Prospecciones desde el cielo

17/5/10 .- http://www.elcorreo.com

EL CORREO embarca en el primer vuelo que el aeroclub Heraclio Alfaro y el Instituto de Arqueología trazan para divisar yacimientos

En 1859, Sacano Boni capturó desde un globo el Foro Romano en una instantánea inédita que un siglo y medio después está considerada como la primera fotografía aérea arqueológica. Aquella imagen ofrecía una visión desconocida de la Antigua Roma del emperador Constantino y abría de paso una vía inagotable de posibilidades para la arqueología moderna. Y es que, a ochocientos pies sobre el terreno -unos trescientos metros-, las formas y las estructuras de yacimientos romanos o de poblados de la Edad de Hierro quedan al desnudo.
Conscientes de esa gran ventaja, el Instituto Alavés de Arqueología y el Aeroclub Heraclio Alfaro han unido sus fuerzas para descubrir desde el aire los secretos mejor guardados de los orígenes alaveses. Los expertos en piedras y ruinas aportan su conocimiento. Los pilotos, tres avionetas que atesoran en un hangar de Foronda.
El vuelo inaugural de la nueva era de la 'aeroarqueología' alavesa, capitaneado por el comandante David Fernández y el arqueólogo Armando Llanos, despegó a mediodía de ayer del aeródromo vitoriano. Y EL CORREO pudo embarcar en él.
Veinte minutos antes de la una de la tarde, el chequeo prevuelo que el piloto debe realizar de manera «rigurosa» antes de cada trayecto daba carta blanca al despegue. Acomodado en el asiento trasero de la 'Cessna 172', Armando Llanos marcaba su primera ruta arqueológica -un paseo a vista de pájaro sobre Iruña Veleia, Olárizu, Alegría y Arcaya-, en colaboración con el Heraclio Alfaro. Abrochado el cinturón y colocados los auriculares, los 160 CV del aeroplano ejercieron su potencia y la avioneta despegó de la pista 04 de Foronda.
«Hace un buen día para volar. El viento sopla a seis nudos, las nubes están altas y la luz es buena», coincidieron en apuntar piloto y arqueólogo. Y es que, la climatología y la claridad son determinantes para rematar una buena prospección arqueológica desde el aire. «La mejor luz es la de primera hora de la mañana y la del atardecer, cuando los campos de cereal reciben sombras inclinadas que van marcando las formas de lo que puede verse bajo tierra», precisó Armando Llanos antes de que la avioneta se estabilizara a unos ochocientos pies sobre la capital.

Tras la batalla de Andagoste

Después, viró rumbo a Iruña Veleia sobrevolando la antigua calzada romana que comunicaba Astorga, en León, con Burdeos. Poblado prehistórico en la Edad de Hierro, primero, el posterior asentamiento romano es sólo uno de los más de mil yacimientos que se conservan en territorio alavés.
El de Olárizu -considerado como el precedente de la ciudad de Vitoria, pero oculto a la vista, incluso desde el aire- y el de Henayo, en Alegría, son otros dos ejemplos. En éste, apostado al paso del Camino de Santiago, los arqueólogos han pasado dos años de excavaciones, que ahora están a punto de ver la luz. Kuartango, donde se presume que se retiró la Legión Cuarta de Macedonia y donde se debería encontrar el yacimiento de la gran batalla de Andagoste, aún sin descubrir, es ahora hacia donde se dirigen los ojos del Instituto Álavés de Arqueología y las alas de las 'Cessnas' del Heraclio Fournier.

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