Hormigón para Madinat Ilbira

Tengo en mente lo sucedido en Cercadilla (Córdoba) entre 1991-1992 o lo más reciente de San Esteban (Murcia). Todos los que nos dedicamos a la arqueología o todas aquellas personas interesadas en la arqueología sabemos quien pierde cuando se enfrentan patrimonio e infraestructuras. Por desgracia todos sabemos también cómo funciona la llamada arqueología urbana, un lavado de cara de las administraciones frente a la ciudadanía. Y no hay que olvidar la prepotencia del brazo técnico de éstas, los arquitectos. Vivimos inmersos en un «desarrollismo» desaforado que destruye tanto el medio ambiente como el patrimonio. Algunos estamos cansados de los desorbitados presupuestos con los que cuentan ciertos yacimientos o proyectos de restauración mientras que el resto nos conformamos con las sobras y sólo salimos adelante por nuestra buena voluntad o el entusiasmo de nuestros maestros, sin olvidar las ingentes cantidades de dinero destinadas a algunos proyectos medioambientales que también son un lavado de cara (¡qué bien queda en la foto la recuperación del lince ibérico!) mientras que se permiten aberraciones que destruyen playas y montes. La actuación de las administraciones en materias de patrimonio y medio ambiente son tan parecidas que da que pensar. ¿Y a qué todo esto? La semana pasada saltó la noticia de que el trazado de la línea de alta velocidad, tan demandada por algunas personas en Granada y un asunto muy politizado, afectaría al BIC de Madinat Ilbira, declarado como tal en el año ¡2003! ¿Tan estúpidos son los organismos competentes, tan poca falta de comunicación hay entre los mismos, o simplemente se trada de desidia?. La obra contempla no sólo la propia vía férrea, también habría que sortearla mediante la construcción de un paso elevado para los vehículos. Según dicen las administraciones, se han propuesto otros trazados alternativos que evitasen el BIC y que de paso eliminasen la necesidad realizar trabajos arqueológicos que encareciesen y retrasasen la obra, lo que, al fin y al cabo, es lo único que les importa. Pero el problema no es ese. Lo que considero más grave es sencillamente que un BIC es una de las máximas figuras de protección, otorgada por las propias administraciones que además son las encargadas de velar por su preservación, sin olvidar que si aparecen restos arqueológicos, algo probable, una vez documentados, hormigón encima y todos contentos y sonrientes para la foto. Volvemos a la arqueología urbana. No es posible que quien vela por el patrimonio y que a su vez debe supervisar y aprobar obras de infraestructuras como la de la alta velocidad no supiese lo que pasaría cuando llegasen al yacimiento de Madinat Ilbira. No pueden ser tan obtusos. ¿Y ahora qué? ¿se aceptará algún trazado alternativo? Lo más probable, esperemos que no sea así, es que tras un tiempo de reuniones y buenas intenciones en discursos vacíos a la prensa, tras intentar convencernos de que es inevitable y que no se puede parar el desarrollo, tras fuertes intereses detrás y todas esas cosas, la obra continúe tal y como estaba prevista, se hagan algunos sondeos arqueológicos, todo adornado con hermosas palabras de protección, conservación y conocimiento que tan bien queda en el periódico, y, como ya dije, hormigón encima. Arqueología urbana.

Las noticias que han aparecido, y aparecerán, sobre el tema están en la sección noticias de la web del Proyecto Madinat Ilbira. También se ha creado una plataforma en la red social Facebook:

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