Fernández Conde: «Pelayo no fue rey, la Monarquía asturiana empezó con Ramiro I»

23/10/08 .- http://www.lne.es

El historiador y sacerdote defiende que los astures se rebelaron para eludir el pago de tributos a los musulmanes

Pelayo nunca fue rey, porque la Monarquía asturiana comenzó con Ramiro I. Es la tesis que defendió en Cangas de Onís el historiador y profesor de Historia Medieval Javier Fernández Conde, durante la ponencia «Monarquía asturiana: análisis y nuevas interpretaciones desde una perspectiva social», con motivo del IV Curso «Patrimonio Cangas de Onís: la Cruz».

Según Fernández Conde, la Monarquía asturiana tiene su origen en comunidades locales organizadas y jefaturas locales. Para entender cómo empezó la supuesta Monarquía en un lugar tan «extravagante» (por lo de singular) como Cangas de Onís hay que estudiar bien los siglos anteriores al VIII, cuando dominaban las jefaturas locales con independencia de Toledo, de los visigodos y de los musulmanes, y buscar indicios de esas comunidades, señaló el historiador.

Claro está que existen vestigios o huellas de centros de poder, como puede ser el dolmen de Santa Cruz, en Cangas de Onís, o el ídolo de Peña Tu, en el concejo de Llanes, señaló Conde. Desde el principio ya había luchas de poder. Pero para llegar a una Monarquía en una Asturias compartimentada tuvo que haber «una gran evolución social», puntualizó el historiador y responsable de seis parroquias del municipio de Candamo.

Asturias no era entonces un emplazamiento romano como en el resto de España, ya que el principal interés que tenía para los romanos era la minería, de plata y oro, y la tributación pactada con los jefes locales. Ésa fue precisamente la causante de que se reunieran o formaran en un «concilium» los jefes de las comunidades más próximas: para no tener que seguir pagando los tributos en el siglo VIII a los musulmanes.

Según Conde, Pelayo fue un jefe más de la zona, con toda seguridad de la comunidad de Primorias (la comunidad mejor desarrollada de la época), que albergaba la franja que hay entre el río Güeña y el río Sella, hasta la costa. También existen indicios de que Pelayo fue nombrado príncipe por los visigodos tras la escaramuza, pero no que tuviera ningún tipo de aparato cortesano. Luego nunca fue rey.

Asimismo, también entra dentro de «lo razonable» que la supuesta batalla o «escaramuza» de Covadonga -que, por supuesto, no fue protagonizada por tantos hombres como cuentan las crónicas- se desarrolló en la zona que hoy ocupa el real sitio, hacia el año 722, tras una reunión de los jefes locales para eludir la tributación a los musulmanes, según comentó Conde. A partir de ahí se intenta perpetuar o conservar un linaje, tras la unión con Gaudiosa, y se va trasladando el poder poco a poco hacia Oviedo. Es ahí, con una corte ya establecida y durante el reinado de Ramiro I, en el siglo IX, donde comienza «la verdadera Monarquía asturiana», según Fernández Conde.

Para mañana, jueves, está prevista la clausura del curso con la ponencia del abad de Covadonga, Juan José Tuñón, «La devoción a la Cruz en Asturias».

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