La excavación en el Cuarto Real descubre junto a la 'qubba' varias estancias de época nazarí

22/8/05 .- Granada Hoy/Magda Trillo

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La intervención arqueológica que se está acometiendo desde finales de julio en el Cuarto Real de Santo Domingo, en el barrio del Realejo, ha descubierto vestigios de un valioso entorno palaciego de época nazarí con una arquitectura y una decoración similar a la utilizada en el conjunto histórico de la Alhambra.


El director de la excavación, el arqueólogo Alberto García Porras, explicó ayer a este diario que, aunque en estos momentos "los trabajos están prácticamente empezando y no se pueden aportar datos definitivos", los primeros hallazgos ya ponen de manifiesto la "importancia" de los restos que se ocultan debajo del polémico edificio del XIX –el palacete adosado a la qubba que causó a primeros de años la paralización de todo el proyecto de rehabilitación– y en la zona exterior que se corresponde con la primitiva Huerta de la Almanxarra.

La intervención arqueológica, que continuará hasta finales de septiembre, es un nuevo intento de la Consejería de Cultura por buscar una "vía de solución" al bloqueo institucional que había sufrido la reforma del Cuarto Real: con la llegada del PP al gobierno municipal, el Ayuntamiento –propietario del monumento desde comienzos de la década de los 90– anunció su decisión de "paralizar" las obras y encargar un nuevo proyecto arquitectónico que debía sustituir la propuesta aprobada por la Comisión Provincial de Patrimonio –con el consenso entonces del anterior gobierno 'tripartito'–.

El propio concejal de Urbanismo, Luis Gerardo García-Royo, compareció ante la prensa en febrero del pasado año para informar de que no estaba dispuesto a ejecutar la solución adoptada por Cultura e, incluso, comunicó que ya había encargado al arquitecto Carlos Sánchez un nuevo proyecto que contemplaba la sustitución del edificio del XIX por dos pabellones y un vestíbulo. Sin embargo, esta decisión, que se tradujo en la paralización de la segunda fase de la restauración –la qubba ya estaba restaurada y los jardines nazaríes abiertos al público–, se planteó como un intento de "dar el máximo realce a un edificio de excepcional categoría".

El anuncio del equipo de gobierno ha supuesto un continuo enfrentamiento entre las dos administraciones. La 'salida última' llegó el pasado mes de abril cuando el Ayuntamiento y la Junta llegaron a un acuerdo para realizar una nueva intervención arqueológica que permitiera obtener "más claves" sobre la zona. El objetivo era disponer de un informe riguroso y concluyente que permitiera adoptar una decisión "firme" sobre el derribo –o no– del polémico edificio y, a continuación, "reelaborar un proyecto para ajustarlo a los resultados de la excavación".

"La cuestión básica del proyecto", enfatiza el investigador García Porras, "no es otra que poner en valor la qubba". "El problema", añade, "es que hay que conocer el entorno de este monumento –declarado BIC en 1919– para hacer una lectura general y, a partir de aquí, hacer una interpretación y una restauración que sea fidedigna con lo que existió en el periodo medieval. La idea es que, cuando vengan los visitantes, puedan llevarse una imagen verídica".

Así, aunque con anterioridad se habían acometido varias intervenciones en la zona, el responsable de la excavación recuerda que "quedaron incompletas" y que "no se había llegado a una conclusión sólida sobre el entorno ni se aclaraba "lo que se debía hacer con el palacio del XIX". Otra de las razones que han llevado a las instituciones a consensuar la excavación como "mejor opción" para alcanzar el consenso y poder continuar el proyecto de recuperación del Cuarto Real.

Según el arqueólogo, los hallazgos de los últimos días vienen a reforzar las hipótesis que ya se plantearon en 2003 con la actuación arqueológica acometida para recuperar los antiguos jardines nazaríes. "Los restos que aparecieron aportaron cierta importancia sobre lo que aquí había en época medieval en torno a la qubba. Se descubrieron vestigios de una construcción de gran porte, con pavimentos de cierto prestigio, azulejos vidriados y esmaltados...", detalla el arqueólogo en referencia a los resultados de la excavación en la que intervino el profesor Antonio Malpica. En su momento, el medievalista ya subrayó que "los restos indicaban que alrededor de la qubba se encontraban construcciones que formaron parte de las estancias de todo un palacio nazarí" y, por tanto, se desterraba la idea de que la qubba era una torre exenta de edificios.

A partir de aquí, la actual excavación está conectando los restos hallados en las inmediaciones de la qubba con los descubiertos en la intervención de 2003. El pasado viernes, al informar del estado de las excavaciones, García Porras ya pudo mostrar sobre el terreno la aparición de un suelo de losas de barro en diagonal de época medieval, que parece comunicar la qubba con las estructuras aparecidas en el jardín –un pavimento que en gran parte parece destruido por la construcción del edificio del XIX–.

En la primera estancia excavada, en un lateral del palacio, se han descubierto dos muros de tapial –una especie de hormigón medieval que se utilizó, por ejemplo, en la construcción de la Alhambra– y otros de ladrillo que vienen a presentar un espacio rectangular. En estos momentos, el equipo trabaja en una zona que se configura como otra estancia en un nivel más bajo –los arqueólogos esperan encontrar en los próximos días una conexión de escaleras o pasadizo entre los dos espacios– y, en esta dependencia, han aparecido también muros de tapial. Dentro de los hallazgos encontrados en los estratos de derrumbe, lo que más ha llamado su atención es un conjunto de yeserías decorativas, ya que algunas de ellas conservan incluso la policromía original. "Esto demuestra que era una vivienda de lujo, podríamos hablar de un área palaciega, y se demuestra que estaba decorado igual que la qubba o la Alhambra".

A partir de tales hallazgos, que se esperan incrementar en las próximas semanas, el director de la intervención cree que "se empieza a confirmar que la qubba no estaba exenta; que había una serie de estructuras que discurren en dirección a la qubba; y que hay un pavimento que pone en relación la torre con las estructuras halladas en 2003". Sin entrar a valorar la decisión que finalmente adopten las administraciones cuando se redacte el informe final, García Porras no duda al subrayar el "valor" de los restos encontrados desde el punto de vista arqueológico: "Yo creo que la qubba no estaba exenta, sino que tenía toda una serie de edificios aledaños. Distintas zonas de servicios, zonas de residencia, zona de aparato, de representación del poder... Por tanto, la concepción de esta zona como una qubba rodeada de jardines, no parece clara". En relación al proyecto que finalmente se elabore y apruebe para poner en valor toda la zona, el investigador subraya que, desde el punto de vista histórico, la recuperación de la zona "ofrecería una lectura de la época medieval de toda un área palaciega parecida al conjunto de la Alhambra".
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