El castillo de Cullera se convertirá en un museo arqueológico para impulsar el turismo

Las obras de restauración de los lienzos de muralla y patio de armas finalizan y en año y medio estarán acabadas las del interior de la fortaleza

En tiempos de crisis siempre es una buena noticia que parte de los recursos de las diferentes administraciones se utilicen para recuperar las raíces, la historia y la cultura de una localidad.

Cullera está de enhorabuena. Y es que después de varios años se han finalizado dos fases de las obras de restauración del emblema de esta localidad costera: el castillo, que una vez acabe toda la rehabilitación, que se estima en año y medio, se convertirá en un museo arqueológico que servirá para difundir la historia de Cullera y, cómo no para impulsar el turismo.

Así lo destacó el alcalde, Ernesto Sanjuán, durante una visita que se celebró ayer para presentar las obras de rehabilitación de los lienzos de la muralla oriental y occidental (el que se desplomó por las lluvias) y el patio de armas.

A esta visita acudió el secretario autonómico de Cohesión Territorial, Rafael Ripoll, para certificar "una obra bien hecha", y es que de cómo estaba este recinto fortificado a cómo está en la actualidad hay una diferencia abismal. Como ejemplo y anécdota, una grúa enorme que había junto a la muralla que da al mar se ha retirado tras 15 años causando un impacto visual terrible.

"Hemos conseguido, con esta inversión, recuperar la parte más dañada del castillo y ponerlo ya a disposición de los habitantes de Cullera y de toda la Comunitat para que puedan disfrutar de su patrimonio histórico", señaló Ripoll.

Estas dos fases del plan director de la rehabilitación han sido posible gracias a una subvención de la Generalitat de 450.000 euros y que han sido dirigidas con gran acierto por el arqueólogo municipal, Quique Gandia, quien destacó que el castillo de Cullera se va a convertir "en dos museos a la vez, el que se podrá percibir por fuera, con las torres y las murallas, y el que se habilitará en el interior, concretamente en la capilla gótica".

Pero el empujón definitivo para que este castillo pueda ser visitado y disfrutado va a ser una realidad en un año y medio, según el alcalde, con las obras del interior del recinto que van a permitir rehabilitar los accesos, la Sala de la Mar, la sacristía o la sala del Castellet, obras que, según Sanjuán, se han adjudicado a la misma empresa que ha rehabilitado las primeras actuaciones.


Inversión de 715.000 euros
Para ello, el Gobierno central ha enviado un montante de 715.000 euros, una cantidad muy importante para que estas obras sean una realidad.

El secretario autonómico explicó, en este sentido, que el Consell está estudiando la posibilidad de que se colabore en este proyecto que dejará al castillo como uno de los referentes más importantes históricos de toda la Comunitat Valenciana.

El objetivo que tiene el Ayuntamiento para este futuro museo es que sea "vivo y didáctico" y que se puedan apreciar la diferentes épocas por las que ha atravesado la fortaleza, desde el siglo IX hasta el XIX cuando se construyó el santuario de la patrona que hay junto a este emblemático castillo medieval, situado estratégicamente en la montaña que preside Cullera, dijo el alcalde.

Este emplazamiento, que se encuentra a más de 200 metros de altura, ofrece unas vistas que aúnan el entramado urbano de la ciudad antigua con el mar y las huertas cercanas al río Júcar.

El castillo de Cullera, actualmente declarado Bien de Interés Cultural, fue levantado por los musulmanes sobre una fortificación íbera y romana. Tras la reconquista cristiana en el siglo XIII fue reformado por Jaime I el Conquistador. Ya en el siglo XIV fue reparado por el rey Pedro IV el Ceremonioso.

Tras múltiples avatares históricos posteriores el castillo de Cullera ha llegado a la actualidad en estado aceptable pero con algún deterioro. Por ello, el Consell ha querido poner en marcha tareas de restauración y embellecimiento para realzar su valor cultural.

El edificio está constituido por diferentes torres que flanquean las murallas de la fortaleza, un patio de armas y una capilla gótica. A finales del siglo XIX se adosó al castillo el santuario de la Virgen del Castillo.

Sin duda, para Cullera esta rehabilitación es una bendición, porque en otras poblaciones hay algunos monumentos que se caen a pedazos después de muchas promesas por parte de las administraciones.