Los expertos piden más control arqueológico en las obras del puerto de Valencia

29/4/05 .- Levante. El mercantil valenciano/José Sierra

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La apertura de la bocana en Valencia y el desarrollo masivo de recintos deportivos en el litoral amenaza el patrimonio



En grupo de expertos en protección del patrimonio cultural subacuático que participa en el seminario organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Valencia considera «inaplazable» un cambio de rumbo en los ámbitos social, legislativo y de compromiso político que permita frenar la destrucción del gran patrimonio que yace todavía bajo las aguas para que no se convierta en «irreversible».

Además, un sector de los participantes en este seminario consideran que la celebración de la Copa América en Valencia es una «buena oportunidad» para empezar a exigir estos cambios tras calificar de «ineficaces» las medidas que se han adoptado para la supervisión de los trabajos de control arqueológico en las obras de dragado, apertura de la nueva bocana o la ampliación de determinadas zonas del puerto.

En este sentido, apuntaron a los organizadores del seminario, que codirige el profesor del departamento de Derecho Internacional de la Universitat de Valencia Mariano J. Aznar la posibilidad de promover un manifiesto en esta línea.

Según estas voces expertas, ni en los trabajos del puerto de Valencia ni en decenas de puertos deportivos construidos y/o ampliados en los últimos 20 años en el litoral valenciano ha existido un control arqueológico real de los trabajos realizados pese a que formalmente si se han cumplido los requisitos.

Según pudo saber Levante-EMV, en los trabajos que se realizan en el puerto de Valencia el control arqueológico está adjudicado a una empresa privada que tiene un arqueólogo «a pie de draga», vigilando lo que sale por el tubo y se queda atrapado en un cedazo. «Lo que ocurre- apuntaron las fuentes- es que si realmente apareciera algo de valor cultural o arqueológico, más allá de una pieza más o menos valiosa, y estoy pensado, por ejemplo, en un barco romano o algo así, para cuando quisieran parar la draga los restos del barco ya habrían desaparecido. Y eso por no hablar de la falta de control en los trabajos en seco que se realizan en tierra y sobre el que no consta control alguno». En la jornada de ayer, Iván Nogueruela, director del Museo Nacional de Arqueología Marítima y Centro Nacional de Investigaciones Subacuáticas con sede en Cartagena, se mostró especialmente crítico con las «intervenciones de urgencia» con las que se despachan la mayor parte de las intervenciones de los poderes públicos y empresas privadas en el ámbito costero y apoyó las prospecciones sistemáticas y la creación de zonas protegidas sometidas a una especial vigilancia para frentes litorales como los de Cartagena, Sagunto, Denia, etc. «Lo habitual -explicó Negueruela- es que nos encontremos con la paradoja de que una promotora privada- que trabaja, por tanto, en función de su lucro personal- o una empresa privada contratada por la Administración que contrata la obra, subcontraten la realización de los trabajos arqueológicos con otra empresa, privada, que también trabaja por lucro personal. Y, para colmo de males, en todos los casos que conozco no existe un control de la Administración Pública sobre todo ello». Las tesis de Negueruela,respaldadas después por otros intervinientes, desató la reacción de los representantes de algunas empresas privadas especializadas en control arqueológico, aunque el director del Museo Nacional subrayó que no cuestionaba el trabajo «de nadie» sino «cómo» se hacían algunas actuaciones y reiteró su opinión de que todo lo que afecta a «bienes públicos» como es el patrimonio arqueológico debe ser supervisado de forma eficaz por los poderes públicos.

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