Sacyr inaugura los restos arqueológicos recuperados en el Mirador de San Cayetano (Córdoba)

16/6/09 .- http://www.libertaddigital.com

Este martes se han inaugurado los restos arqueológicos de un horno califal y una mezquita que Vallehermoso ha recuperado en la promoción El Mirador de San Cayetano en Córdoba.

En el acto inaugural han intervenido el alcalde de Córdoba, Andrés Ocaña Rabadán; el presidente de la Gerencia Municipal de Urbanismo, Francisco Tejada Gallegos; el delegado provincial de la Consejería de Cultura, Joaquín Dobladez Soriano, y el director regional de Vallehermoso, Fernando Ruiz – Cabello.

Vallehermoso, promotora inmobiliaria del grupo SyV, ha realizado una importante actuación urbanística en el ámbito del Plan Especial de Reforma Interior SC-2a de la ciudad de Córdoba que ha supuesto la transformación integral de una destacada área de la ciudad y una manifestación de la preciada Córdoba antigua.

La promoción “El Mirador de San Cayetano”, donde se han encontrado los restos arqueológicos, es un conjunto inmobiliario que Vallehermoso ha desarrollado en tres fases y que cuenta con un total de 156 viviendas, todas ellas vendidas, que han supuesto una facturación de 45 millones de euros.

Gracias a la excavación arqueológica llevada a cabo por Vallehermoso entre los años 2003 y 2006 se ha permitido la documentación, conservación y, en determinados casos, puesta en valor de numerosos vestigios arqueológicos que abarcan un arco cronológico desde la época romana hasta el siglo XIV principalmente.

El grupo Sacyr Vallehermoso ha realizado la urbanización de la zona de Ollerías en Córdoba. Esta zona se utilizó como lugar de enterramiento durante el período romano (I a.C. - II d.C.), constatándose la existencia de al menos seis recintos funerarios. Durante el proceso de excavación se exhumaron alrededor de 30 cuerpos y se extrajeron para su conservación restos pertenecientes a un recinto funerario, así como dos hitos con inscripciones del siglo I d.C.

De la época tardoislámica (XI-XII) se ha documentado un extenso arrabal, enterramientos y una mezquita, de la que se conserva el sahn o patio y elalminar de la misma, conservada junto con una muestra significativa del arrabal, en el extremo sureste de la manzana principal del área.

La construcción del arrabal está directamente relacionada con la producción de cerámica, no en vano se encontraron numerosos hornos de variada tipología. Muestra de ello es el horno de barras de notables dimensiones, de cámara de cocción circular presenta una cámara de combustión rectangular orientada al sureste.

Las toberas o chimeneas del horno quedan perfectamente integradas en los muros perimetrales. Algunas de las viviendas del arrabal aún conservaban parte de las paredes decoradas. Ya en el siglo XIV, tras el abandono del arrabal islámico, se continuaron construyendo hornos para la fabricación de material cerámico hasta el siglo XIX.

Este sector urbano de la ciudad es conocido popularmente como Las Ollerías, debido a la importante tradición alfarera. Los vestigios arqueológicos de mayor relevancia de cada época han sido conservados bien in situ, en la misma ubicación de su hallazgo, o in loco, procediéndose a su traslado.

Así pues, las pinturas murales de entidad halladas en las estancias de las viviendas tardoislámicas se limpiaron y consolidaron para su posterior extracción y almacenaje. La totalidad de los enterramientos, ajuares funerarios y una variada selección cerámica se ha inventariado y clasificado.

También se extrajo para su conservación en el Museo Arqueológico de Córdoba una tumba realizada con sillares, así como parte de la fachada perteneciente a un recinto funerario de época altoimperial (s. I d.C.) De época tardoislámica se consolidó y extrajo un horno de barras excavado sobre las arcillas rojas romanas que actualmente se halla integrado en los jardines de la nueva urbanización.

El horno muestra dos partes diferenciadas que lo hacen peculiar: una cámara de sección circular y una cámara de fuego, anexa a la primera y de tendencia rectangular, sin emparrillado intermedio y con idéntico acceso para ambas desde la zona superior de la cámara de combustión.

La altura interior total conservada es de 1,75 metros. Se han conservado aproximadamente 400 metros cuadrados de arrabal islámico, cubriéndose adecuadamente de cara a su posible puesta en valor en el futuro. Mientras que la zona de la mezquita sí se ha puesto en valor tras su restauración, habilitando para ello un local en la calle San Juan de la Cruz donde se puede apreciar la cimentación del alminar de planta cuadrada a base de sillares de piedra calcarenita.

A continuación se halla el sahn o patio, que presenta un pavimento realizado con una técnica mixta de sillares dispuestos en horizontal con esquistos y piedra violácea, similar al esquema utilizado en las calles de Medina Azahara.

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