Adelantan la segunda fase de las obras en la Avda. de Constitución (Granada) para cumplir los plazos

16/5/05 .- Terra Actualidad

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Los trabajos de estudio y recuperación de piezas arqueológicas y antropológicas en la avenida de Constitución, aún mantendrán paralizada la construcción del aparcamiento subterráneo al menos durante dos meses. Este tiempo, más el que la Junta tarde en permitir el traslado y levantamiento de los restos de la necrópolis musulmana encontrada bajo el asfalto, y la primera plaza de toros de la ciudad, provocará que las obras del aparcamiento subterráneo se alarguen hasta mediados de 2006, de tres o cinco meses más de lo previsto.


Para evitar este problema, los técnicos de la empresa constructora y de la concejalía de Urbanismo, han decidido comenzar ya los trabajos de la segunda fase del aparcamiento, que se realiza en la calzada central de la avenida de Constitución, pero entre Severo Ochoa y la calle Rector Marín ocete. Hoy llegarán las máquinas pilonadoras que comenzarán a abrir el enorme agujero que albergará el 'parking'. Según García Royo, estas obras son la segunda fase del proyecto. Se había pensado iniciarla una vez que estuviese casi terminada la primera fase, pero ante el retraso por la excavaciones arqueológicas, se inicia ya y se simultanéan los trabajos en las dos zonas (separadas por las obras del subterráneo entre Severo Ochoa y la avenida de Madrid. De esta manera, el retraso en el cumplimiento de los plazos previstos en el proyecto, serán mínimos.

Estas previsiones pueden verse alteradas si la Comisión de Patrimonio de la Junta de Andalucía pone pegas al levantamiento de los restos arqueológicos y a que se trasladen los elementos arquitectónicos de la vieja plaza de toros a las inmediaciones del actual coso taurino, como desea el concejal de Urbanismo, Luis Gerardo García Royo. 'No creo que haya pega alguna, ya que en los anteriores trabajos para el aparcamiento del Triunfo, ya apareció parte de la necrópolis musulmana y no se impidió que la obra continuase', dice el concejal. Los arqueólogos han señalado que los restos de la plaza de toros no tienen un valor histórico tan importante como para dejarlos donde están. Se podrían trasladar sin problemas.

Según los datos de los arqueólogos, al iniciarse el siglo XVIII la zona del Triunfo era un vertedero. La Real Maestranza de Caballería de Granada inició las obras de construcción de la plaza de toros en el año 1769. Es junto al palacio de Bibataubín, un ejemplo de arquitectura civil en la época de la Ilustración en Granada. En realidad no se concibió como coso taurino, sino como espacio para ejercicios militares y exhibiciones públicas. En 1879 sufrió un incendio y quedó destruida. Poco después de demolió y ese espacio fue el vertedero de cascotes y escombros de las obras de construcción de la Gran Vía. Una nueva plaza de toros se construyó en los actuales jardines del Triunfo, hasta que en 1920 se hizo el actual coso taurino.

En este momento, en la avenida de Constitución se han encontrado restos de lo que sería la mitad de la plaza de toros, con su puerta de entrada, la cimentación de los palcos, las salas de despiece y las gradas situadas en el sureste. Además parte del muro de piedra sobre el que se sustentaba el burladero de madera. De hecho se contemplan agujeros en la piedra que servían para colocar los listones que sustentaban las tablas de separación del coso de los tendidos.

El arqueólogo Ángel Rodríguez Aguilera, director de las excavaciones, indica que parte de lo descubierto es la zona noble de la plaza, el espacio sobre el que se situaban los palcos de autoridades. En este punto los burladeros no estaban sujetos por pilares de madera, sino que hay restos de columnas de mármol. Piensa que es posible extraer todo el conjunto descubierto y ubicarlo en un espacio de exhibición en el área de la actual plaza de toros. Hay también grandes formaciones terreras con materiales de aluvión y tierras mezcladas. Es el resultado de la acumulación de los restos de las construcciones que fueron destruidas para hacer la actual Gran Vía y restos de la construcción propiamente dicha, sin gran valor arqueológico, aunque se observa de forma nítida todo el proceso acumulativo que provocó la Gran Vía.

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