García Leal: «El reinado de Alfonso III fue breve, pero muy emblemático»

Los expertos analizarán en un congreso en Oviedo la aportación de este monarca al arte, la cultura y la religiosidad


«El reinado de Alfonso III es un período breve, pero muy emblemático del Reino de Asturias, que nos dejó grandes monumentos», afirmó ayer Alfonso García Leal, director del congreso sobre el 1.100º aniversario de la muerte de Alfonso III y de la tripartición del territorio en los reinos de Asturias, Galicia y León» que se presentó ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA. En el acto participaron, además de Alfonso García Leal, Lorenzo Arias Páramo, profesor de Arte de la Universidad de Oviedo, y Javier Rodríguez Muñoz, director del Club Prensa Asturiana.

El congreso se celebrará en el campus del Milán de la Universidad de Oviedo y en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, con un ciclo de conferencias que se desarrollará del 11 al 14 de mayo. Participarán doce ponentes que hablarán sobre historia, arqueología, arte, lengua y documentación.

A juicio de García Leal, este evento cultural persigue rememorar «un acontecimiento histórico de la mayor relevancia, al tiempo que analizar la aportación del Reino de Asturias al arte, la cultura y la religiosidad» en el período de cerca de dos siglos que duró su existencia, tanto en lo que se refiere al territorio de Asturias como a los de Galicia y León.

Javier Rodríguez se refirió a Alfonso III como «un monarca fundamental, porque en él se condensan elementos que son imprescindibles para conocer la historia de Asturias». Siguiendo con el perfil del monarca asturiano no dudó en afirmar que «con Alfonso III el Reino de Asturias murió de éxito por su ampliación de fronteras». Después precisó que las crónicas de este monarca «son fundamentales para el estudio de esta parte tan importante de la historia de Asturias». Lorenzo Arias, que será el que pronuncie la primera conferencia del congreso sobre el monarca asturiano, se refirió a la importancia que tuvo este reinado en el arte religioso, «ya que se hizo una arquitectura por y para el poder».