El solar del Museo de Bellas Artes proporciona veinte mil restos arqueológicos

Entre las últimas piezas localizadas figura un ungüentario de azabache datado provisionalmente en el siglo XV

Monedas, cerámicas, fragmentos de vajillas, piezas de azabache... El solar que dará acogida al renovado Museo de Bellas Artes de Asturias ha ofrecido una amplia gama de restos arqueológicos que alcanzan las veinte mil piezas.

De diferentes entidades y épocas, a los restos más significativos - que como en el caso de la fuente datada entre los siglo III y IV dan un vuelco al origen de la ciudad- se suman un rosario de elementos que ponen de manifiesto el interés arqueológico de una zona que fue en su día el corazón del Oviedo primitivo.

Las prospecciones en el solar de la calle la Rúa de Oviedo han resultado enormemente fructíferas, con un recuento final de miles de restos de interés arqueológico, que incluye más de un centenar de monedas, bronces y cerámicas en un buen estado de conservación.

El equipo de arqueólogos que se ha ocupado de estudiar el solar, encabezado por Rogelio Estrada, trabaja ahora en la datación de todo el material, un muestreo procedente de estratos que corresponden a épocas muy diversas. Los técnicos cuentan con agotar el plazo para presentar el informe cronológico de las piezas a la Consejería de Cultura. En consecuencia, según Estrada, no estará concluido hasta la segunda quincena de julio.

Entre todo el material recuperado en el solar de la Rúa figura un ungüentario de azabache, único en sus características. Se trata de una especie de recipiente de unos 4,5 centímetros de altura. El frasco está hueco por dentro y es de azabache finamente trabajado. Aún no se ha cerrado la cronología de la pieza, pero por el estrato en el que se recuperó podría hablarse de fechas situadas en torno al siglo XV.

Los arqueólogos consideran que el frasquito constituye «un gran hallazgo» por su carácter excepcional. En la historia de la arqueología española no son habituales este tipo de recipientes.

Los responsables de las excavaciones conocen algunos ejemplos similares, pero de una morfología totalmente distinta a la que presenta el hallado en el solar de la Rúa. También las fechas cambian al pertenecer éstos al siglo XVIII. Uno de los ejemplares se encuentra en la colección de azabaches del Instituto Valencia de Don Juan, en Madrid, y otro en la Hispanic Society of America, en Nueva York.

El ungüentario será restaurado y los técnicos que se ocupen de ese trabajo intentarán extraer algún resto de su interior para analizarlo y averiguar qué sustancia guardaba en su interior. Lo habitual es que se utilicen para perfumes o compuestos medicinales.

Además del ungüentario, durante las excavaciones se localizaron los restos de un taller de azabache que puede ser el más antiguo de Europa. Entre ellos se halló una moneda de la época del rey Enrique III, lo que hace pensar que el recipiente puede datar del mismo momento. La presencia del taller de azabache confirma lo que dicen las fuentes escritas, que sitúan en la calle de la Rúa los viejos talleres de plateros y azabacheros del antiguo Oviedo.