Los arqueólogos proponen crear un centro de estudios de la Marina Baixa (Alicante)

Los expertos se reúnen en Altea para presentar las conclusiones de las primeras jornadas celebradas sobre el patrimonio arqueológico y etnográfico de la comarca


Un grupo de arqueólogos, investigadores e historiadores de la Marina Baixa acordó ayer en Altea crear un Instituto o Centro de Estudios de la Comarca de la Marina Baixa que se encargue de la divulgación del patrimonio histórico-cultural de los diferentes municipios que la forman.

La propuesta se gestó en el marco de las Primeras Jornadas sobre el Patrimonio Arqueológico y Etnográfico de la Marina Baixa que se celebró en el Aulario de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Miguel Hernández en diciembre de 2004, y ayer se dieron en el mismo lugar los primeros pasos para su constitución durante la presentación de la publicación de las actas de dichas jornadas.

Según la alteana Feliciana Sala Sellés, profesora de Arqueología de la Universidad de Alacant, en la Marina Baixa existe «un patrimonio disperso y desconocido que merece ser descubierto», razón por la que hay necesidad de poner en marcha este futuro centro de estudios comarcales «para ayudar a la conservación y difusión del patrimonio material e inmaterial de la Marina Baixa, necesitado de inventarios, catálogos, investigaciones y publicaciones». El profesor Rafael Azuar, director del MARQ (Museo Arqueológico Provincial de Alacant), señaló que «la lectura detenida del contenido de las actas» de las jornadas celebradas en diciembre de 2004 en la Facultad de Bellas Artes de Altea «confirma que la Marina Baixa no es solo Benidorm y Terra Mítica», sino un territorio «que conserva, a pesar de las bruscas transformaciones experimentadas por la presión urbanística, un rico, variado y arraigado patrimonio cultural arqueológico, etnológico, histórico, documental, material e inmaterial» integrado en un paisaje natural «de valor excepcional», marcado por las vertientes de solana de la sierra Aitana y la frontera natural de la sierra de Bernia y Mascarat, «que abraza un mar de antigua historia».