Descubren un altar visigótico del siglo IX o X en Enterría

7/8/09 .- http://www.eldiariomontanes.es

La pieza, hallada durante la restauración de la ermita lebaniega de San Andrés, es la tercera de Cantabria

En el momento exacto en que los operarios retiraban un altar lateral de la ermita de San Andrés de Enterría, en el valle de Camaleño, los ojos de los presentes no daban crédito a lo que estaban viendo. Un tenante de altar, de 1.10 de altura y forma sensiblemente cilíndrica, veía de nuevo la luz tras haber permanecido oculto más de un milenio. El antiguo tenante de altar perteneció a la primitiva construcción prerrománica, de tipo asturiano o mozárabe, cuya cronología debe establecerse entre los siglo IX y X.
La pieza en cuestión cuenta con una hendidura a modo de caja en la parte superior para depositar las reliquias y un rebaje perimetral para asentar la mesa del altar. ¿El responsable de todo esto? Ni más ni menos que el afán restaurador y de cuidado del patrimonio lebaniego que tiene José Manuel Gutiérrez, párroco de Tama. Este hombre junto con dos operarios lleva todo el verano realizando distintas actuaciones en ermitas de la comarca de Liébana y fue precisamente durante los trabajos de limpieza y restauración de esta cuando la suerte le iba a sonreír.

El hallazgo

José Manuel narra con efusividad el momento exacto del descubrimiento mientras sigue con las labores de acondicionamiento del entorno.
“Llevábamos ya unas horas retirando las grandes lajas con que estaba construido el altar y sólo quedaba una hilera de piedras cuando me fui a casa a comer. Pero cuando vuelvo por la tarde ahí estaba el tenante, tumbado en el suelo debajo de la última piedra!”.
Y continúa “Enseguida llamé al padre Carmelo Ajuria que ese día no estaba y a Enrique Campuzano, director del Museo Diocesano para que acudieran cuanto antes. Este hallazgo tiene una gran importancia por ser un nuevo indicio marcador de la repoblación monástica en los inicios de la reconquista. Por ende, en Cantabria tan sólo existen otros dos casos semejantes, el de la ermita rupestre de San Juan de Socueva en Arredondo y el de la desaparecida de Monegro en San Sebastián de Herrán -este último reutilizado de una estela funeraria romana-.
También en Caldas de la Hermida existió otro que desapareció hace tan solo dos décadas. Todos ellos datables del siglo X.

Enterría, un rincón mágico

El interés histórico-artístico de la ermita prerrománica de San Andrés reformada a finales del siglo XII o principios del XIII no hace sino incrementar con la recuperación de una fuente medieval existente junto al río, que perteneció al propio monasterio o iglesia. Hecho que conecta cronológicamente con el puente de la misma etapa histórica que da acceso al pueblo y que en los trabajos de adecentado también salió a la luz estos días.
El cartulario de Santo Toribio recoge por vez primera esta joya de la arquitectura religiosa lebaniega en una mención datada en 1.183. Y aunque no se conoce documentación medieval relativa a la edificación actual, el pequeño templo muestra dos etapas de construcción: la más antigua correspondería al muro oriental del ábside, con la ventana y un sillar esquinal que representa un nudo de Salomón, que podrían datar de los siglos IX o X.
A estos restos, a partir de ahora hay que añadir el tenante que se acaba de descubrir y junto a él otra pieza circular de arenisca que se usaba para iluminar el culto. Asimismo, amerita destacar que delante de la fachada oeste se extiende una necrópolis medieval que ya había sido visitada por el arqueólogo García Guinea y cuyo análisis podría determinar con mayor exactitud la cronología de la edificación.
Hoy es un día grande y como tal estuvieron presentes y acompañando a Gutiérrez, Elías Hoyal, arcipreste de la comarca y Carmelo Ajuria, franciscano del monasterio. Todos ellos manifiestan su alegría y entusiasmo. Tanto es así que llevaron la misma talla de San Andrés perteneciente al santuario y patrón de la localidad que está custodiado en la iglesia de Pembes. La imagen de incalculable valor patrimonial también está pendiente de su restauración y de los estudios pertinentes para su datación.

El amor de Julián

Pero hay alguien que está sensiblemente emocionado. Se trata de Julián Floranes, vecino de la localidad y propietario de varios inmuebles en el entorno del pequeño cenobio que todos los días veía empeorar el estado de todo el conjunto medieval. “Estoy emocionado, contentísimo de ver todo esto puesto en valor y nunca pensé ver hoy la imagen de San Andrés presidiendo lo que han descubierto. Hoy es un día grande para mí”.

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