"El velo de la memoria". Inaugurado el Museo de Santa Clara en Murcia

4/6/05 .- La Opinión de Murcia

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El recién inaugurado museo de Santa Clara ofrece a los ciudadanos de la Región un paseo por la historia de la ciudad a la vez que muestra el patrimonio religioso de las monjas clarisas


Con la apertura del convento de las monjas Clarisas, que fue antes alcázar de los reyes árabes de Murcia, se ofrece a la ciudadanía un recorrido por la historia de la ciudad

Visitar el Museo de Santa Clara, que anoche fue inaugurado oficialmente, es, en palabras del catedrático Cristóbal Belda, adentrarse en el mundo misterioso y desconocido de un convento de clausura para respirar su paz y espiritualidad, admirar el edificio hispanomusulmán más bello de toda la región y conocer cerca de 1.000 años de historia de Murcia.

Quienes durante años han promovido y gestionado esta recuperación consideran que después de la Catedral, el Monasterio de Santa Clara La Real puede considerarse el edificio de mayor interés histórico-artístico de Murcia, tanto por la antigüedad de sus restos (algunos se remontan hasta el siglo XI) como por la variedad de estilos representados (islámico, mudéjar, gótico, renacentista y barroco). "Un tratado de historia escrito piedra a piedra, ahora al alcance de todos." Efectivamente, así es, pues desde los restos arqueológicos -el nuevo museo se constituye como extensión del ahora cerrado Museo Arqueológico en lo que se refiere a yacimientos islámicos- al arte religioso conventual de la comunidad que todavía habita el centro, se abre un tesoro escondido en el corazón de la ciudad de Murcia, hasta ahora vedado por la clausura de las monjas clarisas.

El monasterio fue fundado sobre un palacio islámico-mudéjar del siglo XIII, llamado alcázar seguir o palacio pequeño de recreo, propiedad del emir murciano Ibn Hud, quien lo levantó en el interior del 'Arrabal de la Arrixaca', fuera de la muralla de la ciudad. Fue la última residencia de los emires musulmanes tras la caída del reino de Murcia en manos cristianas. En 1365 Pedro I hizo entrega a Doña Berenguela de Espín, abadesa, y a sus monjas clarisas de "sus casas y palacios reales que tenía en esta ciudad, con todas sus entradas, salidas y pertenencias, edificios, aguas y riegos". Así fue como la Orden, que sigue habitando el ala sur del edificio, se instaló en el primitivo palacio islámico.

Tras las sucesivas reformas, y tras ser cuartel durante la guerra civil y la construcción posterior de un servicio-garaje, ahora, tras un convenio entre la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, la Fundación Cajamurcia -dentro de su proyecto 'Huellas', de rehabilitación del patrimonio- el Ayuntamiento de la ciudad y la comunidad religiosa propietaria del edificio, éste se ha transformado en un nuevo museo que alberga una Sección de Arte y Arqueología Islámicos y otra de Arte Religioso Conventual. Este convenio ha permitido, además, la rehabilitación total de una de las alas del edificio para convertirla en la nueva residencia de la comunidad religiosa.


Para no perderse

El visitante podrá realizar, en el ala norte, un recorrido por la cultura andalusí de los siglos X al XV. El proyecto ha estado bajo la dirección de Indalecio Pozo, arqueólogo responsable de las excavaciones en el conjunto del monasterio y director del Museo de la Vera Cruz de Caravaca. Esta sección del nuevo museo propone una visita a un inmueble de carácter monumental en el que cabe destacar el salón, pórtico tripartito, alberca y los jardines de un magnífico palacio construido por los emires murcianos durante el siglo XIII. Previamente, los gobernadores almorávides y el emir Ibn Mardanish levantaron otro conjunto aúlico del que también se pueden contemplar algunos restos. El visitante de estos espacios dedicados a la cultura andalusí podrá admirar una selección de las mejores piezas halladas en las excavaciones arqueológicas desarrolladas en toda la Región de Murcia.


Alberca del siglo XIII

Al acceder al museo, tras recorrer el huerto de entrada, el visitante entra en la galería gótica y descubre una de las grandes sorpresas de la visita: la alberca monumental del siglo XIII, encontrada enterrada bajo la tierra del jardín y rodeada de árboles frutales y hoy restaurada, con un diseño que puede considerarse precursor de los palacios granadinos. En la misma galería gótica, el Museo cuenta con un módulo interactivo de pantalla táctil que contiene un amplio repertorio de los lugares y materiales de la arqueología islámica regional.

Tras contemplar la alberca, el visitante se adentra en la Sala de Tudmir y en el pórtico del antiguo palacio, donde se muestra que desde finales del siglo XI a mediados del siglo XIII Murcia fue el eje geopolítico de Sharq al-Andalus.

En esta y en otras salas, como la de Sharq al-Andalus, se ha recreado desde la vida cotidiana de la población andalusí a la vida cortesana. En el lateral oriental del gran salón pueden contemplarse los restos del palacio islámico del siglo XII. En este mismo espacio, el visitante podrá sumergirse en el pasado islámico de la Región a través de un audiovisual destinado al público en general y otro diseñado específicamente para la población escolar.

Por último, en la primera planta de la galería gótica se halla otro módulo interactivo de pantalla táctil dedicado íntegramente a Santa Clara y que incluye visitas virtuales a algunas zonas de los palacios islámicos.

Un paseo en alto junto a la arcada gótica del claustro del convento, otra de las joyas arquitectónicas del edificio levantada durante el reinado de los Reyes Católicos, sirve de transición entre el arte islámico y el cristiano. El sentido severo de aislamiento que conlleva la clausura encuentra en el claustro el sustituto terrenal de la Jerusalén celestial, dando a los moradores de estos recintos paz y espiritualidad. La Sección de Arte Religioso Conventual, dirigida por Cristóbal Belda, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Murcia, reúne un buen número de obras de arte propiedad de las monjas clarisas, nunca expuestas hasta ahora. Esculturas, pinturas, documentos, piezas suntuarias y objetos devocionales, en su mayoría recientemente restauradas, muestran la historia del convento y la vida en clausura. Este rico patrimonio proviene, en su mayoría, de las donaciones que servían para agradecer favores y mercedes, demostrar la piedad personal y asegurarse un último y final reposo en el Más Allá.

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Comentarios

1

Lo bello escondido


Es un privilegio poder ver esta verdadera maravilla, soy recién llegado a Murcia y no me podía imaginar esta autentica joya
Comentario realizado por Carlos Cerrillos Morales. 29/12/07 23:50h