Santa María del Naranco (Oviedo), seis meses tras la lona.

Andamios y lonas avanzan desde hace unos días por las fachadas de Santa María del Naranco, consiguiendo un «empaquetado» casi perfecto del monumento, que aún continuará por la cubierta y que lo ocultará totalmente. Cuando eso suceda comenzará el trabajo de restauración, con la retirada del tejado y el vaciado de las bóvedas, que por primera vez desde la construcción del edificio quedarán al descubierto.

El aspecto de Santa María del Naranco es comparable a las intervenciones de Christo, el artista conceptual que ha envuelto en papel edificios como el Reichstag de Berlín. El ocultamiento del monumento prerrománico no responde a motivos expresivos, sino a razones prácticas, fundamental para facilitar el trabajo bajo la lluvia y evitar filtraciones de agua. La colocación del andamiaje se complica por la imposibilidad de colocar apoyaturas en los muros del edificio, todo el peso se sostiene sobre el suelo.

Las obras de la cubierta se acometerán como si se tratara de una excavación arqueológica, según explicó el autor del proyecto de restauración, el arquitecto Fernando Nanclares, y permitirán documentar por primera vez las bóvedas del monumento. Un equipo de arqueólogos, con Elías Carrocera al frente, estudiará el material de relleno, que será sustituido por esferas de arcilla expandida, un material más ligero y resistente.

Es muy probable que las obras en Santa María comiencen la semana que viene. Fernando Nanclares opina que el andamio puede estar ya acabado, con lo que comenzaría la retirada del tejado. Los trabajos continuarán por el interior del monumento, con la reparación de los pavimentos, con especial atención al «opus signinum» de la sala superior, formado por pequeños fragmentos de piedra sobre una base de cemento, y a los entablados de los miradores. Los muros, oscurecidos por la humedad y cubiertos de vegetación, se limpiarán con una técnica que aún está por determinar y se restituirá la piedra en los fustes de las columnas de los miradores, muy deteriorados. Al cabo de seis meses, las lonas caerán y el andamio será retirado, dejando al descubierto el nuevo aspecto de Santa María.