Los expertos creen que las catas previas evitarían líos como el de Constitución

9/8/05 .- Ideal/Rafa López

Sostienen que antes de comenzar las obras debe decidirse qué se va a hacer con los restos arqueológicos si, como en este caso, se sabe con precisión lo que va a aparecer Piden un debate sereno y profundo para que la resolución que se tome no esté contaminada por la pelea política


Mucho antes de que comenzaran las obras en la avenida de la Constitución se sabía que en el subsuelo se encuentran restos de la primera plaza de toros de Granada y del cementerio musulmán. Expertos consultados por este diario creen que la actual polémica política sobre qué hacer con los hallazgos que han aparecido se podría haber evitado. El modo: hacer rigurosas catas arqueológicas previas a las obras y, a la luz de lo que indiquen, tomar una decisión sobre qué hacer con ellas... antes de que empiecen los trabajos. Así, creen, se eludiría la posibilidad de que una reforma urbanística como la de Constitución pueda eternizarse a causa de las disputas entre partidos políticos y administraciones.

En este lugar se proyectan dos importantes planes. De un lado, la ampliación del aparcamiento del Triunfo. Y de otro, la reforma de la avenida de la Constitución, una de las principales arterias de la ciudad, que quedará como un bulevar con fisonomía muy distinta a la actual. Al aparecer los restos arqueológicos, la Junta de Andalucía exige que se levanten, se lleven a otro lugar y sean después colocados en el mismo sitio donde están. El Ayuntamiento alega que esas medidas retrasarán las obras en dos años y pide que los hallazgos sean trasladados a otra ubicación.

ANTONIO MALPICA
Arqueólogo

«Los restos deben seguir donde están»

A juicio de Antonio Malpica, uno de los más reputados arqueólogos de Granada, antes de iniciarse obras de este tipo hay que plantearse si es necesario construir aparcamientos en el subsuelo del centro de la ciudad. Hace esta pregunta comparativa: «¿Hay aparcamientos subterráneos en Venecia?». Lo que está ahora en juego, dice, es un debate sobre el modelo de ciudad. Así, afirma que Granada es una ciudad histórica y monumental, «y debe adaptar su vida a esa realidad». «Es la cuota que nos corresponde pagar por vivir aquí, como otras tantas ciudades del mundo hacen».

Malpica sostiene que no se puede culpar a la aparición de restos arqueológicos por el retraso en las obras. «La arqueología no es responsable de lo que pase, y mucho menos en una ciudad como Granada», afirma.

A su modo de entender, la Junta de Andalucía ha sido benévola al pedir que los restos se levanten para después ser devueltos al mismo lugar. Y justifica así su tesis: «Entiendo que los restos que han aparecido deben conservarse en la misma ubicación en la que están. Lo que no debe hacerse es el aparcamiento».

A la vez, y en esa misma línea, rechaza la posibilidad de que los hallazgos sean llevados a otro lugar, tal y como propone el Ayuntamiento, ya que eso supondría «crear un parque temático que no tiene absolutamente ningún sentido, pues se descontextualizan los propios restos».

El arqueólogo opina que «es dramático» que un asunto de este tipo sirva como arma arrojadiza entre partidos políticos para saldar sus diferencias.

En cuanto a lo que han opinado los técnicos que se encargan de las obras, en el sentido de que los restos arqueológicos no aguantarían más de cinco años a la intemperie, señala que es una obviedad. «Ninguna estructura de ese tipo aguanta indefinidamente. Es necesario su mantenimiento, como ocurre en todos los lugares».

Malpica no duda de la valía de los actuales hallazgos. Lo dice así: «Todos los restos monumentales tienen su valor por sí mismos, y mucho más si se trata de restos significativos. Yo creo que la primera plaza de toros de Granada sí es significativa».

El arqueólogo, en fin, lamenta que pese a ser una ciudad monumental, Granada carezca de tradición sólida sobre conservación de restos arqueológicos.


PEDRO SALMERÓN
Arquitecto. Redactor del Plan Centro

«Pueden estudiarse y no conservarse»

Por su parte, el prestigioso arquitecto y urbanista Pedro Salmerón, redactor en su momento del Plan Centro de Granada, muestra sus dudas sobre la importancia de los restos encontrados. «No sé si realmente son tan valiosos como para dejarlos intactos donde están», dice, aunque advierte en diversas ocasiones que él no ha tenido oportunidad de verlos personalmente.

En ese tono de prudencia, indica que hay que estudiar todo lo aparecido en su conjunto para tomar una decisión ponderada. «Es posible incluso que los restos puedan estudiarse, documentarse y no conservarse. No cabe desterrar esa posibilidad. En principio, no me parece que la plaza de toros sea tan relevante. Creo que en Granada ha habido restos más valiosos que no se han conservado».

Sin embargo, Salmerón destaca el hecho de que, además de la plaza de toros, ha aparecido parte de la necrópolis musulmana y que ambos hallazgos estaban perfectamente previstos. «Se podrían haber hecho unas buenas prospecciones o catas previas a las obras, y así se podría decidir lo que hay que hacer con los restos antes de comenzar la excavación. Se podía haber tenido un criterio definido. Incluso tal vez no habría que haber hecho el aparcamiento en ese lugar. Las infraestructuras son necesarias, pero hay que tener previstos los restos que van a aparecer y tener un criterio marcado. Así se evitan polémicas», manifiesta.

Salmerón opina que, eso sí, una vez que las obras han empezado y los hallazgos han aparecido hay que calibrar bien su importancia para ver qué se hace con ellos. «En este caso, no le veo mucho sentido levantar los graderíos de la plaza de toros para desvolverlos más tarde al mismo sitio. Creo que no tienen un valor tan excepcional. Por otro lado, pienso que queda fatal levantarlos y llevarlos a otro lugar: eso sería crear un basurero».

Por ello, señala que no habría que descartar la postura de no conservar los restos una vez se hayan documentado convenientemente.

En cualquier caso, Salmerón reclama un debate «sereno y profundo» de carácter eminentemente técnico, aunque al final sean los políticos lo que decidan.


DOMINGO SÁNCHEZ MESA
Catedrático de Historia del Arte

«Puede conservarse sólo una parte»

A juicio del catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Granada Domingo Sánchez Mesa, un debate como el actual es «necesario» porque ayuda a clarificar criterios en una ciudad monumental como Granada. Criterios para esta actuación en la avenida de la Constitución y para otras venideras. Con un matiz: pide que las administraciones aporten a la ciudadanía una información «clara y exhaustiva» sobre la importancia de los restos para que se pueda establecer un debate serio con conocimiento de causa. «Eso, hasta ahora, no ha ocurrido», lamenta.

Tras advertir que, por tanto, no conoce con todo detalle las características de los restos que se han encontrado, Domingo Sánchez Mesa opina que una buena solución podría ser la dejar en su sitio, testimonialmente, sólo una parte de los hallazgos para que la ciudadanía pueda saber lo que allí hubo en otro momento histórico. «Creo que puede conservarse sólo una parte, de modo que no se entorpezca el proceso de reforma de la avenida de la Constitución. De ese modo, puede quedar un testimonio interesante bien integrado en el bulevar», apunta el catedrático.

Sánchez Mesa recuerda que no se trata de restos romanos, sino que datan del siglo XVIII, con lo cual relativiza su valor. «Por eso tal vez pueda conservarse sólo una parte de forma testimonial, y no la totalidad», arguye. Pese a esto, matiza que hay que tomar una decisión tras analizar con detalle qué tipo de arquitectura es la que ha aparecido. «Si es sólo de ladrillo y argamasa, su valor sería relativo», sentencia.

El catedrático opina que las catas previas al inicio de las obras ayudan a tomar una decisión previa sobre qué destino dar a los restos arqueológicos una vez aparezcan. Así, dice, se evitan polémicas innecesarias entre partidos políticos.

Domingo Sánchez Mesa se muestra «indignado» con la postura de la Junta de Andalucía en este asunto. «Me llama la atención que la Junta sea tan escrupulosa con la plaza de toros -que todos sabíamos que iba a aparecer- y sin embargo sea tan poco cuidadosa con edificios de la valía del hospital de San Juan de Dios o de San Jerónimo, o autorizando la construcción del Rey Chico junto a la Alhambra».

También se lamenta del «olvido» con que, dice, la Junta trata la primera muralla de Granada, que data del siglo IV antes de Cristo y que es «el testimonio más antiguo de los orígenes de esta ciudad». Esa muralla, de la que dice que «se está dejando perder», merece ser salvada «con todos los esfuerzos», manifiesta el catedrático de Historia del Arte.

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