Los restos de la primitiva iglesia de Corias se integrarán en el futuro parador

9/8/09 .- http://www.lne.es

La construcción tiene unas dimensiones considerables para la época y permite adelantar la presencia del estilo románico en el Principado

Los restos arqueológicos hallados durante las obras del parador turístico de Corias, el tercero ubicado en Asturias y uno de los de mayor tamaño de cuantos se distribuyen por la geografía española, serán uno de los principales atractivos del futuro alojamiento.

Responsables de Turismo y de Cultura han decidido que los antiguos muros levantados antes de mediados del siglo XI se integren en el nuevo equipamiento, lo que implica una modificación del proyecto para dar acogida a los restos en un espacio que se habilitará en exposición permanente.

Aunque las excavaciones de la iglesia no han concluido, ya permiten observar la presencia de una nave única, un crucero y tres ábsides, todo ello levantado con materiales de primera calidad. La potencia y el grosor de los muros estarían preparados para sostener las bóvedas con las que posiblemente habría contado la construcción.

Las dimensiones, 28 metros de longitud y una anchura máxima en el crucero de 16 metros, también dan idea de que se trataba de una obra relevante. Para el momento en el que la iglesia fue levantada, en los inicios del románico en Asturias, las medidas son considerables. Más tarde, ya en el siglo XII, algunos edificios superan esas dimensiones, pero para los primeros momentos son excepcionales.

Por los documentos escritos se sabe que fue construida entre los años 1032 y 1044 por mandato de los condes Piñolo Jiménez y su esposa Aldonza, ambos enterrados allí. Con esas fechas de construcción, la iglesia de Corias se convierte en el primer ejemplo del románico en Asturias, demostrando con ello que este estilo entró en la región antes de lo que se pensaba hasta ahora, y también que ya en ese momento hubo construcciones de gran calidad, que poco tienen que envidiar al mejor románico castellano o catalán.

Hasta ahora el referente era San Pedro de Teverga, datable a finales del tercer cuarto del siglo XI. Su arquitectura habla de un estilo románico arcaico que enlaza con el prerrománico. Pero el hallazgo de los restos de la iglesia de San Juan Bautista de Corias suponen un eslabón más en el paso del prerrománico al románico.

Perteneciente a una nobleza del primer nivel, el conde Piñolo podía permitirse sufragar los gastos de una obra de primera categoría para lo que seguramente mandó traer maestros de fuera de Asturias. En ese buscar paralelismos que permitan conocer más sobre los hallazgos, los arqueólogos ven cierta similitud en la planta de Corias con iglesias del románico catalán del siglo XI.

Los trabajos de excavación, que dirige el arqueólogo Alejandro García, han desenterrado hasta ahora el arranque de la cimentación de la iglesia y algunas hiladas inferiores de los muros que han conseguido conservarse. También ha salido a la luz una parte importante del suelo en el que aparecen losas de pizarra y baldosas de ladrillo.

La cabecera de la iglesia, con tres ábsides semicirculares, se localizó en el exterior del actual monasterio, en una zona de servicios y cuadras del cenobio, pero los pies del edificio se introducen en el ala posterior del edificio, llegando hasta las inmediaciones del claustro de servicios. En esa parte se localizó la lápida funeraria de Felix Sarraciniz -datada en el año 1046- un noble de la zona que tenía relación con los condes.

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