Recuerdo de Julio Valdeón

30/6/09 .- http://www.nortecastilla.es

Antes de 1965, en plena juventud, Julio Valdeón había completado ya un currículo brillante: profesor del Instituto Núñez de Arce de Valladolid, profesor ayudante de Historia Medieval en la Universidad vallisoletana y, por fin, con el número 1 de la oposición, de Geografía e Historia en el Instituto Jorge Manrique de Palencia. Tras su paso por las agregaciones de Historia Medieval de Sevilla y de la Complutense, Valdeón, discípulo distinguido de ese gran medievalista que es el profesor Luís Suárez, llegó, al filo de los 70, a su destino natural y definitivo: Valladolid. Tuve el honor de participar en la comisión que decidió su acceso a la cátedra, y luego, durante años, coincidió con él en la entrañable Facultad vallisoletana.
La larga estancia de nuestro amigo en su ciudad ha sido especialmente fructífera. Faceta esencial de su quehacer fue la docencia, en la que supo armonizar sabiamente el orden lógico, la claridad expositiva, la capacidad de comunicación, el cuidado de la forma y una pizca de pasión. Era, además, y sobre todo, un gran investigador. En esta esencial tarea acreditó pronto singular capacidad para manejar todo tipo de fuentes y aplicar los criterios de alguna logia propia, en la que se aunaban los patrones clásicos, tendencias de época y un modo personal de construir y transmitir la Historia. Sus temas objeto de estudio llegaron a ser muchos: la corona castellano-leonesa, con particular atención a los Trastámaras, las Cortes, el problema judío, las estructuras urbanas, la 'crisis del siglo XIV en Castilla', el mudejarismo. Además de su obra de investigación , fue autor de una pléyade de síntesis y trabajos de intención pedagógica, de debate o divulgativos.
Por otra parte, Julio Valdeón supo siempre conjugar su vocación de historiador, expresada también en cargos institucionales o directivos y su condición de maestro de historiadores, con sus deberes cívicos. En la convulsa etapa final del franquismo, Valdeón se movió, desde posiciones reivindicativas de izquierda, en un horizonte político cuajado de dificultades, y luego, tras el advenimiento de la democracia, llegó a participar, representando al Partido Comunista en las elecciones del 15J de 1977. Con posterioridad, abandonó la política activa y, con el paso del tiempo, se situó en posiciones más templadas, acordes con su espíritu prudente y conciliador y su amor a la tolerancia y a la libertad. Sin lugar a dudas, el marco en el que se manifestó de modo más cabal su dimensión de ciudadano comprometido fue el regional. Dedicó años a analizar las bases históricas e intelectuales de la región castellano-leonesa y contribuyó , desde posiciones no partidistas a la consolidación de nuestra Comunidad. Por citar u ejemplo esencial en ese marco de acción hay que referirse a la labor editorial de Ámbito, obra ingente que algunos, con notable miopía, no han sabido valorar debidamente.
Capítulo final y decisivo de la vida de Julio Valdeón ha sido su inserción en la Real Academia de la Historia. En ella ha realizado una importante contribución a la sesiones de los académicos, los ciclos de conferencias y las publicaciones. Su inquietud central en estos años, anticipado ya en su discurso de ingreso, ha sido el estudio de 'las raíces medievales de España'. Profesor eminente, investigador de referencia, ciudadano ejemplar, particularmente vinculado a su solar castellano-leonés, por encima de todo, Julio Valdeón fue un hombre bueno y un amigo leal. Siempre le recordaremos.

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