Láchar: La despensa del Reino nazarí

El municipio llegó a tener moneda propia y un embalse para que el rey Alfonso XIII paseara en barca en sus visitas. Destacan su castillo, el puente de hierro y unos silos excavados bajo tierra

En plena Vega de Granada, Láchar tiene su origen como población en la época nazarí, llegando a alcanzar importantes cotas de habitantes dada su privilegiada situación como territorio agrícola. En 1431, poco antes de la batalla de La Higueruela, el condestable Álvaro de Luna asoló la villa para que no siguiera abasteciendo de alimentos a Granada. Terminada la guerra, los Reyes Católicos la cedieron en Señorío a Fernán Sánchez de Cañaveral Fernández de Córdoba, comendador de Campo de Fernando de Aragón y fundador del Mayorazgo de Benalúa. Al llegar a Láchar me pongo en contacto con mi amigo Pedro Santana, teniente alcalde del municipio. Me comenta muy ilusionado el proyecto que tiene entre manos el equipo de gobierno de un parque industrial para futuras empresas. Y no es por casualidad que Láchar sea emprendedora.

Ya en el siglo XIX, el ilustre Conde de Benalúa Duque de San Pedro de Galatino fue quien estableció la primera fábrica de remolacha y azúcar en Granada, con su propia vía férrea y un puente que une los términos municipales de Láchar y Pinos Puente. La estructura fue diseñada por la escuela del francés Gustave Eiffel –arquitecto de la Torre Eiffel– para que el tren salvara el río Genil. Su estructura es de hierro y todas las piezas están unidas o encajadas con remaches, sin soldadura alguna. El ferrocarril desapareció y el puente pasó a ser del Ayuntamiento.

Como curiosidad les diré que fue el primer puente de peaje en España, según me comenta Antonio Calvo, policía local retirado al cual agradezco la inmensa información que ofrece de su pueblo. “Una eminencia”, como dirían mis mayores. Hoy en día el puente esta inservible tras el accidente de un vehículo, que provocó la rotura de una pequeña parte de la sujeción, pero se puede visitar dando un agradable paseo.

Otra de las maravillas que posee Láchar es su castillo de las mil y una noches, pero por desgracia no pude verlo a ser hoy en día de propiedad privada. Camino del Pinar existía un pantano del cual sólo queda el muro de contención, que El Duque construyó para que su amigo el rey Alfonso XIII, cada vez que venía a visitarlo a Láchar, pudiera pasearse en barca. Todavía queda parte del embarcadero. Aquello sí que era poderío, el mismo que hizo que Láchar acuñara su propia moneda. Seguimos por el camino rural –muy bien conservado– que llega hasta El Pinar, un lugar precioso donde el pueblo hace su romería y que posee una ermita de reciente construcción muy coqueta.

Allí se encuentran también los ‘hornillos’ que son, según Antonio, unos grandes agujeros escavados en la roca a modo de silos por las tribus primitivas para almacenar grano en caso de hambruna. En este agradable paseo, no sólo por el paisaje sino también por la compañía, nos encontramos con Juan Carralcaza, un vecino de Láchar que venía de recoger setas azules. Juan nos propuso guisarlas al estilo lachareño, una delicia gastronómica a la que se unió el alcalde, Francisco Javier Montiel, hombre muy unido al cultivo del espárrago.

Láchar posee un anejo, Las Peñuelas, de nueva creación ya que se edificó en el año 1958-60 y que en esta ocasión no pude visitar pero que en un futuro prometo conocer. Y así pase un día agradable, con buena gente e interesante que ama a su pueblo y sus raíces