Un obrero de la construcción halló 1.900 monedas de oro de Al-Andalus

10/6/09 .- http://www.telecinco.es

Hace ocho años, Antonio Martínez, un obrero de la construcción, encontró un tesoro mientras trabajaba y se lo quedó la Generalitat valenciana. Durante todo este tiempo ha estado peleando en los tribunales por la parte que la ley establece que le corresponde a modo de recompensa. Ahora el TSJ le ha dado la razón, y podrá quedarse con 9000 euros.

Antonio Martínez encontró mientras trabajada 1.900 monedas de oro. Se trataba de un conjunto de dinares del período medio de Al-Andalus, sobre el siglo X o XI. El trabajador rompió, por casualidad una vasija, de la que salieron los dinares y fracciones de dinar, de oro.

Tras ello presentó un recurso al TSJ para anular la sentencia del TSJCV, que prohibía quedarse con parte del botín. Ahora el TSJ le ha dado la razón, y podrá quedarse con 9000 euros por ser el descubridor del tesoro, ya que la ley 16/85 de patrimonio reconoce la recompensa en estos casos.

La empresa para la que trabajaba, Construcciones Hermanos Felipe, intentó acceder al premio pero finalmente ha sido Antonio el legítimo premiado.

La resolución del Supremo se fundamenta en que el equipo arqueológico de la constructora había descartado los vestigios hallados como suficientes para paralizar la obra. Por ello, la razón y compensación han ido a parar al descubridor.

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Comentarios

1

Vergüenza


Osea, se consigue que un tribunal de Florida, en colaboración con las autoridades españolas, obligue al Odyseey a que devuelva lo que ha expoliado, y el TSJ le da la razón a este tipo? Qué vergüenza señores, las monedas no son suyas por mucho que se las haya encontrado, son patrimonio!!!
Comentario realizado por Hilario Pino Montoro. 10/6/09 22:12h
2

La ley de la recompensa


Hombre, la ley de las patrimonio funciona así. Tu piensa si es mejor eso o que el tipo se quede las monedas y las venda en el mercado negro.
De todas formas, me alegro de que no cobrara la empresa constructora y me gustaría que hubiera sanciones contra los arqueólogos que descartaron la importancia de los vestigios.
Comentario realizado por Jose C. Carvajal. 10/6/09 22:42h
3

No os enterais....


Vergüenza de que sr. Hilario?? Vergüenza la Generalitat Valenciana que no quiere soltar el dinero que le corresponde al que encontró y entregó el tesoro; que no se lo dan en monedas de oro, a ver si nos enteramos, sinó que le dan un porcentaje del valor de tasación...por cierto 9000 me parece poquísimo en comparación al valor real de las monedas...¿Patrimonio??...Busque Vd. ahora las 1900 monedas ¿ande estarán??....Todos sabemos como funciona en los museos el "patrimonio" que cabe en los bolsillos.....Va des`pareciendo poquito a poco.
Sr. Jose, la existencia de un tesoro no implica que hubiesen vestigios importantes, aunque tratándose de Valencia ni un anfiteatro para un bloque de pisos...
Comentario realizado por Tomas O'Maley. 11/6/09 5:13h
4

Ud. tampoco se entera mucho:


Sr. O'Maley, para parar una obra no hace falta que salgan vestigios importantes. Cualquier vestigio requiere una parada temporal para evaluar su importancia y retirar los restos de una forma que garantice mínimamente su conservación. Los vestigios importantes son los que deberían implicar una remodelación del proyecto, incluso hasta su anulación y sustitución por otro de conservación si fuese necesario. Esa es al menos la idea de la arqueología de urgencia.
Ahora bien, los intereses de los constructores son celosamente protegidos, puesto que existe una regulación que les garantiza indemnizaciones en caso de pérdidas, lo que a su vez implica que las mismas administraciones acaban por estar interesadas en que no aparezcan demasiados restos (eso sin contar los gastos que conlleva la conservación de un monumento arqueológico). Ese es el gran fracaso de la arqueología de gestión.
La solución no es ni muchos menos sencilla, pero desde luego pasa por un riguroso control científico (primero de todo) y administrativo de los arqueólogos de profesión, incluyendo las sanciones pertinentes en caso de mala gestión (con o sin mala fe). Eso, por supuesto, acompañado de una regularización de la profesión y de una garantía de salarios dignos.
Sobre la utilidad científica de la arqueología de gestión tal y como está hoy en día es mejor ni hablar. Por ahora centrémonos en eliminar las malas prácticas de la profesión.
Comentario realizado por Jose C. Carvajal. 11/6/09 6:49h
5 Sr. Jose,

La teoría está clara, pero a la práctica, si hay que hacer la obra se hace, el arqueólogo de turno cobra lo mismo a final de mes, y quien le paga "redacta" sus informes y él firma que tal o cual estructura carece de valor histórico y etc, etc...

Sólo comentaba que un tesoro escondido no tiene porqué estar ligado a vestigios arqueológicos.

Reciba un saludo
Comentario realizado por Tomas O'Maley. 11/6/09 7:33h
6

Sr. O'Maley


Creo que estamos de acuerdo en todo, menos en lo de que la teoría está clara. A lo mejor para usted y para mí sí, porque somos arqueólogos de buena fe, pero muchos en constructoras, empresas de arqueología y administración no lo tienen tan claro, y al final el arqueólogo queda mal porque en las negociaciones sus intereses parecen espúreos en contraposición a los del honrado promotor y a los de la ahorrativa administración.
Por cierto, si todos los arqueólogos de pie de obra que conoce cobran a final de mes, dígales que se pueden dar con un canto en los dientes. Muchos conozco yo en Granada que han aguantado y aguantan sin ese privilegio.
Me gustaría añadir que aunque sea cierto lo que dice de los tesoros, muy raro es que aparezcan en medio de la nada. En este caso, además, se especifica que hubo que romper una tinaja para que aparecieran las monedas. Creo que es evidente que los arqueólogos no actuaron todo lo bien que podrían haberlo hecho (con o sin mala fe).
Reciba también un cordial saludo de mi parte. Es un placer debatir con usted.
Comentario realizado por Jose C. Carvajal. 11/6/09 8:18h