Blanca de Anjou está, pero Jaume II no

11/5/10 .- http://www.levante-emv.com

La investigación en Santes Creus identifica a la reina, pese a que la tumba fue profanada en 1836 y la momia tirada a un pozo

La investigación en el monasterio de Santes Creus (Tarragona) ha dado un nuevo fruto. La apertura de la tumba de Jaume II y su esposa Blanca de Anjou, profanada en 1836, ha permitido comprobar que ella sí que está, pero el rey de la Corona de Aragón, no. En concreto, se han identificado restos de tres cuerpos: uno de mujer y dos de hombre. Los femeninos han podido ser restituidos en posición anatómica, aunque faltan partes de los brazos, cráneo y tórax. Los masculinos son "testimoniales", según los investigadores, y corresponden a un hombre de 20 a 30 años y a otro de unos 60. Este último podría ser Jaume II -el nieto de Jaume I e hijo de Pere el Gran-, mientras que los huesos del joven podrían pertenecer al infante Ferran. Pero estas apreciaciones son conjeturas ahora.
Lo que los investigadores dan ya por cierto tras los primeros análisis es que el cuerpo femenino -en buen estado de momificación- es el de la reina Blanca de Anjou (1283-1310). Los datos obtenidos concuerdan con su biografía. Se trata, así, de una mujer de entre 25 y 30 años, de 1,5 metros de estatura y con unas dimensiones uterinas que indican que murió poco después de un parto.
En efecto, Blanca de Anjou -conocida como la reina de la "santa paz"- murió el 13 de octubre de 1310, a los 27 años, dos días después de su décimo parto.
El propio rey lo notificó en un escrito: "Us fem saber amb aquesta lletra, amb gran amargor i aflicció del cor, com la il·lustre senyora Blanca, de grata memòria reina d'Aragó i caríssima muller nostra, plagué a Déu que morís [É] després de gravíssims dolors que li calgué sofrir per raó del part".
La presencia de los restos casi completos de Blanca de Anjou no deja de ser una sorpresa, ya que hay constancia de que esta tumba real -al contrario que la de Pere el Gran, abierta también hace unas semanas- fue profanada en agosto de 1836, tras la desamortización de Mendizábal.
Lo cuenta Bonaventura Hernández, que dirigió las obras de restauración del sepulcro 20 años después: "Las momias reales fueron paseadas en triumfo por todo el monasterio en la punta de las bayonetas [É] La reina Doña Blanca fue dividida en cuatro partes y luego arrojada al pozo del mismo palacio en el que había vivido con su esposo -el palacio real del monasterio-, de donde los sacó nuestro estimable condíscipulo e íntimo amigo D. Fray Ignacio Carbó, ex monje de Poblet". A la vista del cuerpo ahora exhumado, el religioso hizo un buen trabajo.
Por contra, según las fuentes de la época, el cadáver del rey Jaume II no pudo ser recuperado y desapareció.

Dos mechones de cabellos

El dossier hecho público ayer -coordinado por el Museu d'Història de Catalunya- revela que el enterramiento de personajes reales junto a un mechón de cabellos podría ser un ritual desconocido hasta ahora. Sorprendió hallar esta práctica en la tumba de Pere el Gran, pero otros dos mechones han aparecido ahora. "Podría ser la evidencia de un ritual funerario no documentado", señala el informe. Por contra, a diferencia del sepulcro del rey Pere, en esta sí que aparece una cruz de coral que debía formar parte del ajuar funerario de la reina.
La posición del cuerpo de esta (ligeramente de lado y con las piernas flexionadas- ha sido otro factor que ha llamado la atención, al no ser habitual en la Edad Media. Los investigadores creen ahora que podrán reconstruir el rostro de Blanca de Anjou y obtener el ADN de los Anjou.
La investigación en Santes Creus -monasterio próximo al de Poblet, donde está el sarcófago de Jaume I- se enmarca en los 850 años de este edificio.

Noticias relacionadas

Comenta la noticia desde Facebook

Comentarios

No hay comentarios.