Líquenes y hongos están deteriorando las iglesias románicas de Segovia

10/9/09 .- http://www.telecinco.es

Un grupo de investigadoras del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han constatado el deterioro que sufren las iglesias románicas de Segovia como consecuencia de la colonización de líquenes y hongos, que afectan tanto al interior como al exterior de las rocas.

El estudio, que pretende reivindicar el valor de estos templos dentro del patrimonio cultural de la ciudad, propone diferentes tratamientos para prevenir ese "biodeterioro" e incide en que la simple eliminación de los líquenes superficiales de la roca puede llegar a ser contraproducente.

El trabajo de investigación, ha informado hoy el CSIC, fue financiado en primera instancia por la Junta de Castilla y León y después por la Comunidad de Madrid, y las conclusiones del mismo se han publicado en la revista Science of the Total Environment.

La investigación, dirigida por la investigadora Asunción de los Ríos, del Instituto de Recursos Naturales (CSIC), en Madrid, ha analizado las iglesias de la Vera Cruz, San Lorenzo, San Martín y San Miguel, todas ellas en la ciudad de Segovia.

Las observaciones realizadas por el equipo constataron dos tipos de deterioro en las rocas: los daños generados por los líquenes epilépticos (sobre piedra), en muchos casos totalmente integrados en la piedra, y los daños causados por el componente fúngico de los propios líquenes y la acción de otros hongos en zonas internas.

El segundo deterioro, al contrario que el primero, se produce por la colonización endolítica, es decir, del interior de la roca, al ocupar las cavidades y fisuras de la piedra.

De los Ríos ha explicado -informa el CSIC- que dada la complejidad observada en las zonas afectadas, la investigación apunta la necesidad de aplicar tratamientos contra el biodeterioro que se dirijan no sólo a los organismos que se encuentran en la superficie, como se venía haciendo hasta el momento, sino también los que se ubican en el interior de la piedra.

Según la investigadora, la mayor parte de los tratamientos contra el biodeterioro no realizan un diagnóstico previo "y por lo tanto obvian la colonización interna de las rocas".

"En muchos casos, es mejor no aplicar ningún tratamiento antes que optar por uno inapropiado; la eliminación de los líquenes de la superficie de las rocas puede provocar la dispersión de esporas y fragmentos pueden estimular una rápida recolonización de la roca por nuevos líquenes", ha comentado.

Una vez realizado el diagnóstico, el equipo ha establecido colaboraciones con empresas que quieren probar la eficacia de sus productos antimicrobianos (biocidas).

"Lo importante es conseguir un tratamiento que actúe contra todos los organismos presentes en la piedra, pero lo cierto es que la penetración del biocida en la roca siempre resulta difícil", ha apuntado de los Ríos.

En colaboración con el Instituto de Ingeniería Civil de Lisboa, se ha testado con anterioridad la eficacia de algunos biocidas en uno de los paramentos del Monasterio de los Jerónimos (Portugal) y se sigue trabajando de la misma manera en diferentes canteras, ha informado el CSIC.

No actuar en zonas con gran biodeterioro, según De los Ríos, puede provocar la desagregación de la roca o la caída de fragmentos superficiales.

De hecho, en las iglesias analizadas, la mayor colonización se observó en aquellas zonas donde se acumula agua, ya sea por deterioro de tejas, ascensión de agua desde el suelo o en partes del monumento especialmente expuestas a la lluvia, como los contrafuertes.

De los Ríos ha recordado que el estudio actual sólo se ciñe a las iglesias románicas de la capital segoviana y sus resultados no son directamente extrapolables a otros monumentos de la ciudad, como el Acueducto o el Alcázar.

En el trabajo han participado las investigadoras Carmen Ascaso y Beatriz Cámara, del Instituto de Recursos Naturales del CSIC; Virginia Galván, de la Universidad SEK en Segovia; María Ángeles García del Cura, del Instituto de Geología Económica (CSIC-Universidad Complutense de Madrid); y Víctor J. Rico, de la Universidad Complutense de Madrid.

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