La ocupación funeraria de la iglesia de Abamia es anterior al siglo X

2/5/10 .- http://www.elcomerciodigital.com

Investigaciones arqueológicas confirman la existencia de un templo anterior al actual

Las excavaciones llevadas a cabo en los últimos años en el entorno y el interior de la iglesia de Santa Eulalia de Abamia, en la localidad canguesa de Corao, han permitido «confirmar arqueológicamente» que la «ocupación funeraria cristiana del lugar es, cuanto menos, anterior al siglo X» y, por lo tanto, previa a la construcción de la actual iglesia, una edificación que data del siglo XIV o XV, aunque la mayor parte del edificio corresponde al siglo XIII.
Ésta es la principal conclusión recogida por el arqueólogo Sergio Ríos González en una publicación editada recientemente por la Consejería de Cultura del Principado de Asturias que lleva por título 'Excavaciones arqueológicas en Asturias 2003-2006'. Un volumen que incluye un total de 56 intervenciones arqueológicas desarrolladas en 28 concejos distintos del Principado.
Para poder hacer esta valoración el equipo de Sergio Ríos promovió tres campañas de investigación distintas en el entorno de la iglesia de Abamia entre el año 2005 y el 2006, coincidiendo con los trabajos previos a la polémica actuación desarrollada para la recuperación del templo. La primera tuvo lugar entre marzo y mayo de 2005 y en ella se abordó el estudio y posterior desmontaje del cenotafio del rey Pelayo y su mujer Gaudiosa; así como pequeñas catas en los laterales Norte y Sur del edificio. La segunda campaña, desarrollada entre enero y marzo de 2006, incluyó una cata en el interior del templo, en la zona de la capilla mayor o ábside; y otra en el exterior, al Norte de la capilla mayor. La tercera, ya con las obras del templo en curso, comenzó en septiembre de 2006 y permitió al equipo de Sergio Ríos continuar con los trabajos iniciados en el interior de la iglesia, así como ampliar las catas desarrolladas en el exterior.
En el informe de Sergio Ríos se explica que en la cata realizada al Norte del templo, de unos 46 metros cuadrados, se encontraron hasta 58 enterramientos diferentes «tanto en fosa como en tumbas de lajas» y se explica que, según la prueba radiocarbónica, el cuerpo analizado más antiguo corresponde al año 970. Sin embargo, puntualiza, debajo de este individuo aún se localizaron otros dos enterramientos superpuestos que, por la mala calidad de sus restos óseos, no fue posible datarlos mediante la prueba del Carbono 14, pero resulta «verosímil» que correspondan a un siglo antes. Esto es, al IX. Además, sobre una muestra de veinte de estos individuos se realizó también un interesante estudio antropológico del que se destaca el predominio del sexo masculino frente al femenino en los enterramientos, y también la alta frecuencia de patologías, principalmente dentales, como consecuencia de la mala nutrición y de las duras condiciones de vida de los individuos.
Un apartado especial reserva Sergio Ríos a las actuaciones desarrolladas en el interior de Abamia. El equipo desmontó durante la primera campaña, desarrollada en el 2005, los cenotafios del rey Pelayo y su mujer Gaudiosa y, tras su estudio, data la lauda de la mujer a finales del siglo XVIII, y considera que la del rey Pelayo «remite a los modelos del tardo medievo», lo que sitúa su tumba posterior a su muerte en el año 737. En la campaña realizada a principios del año 2006 se descubrió en el interior del templo, concretamente en la capilla mayor, la cimentación de los muros de la cabecera románica del templo, del siglo XIII, así como restos de unos cuarenta enterramientos anteriores a la construcción de la propia capilla mayor, y que pertenecen a la misma necrópolis localizada al Norte del templo anteriormente citada.
Los trabajos desarrollados al Sur del templo a principios de 2006 permitieron descubrir a un total de 16 enterramientos, aunque en su informe Sergio Ríos hace una mención especial a un individuo de sexo femenino, cuya colocación con la cabeza apoyado sobre su brazo derecho, resulta muy poco habitual. En la última campaña, y coincidiendo con las obras de la iglesia, se ampliaron las excavaciones en este punto para dar salida a las aguas pluviales de los bajantes situados a los lados de la portada, y aparecieron decenas de enterramientos más.
Tres de ellos también merecen en el informe de Sergio Ríos una mención especial ya que podrían ser de mayor antigüedad, aunque no se ha realizado sobre ellos la prueba del Carbono 14. Se trata de un adulto y dos jóvenes colocados en una misma alineación pero orientados con la cabeza hacia el Sur y los pies al Norte, algo que suele ser más habitual en los ritos paganos que en los cristianos. Además, según indica el informe, uno de los individuos, el adulto, conserva los restos de un ataúd de madera, mientras que junto a las tumbas de los individuos jóvenes se encontraron en su momento varios clavos, lo que podría significar que hubieran sido objeto de «ritos de raigambre pagana» que, bien podrían haberse celebrado antes de la época cristiana o en los primeros años de la misma.
En su publicación, Sergio Ríos explica que «no hay pruebas radiocarbónicas» pero considera que su orientación podría deberse a que fueron enterrados antes incluso de que existiera en la zona construcción alguna.

Lápida romana

Entre los restos materiales encontrados durante su investigación, Ríos destaca el trozo de lápida funeraria romana localizada durante la primera campaña de excavación, al estar relacionada con otro fragmento de lápida -hallado en el siglo XIX en el entorno de la iglesia- que fue trasladado por Roberto Frassinelli al Museo Arqueológico Nacional.
Con toda esta información, Sergio Ríos dice estar en condiciones de relacionar los diferentes enterramientos hallados en el entorno de la iglesia de Santa Eulalia de Abamia con «un templo de fundación automedieval, situado posiblemente bajo la iglesia actual y pendiente de localizar». Además, en referencia a los tres individuos localizados en la parte Sur de la iglesia, que podrían haber sido enterrados antes incluso de que se construyera ningún templo en la zona, el arqueólogo señala que se trata de «inhumaciones de mayor antigüedad aún, pendientes de una adecuada contextualización, tanto cronológica como cultural». Por último, el arqueólogo destaca igualmente en su publicación «el hallazgo fuera de contexto estratigráfico de varios materiales que confirman los indicios que ya disponíamos de una ocupación de época romana».

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