Restos de cerámica en yacimiento visigodo de Vega Baja revelan las fases de ocupación

9/8/09 .- http://www.adn.es


Los restos de cerámica hallados hasta ahora en el yacimiento visigodo de la Vega Baja, en Toledo, permiten a los expertos identificar en una primera fase de catalogación las fases de ocupación humana, sus formas de vida y la realidad social y cultural de los habitantes de este espacio singular.

Según el arqueólogo Jorge de Juan, en las fases humanas de ocupación "se suceden romanos, visigodos, musulmanes, pero también cristianos de la Toledo posterior a la conquista del rey castellano Alfonso VI y, más tarde, de las épocas moderna y contemporánea".

Los hallazgos arqueológicos en la Vega Baja, situado a las afueras del casco histórico de Toledo, llevaron al Gobierno regional a paralizar en julio de 2006 un proyecto urbanizador de 1.300 viviendas públicas y un centro comercial de El Corte Inglés.

La presencia de cerámica romana en el conjunto total de piezas recuperadas es, por el momento, residual, del entorno del cinco por ciento, según la arqueóloga Mar Gallego.

"Estos fragmentos son mayoritariamente de terra sigillata de formas lisas y decoradas que abarcan una cronología comprendida entre los siglos I y III d.C.", afirma Gallego en un documento difundido hoy por la sociedad pública Toletum Visigodo.

El responsable del laboratorio de documentación y restauración, Javier García, señala que las bases de vasos y cuencos son "lo que mejor se conserva, que es lo más tardío, menos rodado".

No consta que en la Toledo visigoda hubiera grandes talleres de cerámica. "Habría que mirar al valle del Ebro -dice De Juan- como el centro de producción de donde posiblemente deben provenir las cerámicas romanas recuperadas hasta el momento en la Vega Baja".

A finales del imperio romano, frente a los grandes centros de producción cerámica y con la aparición de nuevas ciudades, van surgiendo nuevos talleres, en particular en la zona de Talavera de la Reina y que, según De Juan, "participarían en el abastecimiento de Toledo".

Para De Juan y Gallego hay que contextualizar la cerámica que va apareciendo en la Vega Baja y relacionarla con otros enclaves visigodos y, en este caso, con uno muy cercano y directamente vinculado a Toledo: Recópolis, en Guadalajara.

Las características de las cerámicas de Recópolis parecen ser coincidentes con los primeros datos que se observan en el yacimiento toledano, "ratificándose -recalca Javier García- diferenciación de estos contextos con los de otros grandes centros urbanos, como es el caso de Mérida".

La línea de investigación principal que se lleva a cabo en Vega Baja se dirige a la identificación regional de los materiales cerámicos, que presenta notables similitudes con Recópolis, y la posible existencia de producciones "propias" y su difusión.

Destaca también el hallazgo de un numeroso lote de cerámicas que los arqueólogos denominan de "importación", entre ellas las conocidas como ánforas africanas de pequeñas dimensiones -spatheia-, que se producían en los siglos VI y VII d.C. en el África bizantina, y que presuntamente su utilizaron para el transporte de vino.

En el material cerámico andalusí recuperado hasta el momento, se pueden apreciar todas las etapas del pasado islámico de Toledo y su epílogo cultural representado por las cerámicas de fabricación o tradición mudéjar.

Los arqueólogos enfatizan sobre la importancia de este extremo puesto que es unos de los periodos más desconocidos de la historia de España y sobre el que "Vega Baja está destinada a aportar importantes datos", dice convencida Lola Ortiz.

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