El castillo desvela más sorpresas (Miranda de Ebro)

Los arqueólogos han constatado la conservación del 60% de las estructuras de una fortaleza con 4.000 metros cuadrados de planta

Retirar en poco más de un mes 600 metros cúbicos de tierra ha permitido sacar a la luz más y mejores restos del pasado medieval del cerro mirandés de La Picota. Las previsiones más optimistas de Rafael Varón, arqueólogo encargado de los trabajos sobre el terreno, se han visto superadas.
A priori, y a expensas de concluir el análisis de la información recogida, el responsable de la excavación y guía ocasional de la visita que realizaron ayer a la zona numerosos miembros de la corporación municipal, no dudó en mostrarse «encantado con los resultados obtenidos. Cada día de trabajo ha tenido datos fructíferos».
Cuando empezaron a remover arena y piedras, esperaba poder constatar que aún se conservaban «el 60% de las estructuras del castillo», pero poco a poco, según avanzaron los días y los trabajos, el porcentaje se fue elevando. Ayer Varón no quiso aventurar un número, pero no dudó en asegurar que «los restos recuperados tienen tal grado de monumentalidad que permiten ser absolutamente optimistas a la hora de encarar futuras intervenciones arqueológicas sobre el terreno», avanzó.
Especialmente contentó se mostró con los más de 500 metros cuadrados de barbacana -el patio defensivo de acceso a una fortaleza de 4.000 metros de planta- que han podido se recuperados.
Pero no sólo está ilusionado con esa parte de la edificación, ya que en opinión de Varón «hay restos suficientes para ofrecer una interpretación cronológica, histórica y social del castillo», así como «indicios suficientes para lanzar hipótesis de trabajo que deberán confirmarse a futuro sobre la ocupación del cerro en los momentos anteriores a la creación del castillo. Aunque, evidentemente y como le pasa a cualquier historiador, le hubiese gustado tener «más secuencia cronológica».

Desde el año 750

De todos modos, en esta ocasión su objetivo era poder descubrir todo lo posible sobre el fortaleza y en ello se han centrado; aunque eso no les ha impedido buscar datos sobre una Miranda anterior y todavía más desconocida, como la villa de entre los siglos XII y XV o el poblamiento de los siglos VIII y IX, época en la que se sitúan algunos fragmentos cerámicos hallados. Podría tratarse de la primitiva aldea que destruyó Alfonso I en el año 750. «Hemos obtenido resultados positivos y eso puede orientar siguientes fases del trabajo para recuperarlos».
De hecho, el terreno lo han dejado preparado para hacerlo posible. «Parte de la barbacana se va a establecer como reserva arqueológica, por si en un momento dado hay que intervenir sobre ella para que se puedan recuperar los restos que queden».
Pero eso quedará para el futuro. En los próximos meses se realizará la investigación y el proyecto de obras -ya adjudicado- que determinará cuáles son «las especulaciones y las certezas» que hay sobre esa edificación y de ahí se derivarán las actuaciones necesarias para rehabilitarlo y ponerlo en valor. Una obra civil que cuenta con 2,5 millones de euros de financiación del Plan Urban y que también puede ser foco de generación de empleo. Se cumplirían así 4 de las 7 fases de intervención marcadas en el Plan Director del Castillo. Las demás deberán esperar a la consecución de nuevos fondos en el futuro.
Ahora hay que valorar «qué se quiere hacer, con qué nivel de conservación, qué parte se va a musealizar y dotarlo todo de contenido didáctico, social y lúdico. Hay que buscar que la gente pueda venir a verlo y le genere determinadas inquietudes», concluyó Varón.