Una mirada a Al Ándalus portuense

16/8/09 .- http://www.diariodecadiz.es

Cultura Visitas nocturnas guiadas por la epoca medieval de la ciudad

Consuelo Ramírez Castro, licenciada en pedagogía, desveló los secretos de las piezas arqueológicas expuestas en la colección permanente de El Hospitalito


La semana pasada comenzó una de las iniciativas con las que el Ayuntamiento de El Puerto quiere fomentar y dar a conocer la cultura histórica de la localidad, tanto a portuenses como a turistas. Se trata del primer pase de las 'Visitas nocturnas guiadas a Hospitalito', visitas que buscan acercar al público asistente a la realidad pasada, a través de herramientas y materiales de la alta y baja Edad Media encontrados en el término municipal de El Puerto de Santa María.

Lass visitas se enmarcan dentro del programa de actividades pedagógicas y de difusión cultural organizadas por la Concejalia de Cultura y programadas por el Museo Municipal y que tiene como guía a la licenciada en pedagogía Consuelo Ramírez Castro

La cita tuvo lugar en la sala Hospitalito del Museo Municipal, el antiguo hospital de la Divina Providencia del siglo XVIII, fundado por dos sacerdotes del clero de la ciudad con el fin de ayudar a mujeres necesitadas, huérfanas y enfermas a partir de un trabajo en el plano educativo y asistencial. Con posterioridad ya en el siglo XIX fue fundado el Colegio del Hospitalito que se cedió por parte del Estado para la enseñanza pública. En la actualidad este emblemático edificio se utiliza como museo local y se encuentra inmerso en un proceso de restauración con el fin de trasladar en el futuro la sede definitiva del Museo Municipal a esta ubicación.

Al lugar acudio un público muy heterogéneo que sobrepaso las expectativas que la organización había previsto, ya que el aforo de treinta plazas que se pronosticó se quedó corto.

Para conocer el objeto central de la exposición la guía explicó que la Edad Media comenzó en el año 476 d.C. con la caída del Imperio Romano, siendo una etapa muy rica porque convivieron tres culturas muy distintas: cristianos, musulmanes y judíos. Fue en ese momento cuando los visigodos se establecieron en la Península . Es por ello que en El Puerto se encuentran rastros de esa época visigoda como los aparecidos en excavaciones de la finca El Barranco o la ermita de Santa Clara. De este modo se pueden ver en la exposición armas de hierro, portalámparas, dagas o hebillas de hierro.

En la muestra también se da especial atención a Al Ándalus que es el nombre que se da al territorio conquistado por los musulmanes en la Península Ibérica. Así se conservan restos en el Castillo de San Marcos que están relacionados con la antigua Mezquita de Alcanatir.

En aquella época los municipios se conformaban en alquerías o conjuntos de casas rurales que estaban defendidas por cerros y torres, la más importante entre las varias que hubo en el término municipal fue la de Al Qanatir. Se trataba de casas sobrias, de pocas ventanas, reducido tamaño y donde el patio era el núcleo donde se distribuiría toda la vivienda que siempre disponía de fuentes, estanques y pozos. Las principales actividades en estos sitios estaban relacionadas con la agricultura, la ganadería y la pesca.

Es por ello que se puede ver durante la visita un molino manual de los que se usaban en las viviendas ricas y humildes para fabricar la harina que en las casas pobres sería harina tosca y en las casas ricas se utilizaría para la repostería, fragmentos de cazuela, de orza, piezas y monedas procedentes de la Alquería de Sidueña y de Grañina, cerámicas encontradas en el Monasterio de la Victoria, instrumentos de música como el tambor o adufe y la rababa o rabel, un contenedor de agua descubierto en el Monasterio de la Victoria. La gastronomía en el Al Ándalus era muy importante por lo que es normal que la exposición recoja una gran variedad de vasijas y recipientes destinados al servicio de cocina, como ajuares de cocina, servícios de mesa, contenedores de agua y vino. La cocina era un espacio de pequeñas dimensiones que normalmente contaba con un horno de forma cilíndrica situado en en una pequeña excavación que se hacía en la tierra y que funcionaba con carbón vegetal.

Las casas más acomodadas disponían de despensas con cántaros, odres ,tinajas que servían como contenedores y transporte de alimentos y líquidos . En la exposición se reflejan estas piezas de contención y transporte de agua como un jarro, una cántara, un borde de tinaja, una botella en asa. Se exhibe, a su vez, una reproducción de un lavadero de la época, un jarrón mudéjar procedente del Palacio de Araníbar, un tornillo de Arquímedes que tenía la función de drenar las aguas molestas antes de la ejecución de obras de fábrica o la escenificación de un enterramiento almohade con un esqueleto. Del mismo modo el arte de la pesca también encuentra su hueco ya que tras la reconquista El Puerto fue repoblado, fundamentalmente, por gente procedente del norte como vizcaínos, cántabros y asturianos que impregnaron de su carácter comercial y marinero a la zona.

Éste viaje al pasado concluye con un documental de unos veinticinco minutos donde se refleja la importancia que tiene la cultura del agua para el mundo árabe. Este jueves próximo, día 22, los interesados tienen ocasión de repetir la experiencia de la vista nocturna a partir de las 22.00 horas en el edificio Hospitalito (calle Ganado, 58).

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