«Los viajeros medievales tenían una mirada limpia de cargas ideológicas»

Entrevista a Antonio García Espada, historiador,
Ayer presentó en Albacete su libro 'Marco Polo y la Cruzada'

Antonio García Espada es un historiador de Albacete cuya trayectoria investigadora rebasa más allá de las fronteras de nuestra región. Cómo buen viajero, a la vez que historiador, Antonio García Espada ha viajado y vivido por todo el mundo, desde Florencia o Marruecos hasta la India y China, recorriendo rutas de Marco Polo y de los viajeros europeos que se veían atraídos por Oriente hasta el siglo XIV. Doctor en Historia Medieval por la Universidad de Florencia e investigador en la Columbia University de Nueva York, el autor que habla seis idiomas, a sus 35 años ha vivido una experiencia inolvidable plasmada en la publicación de este libro, Marco Polo y las Cruzadas, como fruto de su tesis doctoral, abordando la Historia Medieval.

-Antonio, ¿cómo se desarrolla la trama del libro Marco Polo y la Cruzada?
-Es una investigación que empecé hace 10 años a raíz de pequeñas becas y de viajes permanentes en la India, para recorrer rutas como las de Marco Polo. La obra es fruto de una tesis doctoral que fue defendida ante la Universidad de la Unión Europea, con sede en Florencia; y ha sido planteado cómo un libro interdisciplinar, algo que en España no está difundido mucho por ahora, pero que fuera de aquí está comenzando a encontrarse en boga, que es el tratamiento del la historia de manera que se pueda ver desde diferentes perspectivas, cómo puedan ser, ya no sólo desde el punto de vista histórico, sino también del lenguaje, incluso intentando incitar a su lectura a aquellas personas no tan especializadas.

-¿En qué medida pudo verse inmiscuido un viajero como Marco Polo en relación a las Cruzadas europeas?
-Ya de por sí, la figura de Marco Polo resulta mítica. Habrá cómo unas 5.000 monografías entorno a esta figura histórica. Sin embargo, este libro es diferente, puesto que intenta encontrar la relación de dos temas principales para esta época cómo son los viajeros y las cruzadas. El duro planteamiento que supone el tema entorno a la época en la que se desenvuelven las cruzadas, entre los siglos XI y XIII, encuentra su vigor a raíz de una ambición por parte de las oligarquías europeas por conseguir información sobre el mundo oriental. Para ello echan mano de los que más pudieron saber en esta época, como fue la figura de Marco Polo, o como lo fueron otros, cómo Odorico Pordenone o Juan de Marignolli.

-Y, ¿por qué pudieron interesar estas personas de a pie a los altos mandatarios de la Europa medieval?
-Hay que tener en cuenta que ésta es una época de crisis a varios niveles para Europa. Mientras que Europa sigue interesada por recuperar las tierras santas, ven cómo los mongoles, una civilización nómada y analfabeta, avanza imparable hasta el punto que provoca la caída del Califato en 1250, o amenaza gravemente al Imperio Chino. Esto hace que en Europa haya un deseo de información cada vez mayor, y tengan una mirada más atenta hacia un Oriente bastante desconocido. Para ello se utilizaron a los 'emigrantes' que salieron de Europa, esos viajeros medievales, que, a diferencia del perfil de viajero moderno que es enviado para explorar; éste deja atrás su sociedad. Así, resulta curioso y relevante cómo vemos que en el caso de Marco Polo, cuándo regresa a Europa, había permanecido 25 años fuera y llega aquí con 40 años de edad.

-Entonces, ¿cómo pudo ser la visión de este tipo de viajeros, a modo de emigrantes, importada a los países europeos medievales?
-El papado, o las monarquías francesa y aragonesa, está claro que querían saber más sobre lo que había en Oriente, era inevitable la pregunta por seres extraños, maravillas, tierras mágicas, desplegando toda imaginación posible; sin embargo, estos viajeros aludían a estas preguntas con interesantes respuestas. Por ejemplo, cuándo una vez le preguntaron a Marco Polo sobre la existencia real del Esciópodo, un ser con una sola pierna, que andaba saltando y en ocasiones le servía de sombra, describió a las sombrillas orientales.