Se desploma la torre del homenaje tras dos semanas de avisos a la Junta

Algunos monumentos históricos se ven afectados cuando hay temporal. Si éste es potente, hasta es capaz de destruir ese monumento si su grado de deterioro es importante. Pero hay ocasiones en que la dejadez de las administraciones es casi tan peligrosa como las propias inclemencias meteorológicas. La mezcla de ambos factores, de hecho, ha resultado letal para la torre del homenaje del castillo medieval de Constantina, una seña de identidad del pueblo sevillano que, desde la madrugada de ayer miércoles, es una triste montaña de escombros.
Esta torre de la fortaleza medieval, declarada Bien de Interés Cultural (BIC), se desplomó al completo sobre las cinco de la madrugada y ha quedado reducida a escombros después de varios meses aguantando la intensa lluvia. Pero el derrumbe no fue sorpresivo, no fue inesperado. Ahí reside buena parte de la trascendencia del caso. Y es que el Ayuntamiento de Constantina, con su alcalde, el socialista Mario Martínez a la cabeza, había advertido hace un par de semanas a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía del importante deterioro de la torre y de la grieta que había aparecido últimamente y que en los últimos días se había ensanchado. Así lo confirmaba a ABC el propio Martínez, molesto con la exasperante pasividad de la Administración regional, que fue advertida «hace unos doce días», según indicó ayer.
«Primero —dijo— apareció una grieta fina y hubo desprendimientos, sobre todo del revestimiento de la base de piedra de la torre. Pero ya este lunes nos avisaron de que habían caído más piedras y la grieta estaba mucho más abierta. Hasta anoche, cuando todo se desplomó». El alcalde aseguró que «desde el primer momento» se dio aviso de lo que estaba pasando a Cultura, que «ha recibido informes y fotografías de todo lo que estaba pasando desde que se detectó la grieta». «Se trasladó lo que sucedía tanto a la Junta de Andalucía como al área de Cultura de la Diputación Provincial, que sí ha hecho un buen trabajo y desde hace días venía solicitando a la Comisión de Patrimonio de la Junta poder realizar una actuación de emergencia, ya que las competencias para cualquier cosa que se haga las tiene Cultura por ser un Bien de Interés Cultural. Pero la Consejería no ha dado respuestas, no ha reaccionado. Entiendo que el temporal ha afectado mucho a todas partes y que pueden estar desbordados, pero la cuestión de fondo es que no había dinero para acometer nada, ya me lo comentaron. Yo tengo que mirar por mi pueblo y esto es así».
La Diputación promueve actualmente un proyecto de restauración de uno de los antemuros de la fortaleza, de ahí que el camino escogido fuera pedir a esta administración que ya trabaja allí que afrontase una obra de urgencia con el permiso de la Consejería de Cultura. Pero no fue hasta la mañana de ayer, con la torre hecha añicos, cuando la Comisión de Patrimonio aprobó la actuación de emergencia por parte de la Diputación. Demasiado tarde. De hecho, ayer se personó en el lugar un arquitecto de Cultura por primera vez. Hasta entonces sólo habían revisado la fortaleza técnicos municipales y de la Diputación.
«El Ayuntamiento ha hecho todo lo que tenía que hacer, no se ha dormido —explicó el alcalde—, y la Diputación también ha hecho su trabajo. Pero Cultura no ha estado ágil». Protección Civil inspeccionó ayer el terreno y ordenó el desalojo de tres familias por la cercanía de sus viviendas a los restos de la torre, que pueden rodar ladera abajo. La Diputación trabaja para empezar cuanto antes el desescombro.

Bueno: «Tuvimos que actuar antes, sí, pero no hay fondos»

El delegado provincial de la Consejería de Cultura de la Junta, Bernardo Bueno, admitía ayer el fallo de su departamento en este caso, que vinculó a la falta de presupuestos. «Ha llovido mucho y era imposible prever algo así —decía a este periódico—, pero sí es cierto que si hubiéramos actuado antes la torre posiblemente no se hubiera caído». «El problema es que no tenemos medios para acometer todo esto; los medios y los presupuestos son los que son y para actuar de buenas a primeras había que mover maquinaria y efectivos de un modo para el que hacen falta unos fondos. Así se lo dije al alcalde. Entiendo su indignación, es normal, pero no podemos hacer más. En el castillo se habían hecho cosas, pero nos quedaban por hacer otras y es verdad que no hemos podido llegar a tiempo, lo lamento».