes experimentados por la Alhambra. La colección, valorada en 90.000 euros, consta de 1.400 fotografías y 1.528 libros y publicaciones, así como cartas, manuscritos, postales, grabados, planos, dibujos y su diario personal.
La incorporación de todo ese material al patrimonio de la Alhambra fue presentada en el Palacio de Carlos V por la directora del Patronato, Mar Villafranca, el hijo del arquitecto, Rafael Torres Márquez, y el profesor de la Escuela Politécnica de Valencia Julián Esteban Chapapría.
Torres Balbás (Madrid, 1988-1960) fue arquitecto conservador de la Alhambra entre 1923 y 1936, pero también fue profesor de la Escuela de Arquitectura de Madrid entre 1931 y 1958 y la República le nombró responsable del patrimonio de toda Andalucía. Era un gran experto en arquitectura hispano-musulmana.
Mar Villafranca destacó que este fondo documental tiene un gran valor para los investigadores que quieran analizar esa época en la que nació la conservación moderna. Las fotografías, además, son útiles a la hora de afrontar nuevas restauraciones, ya que guardan la imagen de una Alhambra pasada.
La colección adquirida no es el archivo completo de Torres Balbás. Una parte ya estaba en poder de la Alhambra, de la Escuela de Arquitectura de Madrid y del Museo Valencia de Don Juan, del que fue director. Otra parte fue expoliada durante la Guerra Civil, cuando su casa en Madrid fue ocupada por refugiados o milicianos republicanos y la familia tuvo que vivir en Soria, donde el arquitecto se colocó como profesor de bachillerato.
Una vez que los documentos hayan sido inventariados y tratados para garantizar su conservación, en primavera de 2012 se inaugurará en la Alhambra una exposición dedicada a la figura del arquitecto. La muestra se realizará en colaboración con los ministerios de Cultura y Vivienda y con el Instituto Andaluz de Patrimonio, por lo que tras su paso por Granada viajará a Sevilla y Madrid.

Polémico templete

Julián Esteban Chapapría recordó que Torres Balbás se hizo cargo de una Alhambra muy deteriorada y la sociedad granadina lo recibió con cierta hostilidad. A su juicio, fue uno de los arquitectos conservadores más destacados del siglo XX y, en coherencia con la filosofía europea de la época, apostaba por la «mínima intervención», incluso por la corrección de previas restauraciones «recreativas». Por ejemplo, en 1934 sustituyó la cúpula de inspiración oriental que coronaba el templete del Patio de los Leones por un tejado a cuatro aguas, acorde con el original, y esa decisión levantó una fuerte polémica en la ciudad. La «defensa cerrada» que de él y de su trabajo hicieron personajes como Gallego Burín, Prieto Moreno o Manuel de Falla logró apagar una controversia «ligada a sentimientos», pero sin base real. «El posicionamiento teórico y científico de Torres Balbás era intachable -subrayó Chapapría-. A partir de 1939 se le condenó al ostracismo, por sus ideas vinculadas a la Institución Libre de Enseñanza, y dejó de restaurar. Se ganó un gran investigador y se perdió un gran restaurador».
Mar Villafranca aseguró que, sin la intervención de Leopoldo Torres Balbás, «la Alhambra de hoy no hubiera sido posible», ya que «entregó lo mejor de su vida a la conservación de este lugar». La directora del Patronato resaltó, además, que el arquitecto madrileño fue uno de los primeros en planificar la restauración de monumentos históricos en relación al urbanismo y al paisaje. «Fue un gran pionero», concluyó.