Rastreando el Medievo asturiano

20/4/09 .- http://www.lne.es

Iván Muñiz y Alejandro García estudian las formas de poblamiento en la Edad Media. Incluyen en su libro, ganador del premio «Alfredo Quirós», una guía de elementos arqueológicos

La Asturias medieval está hoy todavía muy presente en la sociedad actual. Alejandro García e Iván Muñiz, recientes ganadores del premio «Alfredo Quirós» con la obra «Arqueología medieval en Asturias», recorren con todo el rigor que exige esa época histórica utilizando como eje de su estudio el poblamiento medieval en sus distintas formas.

Una de las claves para entender el espíritu del libro es comprobar que los autores han prescindido de las formas típicas del análisis artístico, mucho más al uso en los estudios dedicados a la etapa medieval, y han optado por una visión centrada en los elementos más modestos de esa arquitectura. Para el tipo de trabajo que desarrollan tiene la misma importancia la catedral de Oviedo que una aldea que conserve testimonios medievales.

Desde ese punto de vista, el arte prerrománico y la Monarquía asturiana no son capítulos destacados del libro sino aspectos que se integran en el propio discurso histórico y que forman parte de un paisaje mucho más amplio en el que están la arquitectura medieval, la organización agraria, las necrópolis? Una de las novedades del libro es que analiza la documentación histórica tratando de encontrar en el espacio los vestigios de esas construcciones que permiten descubrir cómo se formó el poblamiento medieval.

Iván Muñiz y Alejandro García, que llevan años dirigiendo las excavaciones en el castillo de Gauzón, han tratado de asimilar todo lo que se ha ido recogiendo en las dos últimas décadas, tiempo especialmente importante para el avance de la arqueología en Asturias. La suya ha sido una labor de unificación de testimonios buscando elementos comunes y viendo si a partir de ahí se pueden ofrecer nuevas interpretaciones de la Edad Media. En este sentido quieren destacar el nombre de cuatro antecesores cuya labor consideran crucial para el conocimiento de esta etapa: Juan Uría Ríu, que puso los cimientos de esta materia, Javier Fernández Conde, José Avelino Gutiérrez y César García de Castro.

Con un enfoque que hace hincapié en los elementos que conforman el paisaje medieval asturiano, sus formas de poblamiento y su visión del territorio, los autores del estudio tratan de arrojar luz sobre una época que consideran mal interpretada y que, en muchas ocasiones, es presentada como una etapa oscura de nuestra historia. «La Edad Media no era un tiempo oscuro, es un tiempo muy cercano a nosotros, con luces y sombras, con cultura e incultura». Así la definen Muñiz y García, que tratan de rebatir esa visión falsa que se impuso con el Renacimiento.

El propio nombre Edad Media tenía un cartel peyorativo, porque se la consideraba únicamente el período de tiempo que quedaba entre dos etapas de esplendor, la Edad Antigua y el Renacimiento. Sin embargo, fue mucho más que eso, y así lo trata de demostrar el libro proyectando la mirada no sólo hacia la gran arquitectura sino también a la formación de unas aldeas y aspectos tradicionales que siguieron marcando la vida de Asturias hasta hoy. En esa época se desarrolla la mayor parte de los pueblos, ciudades y villas actuales. También las iglesias, las parroquias e incluso los propios concejos.

Pensado para llegar al público mayoritario y dividido por capítulos, el libro recoge una guía de visitas que incluye desde el castillo de Gauzón hasta Santa María del Naranco, sin olvidarse de ciudades con peso destacado en la Asturias medieval: Oviedo, Gijón, Avilés, Llanes y Tineo, entre otras localidades. Cerca se desarrollaron otros pequeños núcleos que conservan muchos de aquellos elementos. Aldeas de Belmonte, Quirós, Teverga, Somiedo, Ibias y Allande, entre otros concejos, presentan en su arquitectura tradicional la naturaleza constructiva de cuña medieval. El mejor ejemplo se puede encontrar en pueblos como Bandujo o Bermiego, enclaves que forman parte de la guía que el libro incluye para facilitar un recorrido en busca de ese pasado medieval que ha dejado riquísimos testimonios arqueológicos y constructivos en la región.

Desde su interés y conocimiento por el contexto general de la arquitectura medieval, los autores del estudio subrayan la importancia de la Edad Media en la formación de Asturias desde el punto de vista del poblamiento, cultural y de la identidad colectiva. En ese afán por profundizar en todo lo desarrollado en un período que se inicia con la caída del Imperio romano y acaba con la caída de Constantinopla, ambos arqueólogos están especialmente interesados en la arquitectura de los despoblados. Se trata de aquellas aldeas que quedaron abandonadas en el siglo XV y XVI y cuya investigación sería ampliamente esclarecedora de su funcionamiento en aquel tiempo. No son asentamientos fáciles de leer en el paisaje, pero hay algunos localizados como La Cavada, en Cangas de Onís.

En lo que se refiere a la vida cotidiana, «nada ha cambiado demasiado desde entonces», aseguran. «En las labores agrícolas, la gran transformación se produce con la introducción del maíz. Pese a eso, la organización básica de una aldea: bosque, pastizales, cultivo, sigue siendo la misma. Licenciados en Historia, Iván Muñiz y Alejandro García son arqueólogos profesionales y, aparte del castillo de Gauzón, han trabajado en iglesias y monasterios.

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